El gobierno está mirando las experiencias de Bogotá, Medellín y Río de Janeiro en el combate a la delincuencia, y está consultando a expertos extranjeros a ver qué puede aplicar para mejorar la seguridad pública.

«Son experiencias con alto desarrollo conceptual y elaboración teórica, que han tenido desarrollo empírico con fracasos y éxitos y han sido evaluadas empíricamente».

Así definió el sociólogo Gustavo Leal, asesor en convivencia urbana del ministro del Interior, Eduardo Bonomi, el aporte de las autoridades y expertos del exterior que consulta el gobierno.

«En función de eso la búsqueda es cómo se sintetizan para el caso uruguayo algunas de estas experiencias en fomento de la convivencia en ciudades latinoamericanas», dijo Leal. Acotó que «hay un ojo muy puesto» en Bogotá, Medellín y Río de Janeiro, por las experiencias en cuanto a convivencia y búsqueda de bajar la violencia en esas ciudades.

En las próximas semanas visitarán Montevideo especialistas de Brasil que trabajan en los cambios que Río de Janeiro procesa con vistas al Mundial de Fútbol de 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016.

«Se ha generado una movida fuerte en esas ciudades para recuperar su identidad y eso construye seguridad. En el caso de Río de Janeiro desde un relato épico de la ciudad, que es otra experiencia que se está mirando», dijo Leal a El País.

Entre los visitantes a los que el gobierno prestó especial atención en materia de seguridad y convivencia, se encuentran el exalcalde de Bogotá, Antanas Mockus, que el jueves se reunió con el gabinete de seguridad (ver aparte) y el exsecretario de Cultura de Medellín, Jorge Melguizo.

También expertos que trabajan el tema en Brasil, como el secretario de Seguridad de Río de Janeiro, José Mariano Benincá, que estuvo en Uruguay en mayo de 2011.

Leal mencionó además al estadounidense experto en seguridad Lawrence Sherman, quien visitó Uruguay en el pasado mes de mayo, y al sociólogo argentino Gabriel Kessler, quien se ha especializado en analizar el sentimiento de inseguridad y que estuvo en Uruguay en el año 2010.

Por otra parte, la Universidad de la República y el Ministerio del Interior firmaron un acuerdo para sumar «más recursos intelectuales y culturales al diseño de políticas públicas de seguridad».

LOS CONSEJOS. En su visita a Montevideo, Benincá planteó al Ministerio del Interior, en base a su experiencia en Río de Janeiro, que los operativos en los barrios deben hacerse para permanecer en ellos.

«Si el Estado entra en un área de la ciudad, es increíble la esperanza que genera en otras. Se sacude el imaginario de los habitantes de las zonas rojas», dijo el jerarca policial brasileño. Pero advirtió que «se precisa un plan policial a mediano plazo, voluntad política de apoyarlo y recursos económicos».

Melguizo, por su parte, recomendó que los países de la región mejoren la coordinación e impulsen políticas antidrogas comunes y que vayan en una misma línea.

«Hay que juntarse más para construir proyectos sociales. Hay que entender que el combate a la droga no se hace solo con la represión. Se hace con políticas sociales de largo alcance. El Estado debe tener una presencia integral en los territorios más pobres», dijo Melguizo en una entrevista publicada por El País el año pasado.

En tanto, Sherman transmitió a los mandos policiales uruguayos otras recomendaciones: mucho patrullaje, mayor movilidad y mostrar presencia. Dijo que el éxito no está en tener más detenidos, sino en reducir el crimen.

«La solución es más policías y no más presos; la Policía puede prevenir el crimen, las cárceles no. Pero en general la cárcel se ve como la solución más fácil», señaló Sherman.

En su visita, Kessler dijo que hay una lógica en la sensación de inseguridad y es necesario conocerla para elaborar políticas eficaces. Agregó que las soluciones pueden pasar por menor presencia policial, mayor participación de la sociedad y una apuesta a la tecnología.

«Cuando aumenta el delito, el temor también. Pero cuando el delito disminuye, el temor queda instalado. O sea que hay una cierta autonomía relativa del temor respecto al delito. Por lo que pude recabar, el caso uruguayo es particular: el temor aumentó antes que el delito», sostuvo Kessler.

Las cifras

29

Es la tasa de homicidios en Río de Janeiro cada 100 mil habitantes. Las autoridades quieren reducir esa cifra a 20 en 2014.

56%

Es el descenso en la tasa de homicidios que logró Antanas Mockus mientras fue alcalde de Bogotá entre 1995 y 2003.

20

Era la cifra de asesinatos violentos diarios que existía en Medellín en 1991. La cifra bajó por el accionar de las autoridades.

Bogotá

En la capital colombiana, además de aumentar el patrullaje, se impulsó una campaña para valorar la vida como el bien más relevante.

Durante la gestión de Antanas Mockus se limitó el consumo de alcohol y también el horario de bares y centros nocturnos.

En Bogotá también se trabaja para evitar los accidentes de tránsito. En 2011 murieron 560 personas en siniestros; en 1995 fueron 1.387.

Mockus repartió millones de tarjetas rojas y amarillas para que los ciudadanos calificaran cómo eran tratados por otras personas.

Río de Janeiro

La Policía de Río de Janeiro está en un proceso para controlar las favelas, de cara al Mundial de 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016.

Las autoridades policiales cariocas cuentan con más de 3.000 efectivos de choque para enfrentar a las bandas de narcos.

Como es muy complejo circular en vehículos, los equipos policiales patrullan las favelas a pie, en motos y también a caballo.

Para tomar el control de las zonas conflictivas, los policías «ocupan» las favelas por períodos que oscilan entre los 30 y los 90 días.

El País Digital