“Estoy tranquilo, quisiera estar con mi hermano en otro lugar pero por la conducta debo permanecer acá y no es fácil estar en este lugar por la circunstancias de cada uno”, expresaba uno de los internos que cumple con una condena importante decretada por el Tribunal Criminal Nº 1 en una causa por “homicidio”.
Cada dos meses los familiares de este detenido acuden a visitarlo y a proveerle de algunos elementos necesarios para estar un poco mejor y sobrellevar las condiciones que plantea el penal.
“Quiero portarme bien para que me trasladen a otro sector y en eso estoy, pero no es una cuestión tan sencilla”, reconoció brevemente el recluso durante la recorrida que hicieron los funcionarios judiciales de Necochea.
Otro de los detenidos por una causa de “tenencia y comercialización de estupefacientes” se mostró deambulando por los pasillos y tomando contacto con integrantes de la Defensoría Oficial de nuestra ciudad, contando su permanencia y el avance de la causa judicial por la cual está alojado en la Unidad Nº 15.
Buena conducta
Un hombre de 57 años con una condena de 10 años de prisión por un “homicidio simple” ocurrido en nuestro medio, reconoció tener en claro que “debo portarme bien. Hay internos que se capacitan y tienen buenas perspectivas, estudian en pos de reinsertarse a futuro dentro de la sociedad”.
Puntualizó que “los que estamos en un régimen abierto somos presos por la conciencia, el alambrado lo tenemos a treinta metros y, de noche, nos podríamos escapar pero queremos hacer las cosas bien y enfrentar la etapa que nos queda”.
Explicó que “mi tiempo pasa por atender a las autoridades del penal llevando la comida y estudiar mucha matemática”.
Un ex policía que cumple con un castigo de más de 16 años de cárcel establecido por la Justicia necochense, tiene bastante avanzada la carrera de Abogacía y ocupa varias horas de la jornada para ampliar sus conocimientos en la materia leyendo libros y otros textos.
Otro recluso acusado de “delitos de lesa humanidad” está a cargo de la Biblioteca de la Alcaidía de la Unidad Nº 44.
Informe del juez
Por otra parte, el juez Mario Juliano indicó a Ecos Diarios al final de la recorrida que “haremos un informe y un reclamo a las autoridades provinciales para que regularicen en forma urgente el sistema alimentario y sanitario”.
Consideró que la crítica situación “se revierte invirtiendo, destinando recursos, materiales y con una decisión política de tener un establecimiento en que se respete en forma mínima lo que prevé la Constitución de 1853, que habla de cárceles sanas y limpias”.
Los internos reciben diariamente 250 gramos de comida, 125 gramos al mediodía y otro tanto a la noche. Hace siete meses que no les proveen leche por falta de presupuesto. Los depósitos de las dos unidades penitenciarias visitadas por funcionarios judiciales mostraban sus estanterías con escasez de alimentos y no hay órdenes de compra para reacondicionar las provisiones.
Además del integrante del Tribunal Criminal Nº 1 participaron de las visitas a las Unidades Nº 15 y Nº 44 de Batán el secretario del juez Juliano, Fernando Avila; el ayudante fiscal de estupefacientes, Enrique Fontana; la defensora oficial, Laura Barbafina; el secretario de Ejecución Penal, Marcelo Vilanoba, y la asesora letrada de la Unidad Nº 4 de la Defensoría, María Paz Bibel.
El complejo penitenciario
El director del Penal Nº 15 de Batán es el prefecto mayor Horacio Gabriel Falcone, quien desde hace un año y medio está al frente del establecimiento carcelario y ha tratado de “darle un perfil humanitario y mejorar la infraestructura, solicitando refacciones en los últimos meses”, reconocieron funcionarios judiciales e integrantes de la repartición bonaerense.
La cárcel de Batán se inauguró en 1980 y han pasado más de 30 años de su creación. En la actualidad desarrollan distintas tareas 450 oficiales y suboficiales del Servicio Penitenciario de la Provincia de Buenos Aires.
En otro predio vecino a la ruta provincial 88 se emplaza la Unidad Femenina Nº 50, donde se alojan 90 mujeres en estos momentos procesadas y condenadas por diferentes delitos.
La Alcaidía
En la continuidad por la ruta 88, se encuentra la Alcaidía Penitenciara Nº 44 de Batán, donde hasta la semana que finaliza había 269 personas privadas de su libertad, aun que el número no es relativo porque están los aprehendidos de Mar del Plata que entran y salen, según la orden emanada por los Juzgados de Garantías.
También en ese edificio están los acusados de delitos de lesa humanidad y policías involucrados en diversas causas judiciales.
Luego en otra área está el Centro de Contención de Menores que depende de la Secretaría de Niñez y Adolescencia de la Provincia de Buenos Aires.
Todo el complejo penitenciario ocupa más de 1.500 metros cuadrados, donde también están los barrios de viviendas de los oficiales, suboficiales y jefes del servicio.
En la Unidad Penal 15 de Batán se alojan presos oriundos de ciudades de la Provincia de Buenos Aires y del resto del país, según la causa judicial por la que estén imputados.
Concurrencia al penal
Las visitas de familiares y amigos pueden acceder al contacto con los internos de la Unidad Penitenciaria Nº 15 los jueves, sábados y domingos. También las personas que vienen a Batán desde lugares más alejados pueden coordinar con las autoridades del penal otra jornada para concurrir a ver a los detenidos.
Están además las visitas sanitarias o encuentros familiares en habitaciones especiales del penal y existe mayor intimidad. Se permite llegar a esto mediante la buena conducta de los presos y las reuniones son organizadas por turnos. ///