Un informe de la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito (Unodc) dice que Argentina se encuentra entre los tres países de América latina con menor tasa de homicidios dolosos, que son los cometidos con intención. Según cita el informe, “en la subregión de América del Sur, las tasas de homicidio en el Cono Sur (Argentina, Chile y Uruguay) se acercan a las tasas relativamente bajas que se registran en Europa”. El país con menor tasa en la región en Latinoamérica es Chile, seguido por Cuba y Argentina en tercer lugar con 5,5 homicidios por cada 100 mil habitantes.
El informe fue producido por las Naciones Unidas, específicamente por la oficina dedicada a la lucha contra las drogas y delitos y corresponde al Informe global del año 2013. El informe indica que la suma total de muertes por homicidios en el planeta fue de 437 mil, de los cuales el 36 por ciento, 157 mil, ocurrieron en América, la región más violenta. Sin embargo, dentro de esa zona de crisis, Argentina ocupa un lugar muy por debajo e incluso semejante a los niveles europeos, que coinciden con la región de índices más bajos después de Oceanía.
Seguido de América, en Africa se producen 135 mil homicidios; en Asia, 122 mil; Europa 22 mil y Oceanía 1100. Sin embargo, esta comparación es la cifra absoluta, pero no se corresponde con la cantidad de homicidios por cada 100 mil habitantes, que ubicaría a cada país según este tipo de muertes en relación con su densidad poblacional.
Según el informe, Honduras, Venezuela, Belice, El Salvador y Guatemala ocupan los primeros puestos en la lista mundial. Honduras tiene una tasa de 90,4 homicidios por cada 100 mil habitantes; Venezuela, 53,7 de la misma tasa; Belice, 44,7; El Salvador, 41,2 y Guatemala, 39,9.
La tasa promedio de homicidios en todo el planeta, según el informe es de 100 mil habitantes. América Central tiene una tasa cuatro veces más alta que el promedio. América del Sur, Africa Central y el Caribe van desde 16 a 23 por tasa. Pero Argentina, ubicada en la primera, lleva una tasa de homicidios de 5,5, es decir, por debajo del promedio mundial y muy cercano a la de los países europeos.
Según la estadística, “a nivel global cerca del 95 por ciento de los homicidas son hombres, y también son hombres 8 de cada 10 víctimas”. “Dos tercios de las víctimas de homicidio cometido por compañeros íntimos o por familiares son mujeres y la mitad de todas las víctimas de homicidio en el mundo tienen menos de 30 años”, precisa el informe.
Respecto de la mecánica de los hechos, en América el 66 por ciento de los casos fueron cometidos con armas de fuego, el 17 con armas blancas y el otro 17 con otros métodos. En tanto, en Oceanía sólo el 10 por ciento se efectuó con armas de fuego; en Europa el 13 por ciento, en Asia y Africa el 28 y a nivel global el 41.
En el relación con el femicidio, el informe de la Oficina de Lucha contra la Droga y el Delito, el 47 por ciento de las mujeres víctimas de homicidios intencionales a nivel global en 2012 fueron asesinadas por sus parejas o familiares, mientras que sólo el 6 por ciento de los hombres murieron a manos de personas con vínculos semejantes.
“Hay una tendencia de género hacia las víctimas masculinas en homicidios vinculados con la delincuencia organizada y las pandillas, pero el homicidio interpersonal cometido por un compañero íntimo o un familiar (…) afecta a las mujeres de manera desproporcionada”, asegura el informe.
“A nivel global, dos terceras partes de las víctimas de homicidio cometido por compañeros o íntimos o familiares son mujeres (…) y casi la mitad de todas las víctimas femeninas en 2012 fueron asesinadas por sus compañeros íntimos o familiares(…)”, continúa.
“Se aprecia que mientras una gran proporción de mujeres víctimas pierden la vida a manos de quienes se esperaría que las protegieran, a la mayoría de los hombres los asesinan personas que quizá ni siquiera conocen”, agrega el informe. Así, durante el año 2012, 43.000 mujeres murieron víctimas de la violencia intrafamiliar contra 20.000 hombres que fueron asesinados como consecuencia de este tipo de agresiones.
“El hogar puede ser el lugar más peligroso para una mujer. Es particularmente desgarrador cuando aquellos que deberían estar protegiendo a sus seres queridos son las mismas personas responsables de su asesinato”, señaló Jean-Luc Lemahieu, director de Análisis de Políticas y Asuntos Públicos de la Onudc en el lanzamiento del informe, en Londres.
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