Mieres del Camino, J.Á. G. Sobre la mediación en la resolución de conflictos se habló en la charla-coloquio titulada «Centro de Mediación para Resolución de Conflictos: Diálogo». Para tratar este novedoso mecanismo jurídico participaron, en el salón de actos de la Casa de Cultura de Mieres, Margarita Fuente Noriega, profesora de Derecho Civil y directora del Curso de Experto en Mediación de Conflictos de la Universidad de Oviedo; Ángel Campo Izquierdo, magistrado-juez del Juzgado de 1ª Instancia nº 8 de familia de Gijón; Braulio Antuña, abogado y experto en mediación; y María Asunción Tejedor Huerta, psicóloga y mediadora. El acto, con la colaboración del Club LA NUEVA ESPAÑA en las Cuencas, pretendía dar a conocer la mediación que consiste en una serie de reuniones entre dos partes en litigio para buscar un acuerdo. Su desarrollarlo se puede producir en muy diversos ámbitos (contencioso, laboral, educativo…), pero el proyecto que se va a implantar en el concejo va concentrarse en los conflictos familiares y recibe el nombre de Centro de Mediación Familiar de Mieres.
Braulio Antuña, abogado y promotor de esta iniciativa, comenzó su exposición con un sabor amargo: «Estos días, con ocasión de presentar invitaciones a esta charla, he tenido que oír alguna voz discrepante. Nada habría que decir si no viniera acompañada de insultos. Quizá ese recelo y antipatía por la herramienta de la mediación está causa por que los abogados se ven desplazados y con una merma de sus ingresos. Sin embargo, la mediación no se entendería sin abogados. Se trata de un servicio serio y riguroso», dijo Braulio Antuña. En la mediación, «las dos partes enfrentadas se dan cuenta de que tienen poder para negociar y poder con sus vidas, de lo contrario serán personas ajenas vinculadas por una sentencia judicial», añadió.
Por su parte, Margarita Fuente Noriega definió la mediación como «un método de trabajo, de gestión y de resolución de conflictos basado en la autocomposición y autorregulación. Muchas veces no se llega el acuerdo, pero se ha gestionado el conflicto de otra manera, a lo mejor se cambia la percepción, es más colaborativa, y de cara a su futuro se plantean las cosas de otra manera». Para esta experta «es conveniente tratar de comprender las razones, que las partes vayan cambiando su percepción y sea más beneficioso para ellas, porque ellas son las que han resuelto su conflicto. Además, se tiene la ventaja de que, en un índice muy elevado, se cumplen los acuerdos porque son ellas las que querían eso». En definitiva, son las partes las que toman la decisión acompañadas en todo momento por un mediador, sin poder de decisión, que asiste a las partes en su proceso de comunicación, su planteamiento del conflicto?». Para Margarita Fuente, que imparte clases de mediación, «es un proyecto satisfactorio ver cómo alumnos que hicieron cursos de experto en mediación están en esa iniciativa. Es una ilusión enorme por la motivación que tienen, por la pasión con la que hablan. Para ser un buen mediador uno tiene que creer en la mediación, porque si no se puede transmitir».
No obstante, dar a conocer la mediación es difícil, porque exige cambiar la mentalidad. «Somos un poco belicosos, litigiosos y resolver el conflicto no es ganar un pleito. Qué necesito, qué me interesa para estar satisfechos evitando ese coste emocional sin perdedor ni ganador», añadió Margarita Fuente. «Los países donde la mediación está más establecida son Inglaterra, Alemania, Holanda e Italia, y se va considerando como algo normal, una opción. En España no hay confianza, es un sistema de acceso a la justicia, un procedimiento que, en muchas ocasiones, es el adecuado para resolver nuestro conflicto». Así, existen mediaciones extrajudiciales, intrajudiciales y se está empezando a extender a otros ámbitos del Derecho Civil, responsabilidad, comunidad de vecinos, temas mercantiles, relaciones entre las empresas.
En ese cambio de mentalidad está trabajando la psicóloga y mediadora María Asunción Tejedor Huerta: «cuántas familias rotas, cuántos desencuentros…, no hemos llegado a solucionar nada. Los conflictos los encontramos diariamente y perdemos el poder de solucionarlo. La mediación es una manera muy efectiva de solucionarlos sin que quede resquemor, odio…». Por eso recomendó que, «en el futuro, cuando tengan un conflicto, deben ser capaces de solucionarlo, de entenderse, de hablar…». Y recomendó la mediación para resolver problemas sin tener que recurrir en primera instancia a los tribunales, siendo incluso más barato: «No ganamos tanto económicamente, pero ganamos en satisfacción. En un conflicto familiar hay una lucha de poder. Lo que más me preocupa es que unos progenitores no sean capaces de solucionarlo y traspasen los problemas a los hijos. Los padres tienen que darse cuenta de que los hijos tienen unas necesidades por encima de sus luchas particulares».
Finalmente, Ángel Campo Izquierdo, magistrado-juez del Juzgado de 1ª Instancia nº 8 de familia de Gijón, cree que hay que dar un golpe en la mesa. «Hay que dejar de ser políticamente correcto. Llevo muchos años hablando de eso y no hay mediación. Hay que hacer mediación de una vez. En este país nos vamos por las ramas porque hay unos intereses que no nos dejan hacer nada. Los actores principales en el conflicto son los abogados y estas personas son puros asesores. Hoy llegan dos abogados ante mí y me dicen que lo han hablado todo y que no es posible llegar a un acuerdo, cuando el acuerdo no es de los abogados ni de los fiscales, sino de las partes que son quienes viven con la sentencia cuando salen del juzgado». Según el magistrado, «la mediación se está atacando porque no se sabe lo que es. No es llegar a acuerdos. Lo importante de la mediación es que van a sentar a los actores principales y les van a hacer hablar, dialogar. En el juzgado la política es ver quién gana y quién castiga más o pierde más. Se va con la cultura de perdedor-ganador y se sale del juzgado con la noción de perdedor-perdedor pudiendo ser los dos ganador-ganador».
Para el magistrado la mediación es un trabajo cultural que debe comenzar en la escuela: «En esta sociedad no sabemos casarnos, no sabemos ser padres, no sabemos divorciarnos y después todo sale mal. La clave para que funcione la mediación es la mediación escolar. Hay que aprender a los niños a mediar, no pueden ir a la agresión, tienen que responsabilizarse para buscar la solución en el problema que lo ha causado. No se enseña a dialogar, a responsabilizarse de nuestras actuaciones», concluyó.
http://www.lne.es/caudal/2014/03/30/campo-partes-juez-idea-perder/1564164.html