Alejandro Alagia y Javier De Luca dirigen la Revista de Derecho Penal de Infojus, la editorial del Sistema Argentino de Información Jurídica. Ambos son reconocidos penalistas, docentes universitarios y fiscales de gran experiencia. Participan del colectivo Justicia Legítima, el grupo que nació hace dos años de una reunión en la Biblioteca Nacional y que plantea reformas estructurales para el sistema judicial.

Ayer brindaron una conferencia en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires y aportaron herramientas para debatir sobre un nuevo paradigma penal. Infojus Noticias estuvo ahí para conocer sus opiniones sobre el nuevo anteproyecto de Código Penal.

-¿Por qué el anteproyecto recibió tantas críticas antes de que se conociera el texto?

AA: -Recibe esas críticas porque en toda sociedad hay una cultura del castigo. Y es aprovechada por políticos inescrupulosos que utilizan a las víctimas para acceder al poder. Una vez que lo logran, se olvidan del valor de la gente y del padecimiento de la población. En este caso es Sergio Massa el que intenta llegar al poder a los codazos usando como recurso a las víctimas y al dolor, y a través de mentiras y engaños.

JDL: -Como en cualquier fiesta o cualquier reunión, hay gente que no puede quedarse callada. Que cree que tiene la obligación de decir algo en todo momento y en todo lugar. Es una explicación de tipo psicológica, si se quiere. Pero a eso se agrega que hay gente que ve la oportunidad de intervenir en un debate para el que no tiene los conocimientos o el “know how” necesarios para intervenir, y que entones le entra al debate por afuera. Siguen la lógica de los medios de comunicación, donde no impota lo que se diga. Donde lo importante es estar.

-Desde el conocimiento jurídico, ¿cómo se enfrentan a esa situación?

AA: -Nosotros esperábamos una reacción así. Siempre los temas que definen cosas importantes general reacciones de sectores que quieren vivir en un mundo jerarquizado, clasista, punitivo y sexista. No nos asusta. Al contrario, nos da mucha más fuerza para seguir, porque nos plantea el desafío de cómo discutir con un tipo que quiere llegar al poder diciedo que este anteproyecto va a dejar en la calle a 14 mil criminales, o que dice que nosotros nos dedicamos a meter delincuentes por una puerta y sacarlos por la otra. Nos entusiasman estas discusiones.

Alejandro Alagia es uno de los penalistas más reconocidos del país y de Latinoamérica, coautor de un célebre Tratado de Derecho Penal junto a Zaffaroni y al camarista penal Alejandro Slokar. Ese texto es bibliografía obligada para los abogados que deciden investigar la rama de la criminología crítica. Desde 2009 se desempeña como fiscal general a cargo de la unidad de asistencia para las causas de violaciones de derechos humanos ante los tribunales orales en lo criminal de la ciudad de Buenos Aires.

Javier De Luca es fiscal general ante la Cámara Federal de Casación Penal. Es doctor en Derecho Penal por la Universidad de Buenos Aires, donde también se desempeña como profesor regular de la cátedra de Elementos de Derecho Penal y Procesal Penal, del departamento de Derecho Penal y Criminología de la Facultad de Derecho.

-¿Por qué creen que estos debates surgieron en este momento de la democracia?

JDL: -Proyectos de modificación de código Penal o de nuevos códigos ya han habido antes. Obedece a los tiempos que necesita la sociedad para discutir determnadas cosas. Debe ser complejísimo determinar por qué en este momento se discute esto y por qué en otro momento no se avanzó con la discusión. Hay momentos que son propicios porque se alinean los planetas de una determinada manera y otros en que eso no sucede. Habría que preguntarle a un sociólogo cuáles son las circunstancias que tuvieron que coincidir para eso. Tampoco tengo forma de saber cómo sigue. Tenemos mucha esperanza, muchas ganas, y estamos motivados para seguir discutiendo.

AA: -Es una época de muchos avances, que se han producido en los último años. Y creo que hay que seguir aprovechándola, porque estas épocas no se dan siempre. Tenemos que sacarle el jugo y hacer todos los cambios que se pueda. No hay muchos gobiernos parecidos a este en la historia de nuestro país. Lo peor que podemos hacer es asustarnos cuando ladran, porque las grandes cosas se hicieron contra viento y marea. No vivimos una crisis estrepitosa sino todo lo contrario. No hay que asustarse ni retroceder por las tapas de los diarios. Retrocedemos frente a cosas más importantes que eso: cuando no tenemos fuerza, argumentos, creemos que no es el momento histórico o vemos que no nos acompaña la movilización popular.

-¿Cuál es la discusión de fondo cuando se debate el Código Penal?

AA: -Es una batalla por el sentido, por el lenguaje del castigo, por una forma de gobierno. No está solamente vinculado al Código Penal. Todo este proceso de reforma deviene de la democratización de la justicia. Entiendo que cuanta mayor participación popular tenga la discusión de cualquier reforma, más garantía de éxito y mejores resultados se pueden obtener.

-¿De qué depende que el resultado de este debate?

AA: -Creo que el anteproyecto puede tener consenso en la medida que hagamos bien las cosas. Es decir, depende del Gobierno, depende de lo que hagamos nosotros, depende de lo que hagan los sindicatos, los estudiantes. Nosotros tenemos una tarea, que es divulgar la importancia de estas reformas. Debemos explicar por qué es mejor el juicio por jurados, por qué es necesaria una justicia más rápida y democrática, por qué conviene una mayor participación de la población en las decisiones judiciales, por qué es necesario un nuevo Código Penal.

-¿Cómo se encara ese rol de los juristas?

AA: -Nosotros somos parte de este proceso de transformación y debemos tener la iniciativa. Tenemos el desafío de convencer y lograr un consenso. Los consensos nunca son obvios; se gananen una batalla por el sentido de las cosas. Lo que más entusiasma es el desafío que nos plantean estas reformas.

 

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