La jueza de Instrucción Cuarta, Susana Luna, dictó el procesamiento y prisión preventiva para un agente de policía de 26 años, y para su vecino y amigo de 25, por considerarlos autores del robo a un distribuidor de cigarrillos, cometido el mes pasado en la zona de la costa.
Los imputados son: Mariano Federico Acosta -hasta hace poco numerario de la Unidad Regional Uno-; y su cómplice Ramón Lorenzo Ramírez. Los dos se encuentran detenidos desde el martes 14 de febrero, tras cometer un robo a mano armada contra un distribuidor de la empresa Maxico SRL que viajaba en una camioneta Fiat Iveco blanca.
La víctima fue interceptada al mediodía, a la altura del Km 12,8 de la Ruta Nº 1, en jurisdicción de Arroyo Leyes. Según declaró ante la Justicia, los asaltantes iban en un Volkswagen Gol negro con vidrios polarizados, que se le cruzó en el camino obligándolo a parar. Del auto bajaron dos hombres armados que se llevaron dinero, mercadería y otros artículos personales, relató.
La denuncia quedó radicada minutos más tarde, luego de que el trabajador recuperara las llaves de la camioneta y buscara auxilio en la comuna de Leyes. Los primeros en llegar al lugar fueron los policías de la Subcomisaría 20a., que gracias a la rapidez con la que comunicaron la noticia al resto de las seccionales, una patrulla de la Comisaría 25a. de El Pozo divisó el auto y terminó con la fuga en la Ruta Nº 168.
Mercadería tirada
Además, a las 12.50 del mismo martes, en otra dependencia policial se registró el llamado de una agente de policía que pudo ver cuando los ocupantes del VW Gol se descartaban de algunos elementos robados y se cambiaban de ropas entre Los Eucaliptus y Los Perales, a pocos metros del club de Campos UPCN.
La mujer policía quiso intervenir y darles la voz de alto, pero en el lapso que fue por su chapa y su arma reglamentaria los delincuentes escaparon. En el lugar, se secuestraron varias cajas cerradas y cartones sueltos de cigarrillos, pertenecientes al distribuidor asaltado.
Sin embargo, la detención de Acosta y Ramírez se produjo recién a las 13.50, a unos 3 km del centro de la ciudad. Según se supo más tarde el atraco fue a punta de pistola, con un arma reglamentaria de 9 mm; y le sustrajeron $ 3.000, dos cheques de $ 300 cada uno, cinco cajas de cigarrillos cerradas con 600 atados cada una y un celular.
Amigos pescadores
Lo curioso del caso fue la poco creíble explicación que los asaltantes dieron a la jueza Luna. Durante la indagatoria, los acusados negaron el hecho y dijeron que ese martes “era el día de descanso” y “salieron a disfrutar”. Contaron que acordaron “ir de pesca o de playa juntos” ya que se conocen “desde la niñez y viven en la misma cuadra”, en Gaboto al 8100.
Primero dijeron haber ido “hasta el terraplén donde les preguntaron a unos muchachos que estaban nadando, dónde se podía pescar y que les indicaron que ‘más al fondo’, pero como había una barrera con candado y no pudieron pasar, retomaron la marcha de regreso a Santa Fe”. Desde ahí se fueron a una playa donde estuvieron algunos minutos y más tarde ocurrió lo del patrullero.
Nada de eso quedó demasiado claro para la jueza Luna, que destacó la contundencia y precisión de la víctima, junto con las declaraciones de testigos, aunque todavía restan tomar algunos testimonios.
Imputación
Por los hechos descriptos, la jueza Luna procesó a Acosta el 28 de febrero por “robo triplemente calificado”, por el empleo de arma de fuego; por tratarse de un transporte de mercadería y cometido entre el momento de su carga y el de su destino o entrega; y por haber sido cometido por un miembro integrantes de las fuerzas policiales. En cuanto a Ramírez le atribuyó “robo doblemente calificado”, sin el último agravante puesto que éste no es personal policial.
El fiscal Nº 2, Carlos Rolando, pidió la prisión preventiva de los imputados; mientras que las defensas solicitaron a su turno “se contemple la posibilidad de otorgar a los imputados la libertad”. Finalmente, la jueza Luna optó por confirmar la prisión preventiva, amparada en el “peligro de fuga o de entorpecimiento de la investigación” que representarían ambos en estado de libertad.
Una patrulla de la Comisaría de El Pozo detuvo al conductor del VW Gol negro, que fugaba rumbo a Santa Fe junto con su cómplice. Foto: Luis Cetraro
“Dame la plata…”
El repartidor de cigarrillos fue claro en su descripción de los hechos cuando declaró en los tribunales locales. Después de que le cruzaran el auto en el camino “el acompañante se pone en mi ventanilla y me dice, dame la plata, dame la plata”, y como “le respondí no tengo”, “sacó un arma de fuego” y lo amenazó. Entonces le entregó el dinero “que eran unos $ 3.000 aproximadamente”.
No contentos con el efectivo los asaltantes le quitaron las llaves de la camioneta y se dirigieron a la parte trasera. En eso, el rehén comenzó a alejarse, aprovechando que los bandidos cargaban las cajas de cigarrillos en el auto, pero uno de los asaltantes amenazó: “Vení para acá porque te quemo”.
El repartidor no hizo caso a la advertencia y siguió alejándose hasta que los delincuentes abandonaron el lugar. Entonces, “el que tenía gorra, que era el chofer, tira las llaves de la camioneta para atrás, sobre que ellos me pasan, yo me vuelvo a la camioneta, la pongo en marcha y me voy hasta la comuna local, ya que en ese momento de nervios me había olvidado donde quedaba la comisaría”.