El magistrado encontró el origen de la problemática en la falta de comprensión, amor, afecto y contención por parte de su familia, lo que fue generando resentimientos en el joven.
Criado en una familia numerosa, con un padrastro que lo diferenciaba de sus hermanos, lo hicieron sentir excluido del lugar donde necesitaba ser reconocido.
Esa marginación se vio reforzada en el ámbito educativo, donde en todo momento se lo vio como “niño-problema” y no como un sujeto de derecho, que requería de contención y comprensión.
La solución que mejor se ajusta en el caso en cuestión es el retorno del joven a su familia y lugar de origen, donde tenga la oportunidad de volver a comenzar, con un intensivo abordaje exhaustivo de su problemática, a través del mecanismo de protección integral que lleva adelante la autoridad administrativa como organismo competente, que deberá acompañar no solo al joven sino también a su familia, de manera que el adolescente vuelva a sentirse contenido.
Si bien admite que el joven cometió hechos delictivos de distinta naturaleza, algunos reconocidos, “ello es indiferente pues al final de cuentas la respuesta no puede ser penal, debido a su no punibilidad”.
“Hemos perdido el enfoque que claramente nos brinda la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño, pues hemos adoptado la falsa creencia de que los niños son peligrosos, cuando en realidad se encuentran en peligro”, señala Morabito.
Un proceso rehabilitador garantiza de mejor manera la seguridad futura, pues la versión retributiva y represora puede pacificar mientras el sujeto se halla interno, pero cuando salga finalmente en libertad, con un sentimiento más de ser víctima por el trato recibido, será portador de una mayor agresividad respecto de la que podía poseer en un inicio frente a sus semejantes.
“Ese intento desmesurado de eliminar riesgos equivale a ‘dar pan para hoy y generar hambre para el mañana’”.
fuente http://launiondigital.com.ar/noticias/68235-origen-esta-falta-contencion