Joaquín Aldape Estrada, coordinador de Casa Meced (Menores en Circunstancias Especialmente Difíciles), reconoció que el sacar a los niños de la escuela y obligarlos a trabajar, además de generarles mayor vulnerabilidad y afectar su condición física, trae aparejados otros graves problemas sociales como la drogadicción o el alcoholismo, los embarazos prematuros o la posible captación de estos infantes por parte del crimen organizado, todo lo cual trata de erradicar Casa Meced con apoyo y actividades de desaliento.

El coordinador de la dependencia municipal refirió que dichas problemáticas las heredan a su vez estos niños, lo que se constituye en un círculo vicioso, ya que años más tarde quienes trabajaron en los cruceros terminan con sus propias familias instalados en las calles, como es el caso de las 14 familias que hoy día laboran en las vialidades de Morelia.

“El problema con estos niños es que se arraigan y crean células que pasado el tiempo, constituirán familias enteras viviendo en la calle. En 2008, al hacer un diagnóstico, se conoció que de los 252 niños que vivían o laboraban en la calle, el 61 por ciento abandonaba la escuela”, comentó el funcionario.

En una encuesta realizada por Casa Meced durante 2011, arrojó que entre el 12 y 15 por ciento de 152 adolescentes y preadolescentes con situación de calle, han tenido relaciones sexuales, lo que en palabras de Aldape Estrada, “parece un número pequeño, pero es mucho para jóvenes que en algunas ocasiones tienen hasta 12 años de edad”.

El coordinador de Casa Meced explicó que pese a su vulnerabilidad, estos niños y sus familias son personas muy fuertes en recursos y capacidades humanas, por lo que muchas veces el crimen organizado quiere emplearlos y no lo logra.

Por otro lado, “aunque estas personas no tienen intención de delinquir, el hecho de que una gran mayoría conozcan las drogas, nos habla del acercamiento que llegan a tener con personas cercanas al crimen organizado”, puntualizó Aldape Estrada.

Señaló que de acuerdo a la encuentras efectuada el año anterior, casi todos los infantes dicen no haber probado ningún tipo de estupefaciente, no obstante al preguntarles las drogas de las que tienen conocimiento, 3 por ciento afirmó conocer el crack, otro 3 por ciento mencionó la piedra, otro 3 el “ice” y un último 3 por ciento la cocaína.

“Antes recurrían al alcohol o la mariguana, a inhalantes como el resistol o el thinner, pero hoy casi todas las drogas de las que habló este 12 por ciento de niños y preadolescentes con situación de calle, resultan ser derivados de la cocaína, lo cual es preocupante”, puntualizó, y dijo que de hecho, el 70 por ciento de los infantes conocen alguna droga.

Con todo, desde el inicio de este año la labor de Casa Meced ha surtido efecto, toda vez que 152 niños así como entre 16 y 18 familias, eran los que se contemplaban en los registros, lo cual es un índice mucho menor si se compara con los 800 niños que en 1996 laboraban en los cruceros de Morelia.

De la misma manera, al comienzo de la administración municipal de Fausto Vallejo Figueroa, se tenían contabilizados 252 niños con situación de calle, en tanto que la institución atendía y brindaba apoyo a 140.

Las actividades por parte de Casa Meced para desalentar el trabajo de niños y niñas en la calle, consiste en invitar a los padres a recibir apoyo jurídico, psicológico, social, médico, recreativo y educativo que se ofrecen en diversos programas.

La vida de los adolescentes y preadolescentes en estas condiciones es sumamente difícil, pero la institución que dirige Joaquín Aldape Estrada brinda al día de hoy apoyo económico a 269 niños por medio de becas, mientras que 143 infantes son los que permanecen en las calles de Morelia. “En cierto modo, puede decirse que revertimos los índices”, indicó el funcionario.

Para finalizar y de cara al periodo vacacional, cuando más infantes laboran en los cruceros, Aldape Estrada insistió en concientizar a la ciudadanía para que no dé ninguna aportación a los niños en situación de calle, ya que en vez de favorecerlos sólo se contribuye a perpetuar este fenómeno que impide su correcto desarrollo.

Fuente: http://mimorelia.com/noticias/83969