Aumentan los casos que se dan a conocer de magistrados o integrantes de la Justicia que ejercen abuso de autoridad, incurren en malos tratos laborales y hasta se llegó a registrar una denuncia de violencia doméstica por parte de un funcionario del Poder Judicial.
Lo cierto es que luego de que la causa Campagnoli sacara a la luz distintos testimonios de empleados que denunciaron malos tratos por parte del fiscal, los casos de abuso de autoridad por parte de los funcionarios de la Justicia comenzaron a evidenciarse y pusieron sobre el Poder Judicial un manto de preocupación.
“Yo tuve un ataque directo de Campagnoli: un día me empezó a gritar y avanzaba sobre mí a los gritos”, contó días atrás en los medios María de los Ángeles Gutiérrez, secretaria de la fiscalía de Saavedra en el área correccional, lo que marca un claro ejemplo de cierto accionar que parece repetirse en algunos despachos tribunalicios y, lo que es peor, también puertas afuera de éstos.
Esta creciente cantidad de denuncias por malos tratos y abusos de autoridad traen preocupación en la esfera judicial por lo que se estudia poner en marcha un resistido proyecto para avanzar con una revisión psicológica anual para los magistrados. Esta iniciativa se presenta en consonancia a un concepto que viene creciendo en la Justicia: la necesidad de revisar el perfil psicológico de los jueces cada determinado período de tiempo.
“Los jueces deberían revalidar su capacidad psicofísica para ejercer la profesión. Hay que hacer una evaluación de gestión de los magistrados, y si no la aprueban que esto sea causal de jury de enjuiciamiento”, sostiene el ministro de la Corte mendocina Mario Adaro.
El magistrado puso el foco sobre la Justicia y presentó hace tiempo un proyecto de ley para que avance en el control psicológico de los jueces dado que “hay muchos magistrados que, por cuestiones psíquicas, no están en condiciones de resolver con ecuanimidad, con objetividad, dado que por las presiones que sufren en el ejercicio de su profesión, no están psicológicamente estables, y no pueden quedar al frente de un juzgado”.
En consonancia con esta iniciativa, el titular de la Agrupación Gente de Derecho, Jorge Rizzo, sostiene que “cualquier trabajador tiene la obligación de hacerse exámenes una vez al año; las empresas habitualmente no cumplen con lo que indica la ley, y no veo por qué los jueces, como trabajadores del Poder Judicial, no debieran sujetarse a la misma normativa que cualquier trabajador común”.
Pedido de jury por golpeador
Un caso que avanza a paso firme es el pedido de jury al juez mendocino Gustavo Estrella, acusado de golpear a su esposa. La denuncia causó un verdadero escándalo en la esfera judicial. La denuncia al magistrado, acusado de haber golpeado a su pareja, se presentó ante la Corte Suprema de Mendoza, impulsado por la Fundación “Sobran Los Motivos”, que trabaja para la protección de víctimas de violencia de género.
El juez de la Séptima Cámara Laboral de Mendoza, Gustavo Estrella, fue denunciado por su pareja, quien detalló los malos tratos que sufrió por parte del magistrado. El conflicto se desató cuando el juez preguntó a su mujer si dentro de diez años, ella lo querría de la misma forma. Frente a la respuesta dubitativa de la mujer, se detonó la feroz golpiza.
La mujer denunció que el magistrado la golpeó cuando estaban en el departamento que compartían en la capital mendocina, y luego la sacó a la calle. La mujer hizo la denuncia a la policía y luego dio su testimonio al canal de televisión, donde quedaron registradas las secuelas de los golpes. En la denuncia, la mujer da testimonio sobre los hechos: dijo que la tiró al piso y después intentó ahorcarla con su propio pelo.
También que le pegó trompadas, patadas y que sujetándola por el cuello le dio la cabeza contra la pared. La mujer intentó defenderse, pero Estrella se ponía cada vez más agresivo.
“Me agarró contra la heladera y me dio piñas y patadas”, contó la víctima en declaraciones periodísticas. La violencia de la escena llegó hasta el momento en que la víctima recibió un sillazo que le dio en la cara y en el pecho.