Torturas, fugas y homicidios son parte de las problemáticas de las cárceles que con frecuencia llegan a ser conocidas por la sociedad. Pero para Leandro Halperín, abogado especialista en Derechos Humanos y Políticas Penitenciarias, en verdad es poco lo que trasciende de todo lo que pasa adentro.
El jurista, quien es asesor técnico de la Mesa Local del Frente Amplio UNEN, brindó el viernes una charla en la Unnoba sobre la situación del Servicio Penitenciario en el país. «Todos sabemos que parte de las consecuencias de lo que nos asusta del delito atiende al servicio penitenciario. Son aquellas personas que son identificadas como culpables y cumplen con una condena en una prisión. Pero luego de esa sentencia nuestra sociedad poco se entera de lo que sucede tras los muros y, mientras tanto, las consecuencias las sufrimos cuando vuelven al medio libre, porque en nuestras cárceles no se aprende nada bueno», dijo el ex asesor de la Secretaría de Políticas Criminales y Penitenciarias de la Nación.
«Las políticas públicas tienen la obligación de ir en el sentido contrario, de construir sociedades pacíficas. Sin embargo, por lo único que se preocupan es que no nos enteremos qué es lo que pasa en las prisiones y dejarnos tranquilos. No nos pueden engañar más. Todos sabemos, aunque no sepamos qué es lo que pasa adentro, qué es lo que pasa afuera. Y da mucho miedo como para que no hagamos algo», afirmó.
Esta semana se conoció un informe del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) en el que se denuncia una sobrepoblación en las prisiones bonaerenses «récord» en los los últimos quince años.
Al respecto, Halperín dijo que «tiene que ver con un crecimiento geométrico en base a las políticas públicas en la materia. No hay más detenidos porque el Estado está previniendo el delito o está reprimiéndolo una vez que sucede. La mayoría de los detenidos del Servicio Penitenciario son declarados inocentes con mucha velocidad. Lo que significa es que están yendo a pescar a una pecera», dijo.
«Precisamos prevención del delito en serio, no que nos hagan creer que están interviniendo llenando comisarías con pibes que ellos mismos mandan a robar para después poder encarcelar», aseguró.
Cárcel e inseguridad
En cuanto al impacto que pueden llegar a causar las cárceles en las ciudades donde se instalan, Halperín dijo que hay una mirada «hipócrita» y explicó: «son consecuencia de nuestra sociedad. No podemos hacer de cuenta que no están y no querer verlas cerca. Algunos pueden tenerlas más lejos que otros, pero si hay delito y hay castigo y el castigo implica la pérdida de la libertad, se necesitan cárceles. Que lo querramos ver o no es otro problema y la sociedad demanda encarcelamiento. En algún punto hay alguna hipocresía en querer más encarcelamiento pero no querer verlo», dijo.
«Lo que se necesita es que las cárceles tengan condiciones estructurales que permitan trabajar con esos hombres y mujeres privados de libertad, proyectando una vuelta al medio libre de manera no conflictiva», afirmó.
Sobre la relación entre las prisiones y la inseguridad, el especialista también dijo que «no hay una traslación directa de una cosa a la otra». Y agregó que «si bien en nuestro país la tasa de reincidencia es muy alta –ronda el 40 por ciento– también eso implica que seis de cada diez no vuelven a reincidir. Entonces no todos los que salen de la cárcel van a cometer un delito. Y dentro de los que vuelven a cometerlo, no suelen hacerlo en el lugar donde viven porque quieren vivir en paz», afirmó.
«Los que se integran en general a las comunidades, lo hacen de manera pacífica. Pero esto no lo provoca la cárcel. Que alguien no vuelva a delinquir no es un éxito del Servicio Penitenciario. Es un fracaso, porque el sistema está hecho para que las personas que están en su seno repitan las conductas que los llevaron a estar en ese lugar», ironizó.
http://www.diariodemocracia.com/notas/2014/8/17/carceles-hay-hipocresia-querer-prision-pero-querer-verla-87865.asp