El juez del Tribunal de Impugnación Penal, Carlos Antonio Flores, estuvo ayer dos horas frente a los cinco integrantes del jurado de enjuiciamiento dando explicaciones de porqué votó a favor del pedido de avenimiento solicitado por Carla Figueroa, quien fue asesinada por su pareja, Marcelo Tomaselli, seis días después de quedar en libertad. La audiencia debió trasladarse desde la sede del Consejo de la Magistratura al Superior Tribunal de Justicia porque el ruido de una protesta del grupo «Mujeres en bandada» impedía grabarla.
Flores fue denunciado por diputados de todos los bloques junto a su par del TIP, Gustavo Jensen, por mal desempeño debido a que otorgó la figura del avenimiento, una especie de pedido de perdón de la víctima que recientemente fue derogado del Código Penal. Justamente Carla, de 18 años, la solicitó ese perdón a Impugnación para que Tomaselli, de 26, quedara libre después de casarse con ella, a pesar de que meses antes lo había denunciado porque presuntamente la había violado en un descampado de General Pico. Jensen ya quedó desvinculado de la investigación porque se acogió al retiro anticipado y el gobernador Oscar Mario Jorge -pese a que podía haber esperado el desenlace del caso- se lo concedió.
A las 17.30 estaba pautado el inicio del jury en el Consejo de la Magistratura. Hasta allí llegaron once integrantes del movimiento «Mujeres en bandada» y después de escribir en el asfalto «Justicia para Carla Figueroa» comenzaron a hacer sonar sus bombos, tambores y tamboriles. Como por el ruido no podían grabar los dichos de Flores, el presidente del jury y ministro del STJ, Eduardo Fernández Mendía, salió a la puerta y les requirió si podían atenuar el sonido. Como se negaron, el jurado resolvió trasladarse a dependencias del Superior Tribunal. Flores, el apuntado por las mujeres, salió caminando y nadie lo insultó.
Una vez en el STJ, Fernández Mendía, los abogados Sergio Escudero y Ana María Bonaveri y los diputados María Silvia Larreta (PJ) y Martín Berhongaray (Frepam) oyeron las explicaciones del juez durante dos horas. No hubo preguntas, excepto algunos pedidos de aclaraciones. Cuando Flores concluyó su exposición, el jury deliberó una hora y resolvió volver a sesionar el lunes 14 de mayo a las 10. Ese día se elegirá uno de las dos opciones posibles: aceptar o rechazar la denuncia o disponer una investigación sumaria, un paso previo a la aceptación o el rechazo que prevé la ley provincial 313 de Jurado de Enjuiciamiento.

Fundamentos.
¿Qué dijo Flores? Básicamente repitió y amplió los fundamentos que escribió en su voto, y reiteró que actuó de acuerdo a derecho. En cambio no habría profundizado demasiado en la valoración de algunas situaciones que tendrían que ver con expresiones suyas en aquella resolución. En ella consideró que la solicitud de Carla fue «real y sincera» y que la solución alcanzada era «el modo más equitativo de armonizar el conflicto, no solamente en resguardo del interés de la víctima, sino también del hijo de ambos».
«Negar la posibilidad de avenimiento en tales condiciones significaría sustituir autoritariamente el interés y voluntad de la víctima por un interés público, que como señala la jurisprudencia, resulta secundario en delitos de esta naturaleza», remarcó el magistrado en el polémico fallo.
A priori, su exposición habría sido consistente y con buenos argumentos, aunque la incógnita es si le alcanzará para que el jury no avance con la denuncia.
Hay una cuestión que en algún momento sobrevoló el caso y sobre el que aún no se profundizó y es la actuación que le cupo al tribunal de audiencia de General Pico, que liberó a Tomaselli antes de que venciera el plazo que tenía la fiscal Ivana Hernández para recurrir la resolución del TIP (Flores votó a favor, Pablo Balaguer en contra y Jensen desempató). Impugnación había ordenara que se efectuaran una serie de estudios ambientales, psicológicos y sociológicos tanto a Carla como a su victimario.
Ellos se casaron cuando Tomaselli aún estaba detenido y él la mató de once puñaladas apenas seis días después e salir del encierro. Recientemente, en su única aparición pública, dijo que «volvería a matarla».