Capilla del Monte, Cosquín. Los primeros pasos de la investigación judicial sobre la muerte por ahorcamiento de Jorge Daniel Reyna (17), acontecida el sábado pasado en una celda de la Comisaría Distrito de Capilla del Monte, arrojaron novedades que complican a los policías, al menos, a los que ese día se encontraban en la dependencia.
Fuentes judiciales informaron a este diario que la Fiscalía de Cosquín, que conduce María Alejandra Hillman, focalizó en los primeros resultados de la autopsia el inicio de esta causa. De acuerdo con lo que trascendió, “se ha determinado que el cuerpo del joven Reyna presenta diversas escoriaciones lineales sobre el lado izquierdo: la primera en la ceja, con un hematoma, mejilla, luego en el hombro, antebrazo, brazo, codo y muslo, además de una serie de raspones. El próximo paso será determinar el origen de las mismas y la incidencia o no que tuvieran en el ahorcamiento”.
La hipótesis de que Reyna fue golpeado durante su detención ya tiene un asidero, no carente de fundamento. El joven habría sido revisado por el médico policial en el momento de su ingreso a la comisaría y no presentaba golpes visibles. El cuadro de situación actual apunta a los policías que en ese momento prestaban servicios en la comisaría del lugar, en la que ya fueron relevados de sus cargos tres efectivos de guardia el día de los hechos, como así también el comisario y subcomisario hace un par de días, pero, hasta anoche, no había imputaciones ni detenidos.
Presentación en Cosquín
Ayer se presentaron en la Fiscalía de Cosquín los padres del joven muerto y se constituyeron en querellantes. María Olga Tallapietra y Jorge Reyna estuvieron acompañados por el abogado Carlos Nayi, en una secuencia de la denuncia penal que presentaron el martes pasado en Córdoba capital, inculpando a la Policía del homicidio de su hijo, en la Fiscalía de Distrito 4, Turno 1.
Estas últimas actuaciones serán giradas a Cosquín, por una cuestión de jurisprudencia. La fiscal Hillman fue escueta en sus declaraciones a La Voz del Interior : “Les recomendé a los padres confianza en la Justicia y paciencia, para que podamos investigar hasta el último detalle de los hechos, que tiene sus tiempos”, acotó.
Arma policial
Por su parte, Gabriel Prémoli, juez de Control, Penal, Juvenil y Faltas de Cosquín, accedió a un diálogo que calificó como “informal” con este diario, considerando que “todas las actuaciones están en manos de la Fiscalía de Instrucción, que investiga este caso”.
Aun así, el magistrado rememoró que el menor Jorge Daniel Reyna fue institucionalizado “por un hecho grave: un robo calificado, estaba armado con una pistola 9 milímetros de origen policial, con su numeración e identificación correspondiente y, aparentemente, se la había robado a un agente “.
Fuentes judiciales agregaron que Reyna había cometido un asalto en Capilla del Monte, trasladándose en colectivo con dos amigos a la localidad vecina de San Esteban, donde residía.
“Al observar en el lugar una patrulla que controlaba vehículos, disparó tres veces al aire y fue apresado de inmediato”, aportaron.
También trascendió que el joven Reyna habría consumido marihuana “e, incluso, se dijo que de vez en cuando también cocaína, la que le proveía un familiar directo”.
Prémoli aportó luego: “Hablé varias veces con él, me dio la impresión de que era un buen chico, pero sin contención alguna. El día de los hechos ordené su inmediata libertad, por la edad, pero no lo fueron a buscar los padres y quedó en la comisaría. El jueves anterior a su muerte lo vi en el Juzgado y lo observé bien, muy controlado. Algo pasó en el medio que desató todo esto y lo hizo, aparentemente, delinquir de nuevo, tras lo cual sobrevino este final trágico que ahora se investiga”.
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