La ministra de Seguridad, Cecilia Rodríguez, y el secretario del área, Sergio Berni, expusieron por más de tres horas ante la Comisión Bicameral de Fiscalización de los Organos y Actividades de Seguridad Interior con roles divididos. Rodríguez leyó un informe sobre los “diez ejes de trabajo” que su gestión lleva a cabo con “la conducción política” sobre las fuerzas federales de seguridad. Berni, en tanto, respondió preguntas de los legisladores, donde no faltaron algunos contrapuntos con los representantes de la oposición. Los funcionarios le asignaron una relativa relevancia a la radarización del espacio aéreo en el combate contra el narcotráfico –uno de los temas alrededor del cual giró la discusión con la oposición parlamentaria–, pidieron mayor colaboración de la Justicia y reclamaron “responsabilidad” a la hora de difundir estadísticas sobre seguridad. Desde la oposición exigieron mayor información estadística sobre seguridad e insistieron sobre la radarización y la existencia de pistas de aterrizaje clandestinas.
Los legisladores valoraron la presencia de los funcionarios ante la bicameral de seguridad y consiguieron el compromiso de futuros encuentros. Berni asumió el suyo al término del encuentro frente a los periodistas. “Vinimos a aportar nuestra experiencia desde el Ejecutivo, y que el Legislativo aporte la capacidad de reformular ciertos mecanismos para darle mayores y mejores instrumentos al Ejecutivo”, sostuvo el secretario. También afirmó que la seguridad es “un tema que no sólo está en la agenda del gobierno nacional, sino en todo el país y que es cómo abordar los diferentes delitos que hay en toda la Argentina”.
Frente a la bicameral que preside el senador del peronismo disidente Adolfo Rodríguez Saá, la ministra prefirió no improvisar en su primera experiencia en el Congreso. Rodríguez leyó un informe sobre los “diez ejes de trabajo” de la cartera que asumió el año pasado, donde remarcó que su gestión lleva adelante una “política de seguridad con participación democrática”, porque “la seguridad no puede ser sólo un tema policial”.
Rodríguez reafirmó la “conducción política de las fuerzas de seguridad”, en contraposición del autogobierno de algunas policías provinciales. Además remarcó la “utilización de las capacidades operativas y de despliegue de las fuerzas de seguridad”, cuyo crecimiento numérico posibilitó –dijo la ministra– “incrementar la presencia de fuerzas federales en todo el país”.
La ministra también destacó la “profesionalización” de las fuerzas de seguridad y su “capacitación específica para un uso racional de la fuerza, respetuosa de la ley y de los derechos humanos”. Así como la “transformación tecnológica” promovida a lo largo de los últimos diez años “para la detención y corrección de delitos y obtención de pruebas”, la “articulación” de las fuerzas federales de seguridad con otros actores e hizo hincapié en la implementación de una “guía de actuación” ante casos de trata de personas y femicidios. Sobre la “acción integral de trabajo contra la criminalidad organizada”, Rodríguez señaló que su gestión tiene como “prioridad la lucha contra el narcotráfico y la trata de personas”, a los que calificó como problemas de carácter “transnacional”.
A la hora de las preguntas, los radicales comenzaron apuntándole a su gestión. El senador jujeño Gerardo Morales calificó como un “fracaso” la política para combatir el narcotráfico. Su correligionario mendocino Luis Petri embistió contra el Gobierno por la falta de estadísticas sobre criminalidad. El clima distendido en el Salón Azul del Senado se modificó. Morales introdujo el tema de la radarización del espacio aéreo y se convirtió en uno de los ejes del debate.
“Son importantes los radares. Todo el mundo lo ve como la solución definitiva en la lucha por la ocupación del espacio aéreo. Pero no es lo más significativo”, marcó Berni y abundó en ejemplos. Primero insistió en que Estados Unidos tiene radarizado el ciento por ciento de su territorio y, sin embargo, consume el 80 por ciento de la droga que se produce en Sudamérica. “El avión de Malaysia Airlines pasó por zonas calientes y no fue detectado por los radares”, remarcó luego Berni, y agregó que “no todos los radares toman los últimos cinco mil pies” desde la superficie.
Berni agregó que el sistema provisto por la Red de Observaciones Aéreas (ROA), que funciona para detectar y detener vuelos clandestinos, “lo estamos aplicando con mucha eficacia y eficiencia en la República Argentina”. Luego recordó que a través de la ROA “irrumpimos la semana pasada con 400 kilos de marihuana. Hace muy poquito, otros 400, 500 kilos de cocaína en cuatro avionetas. No sólo cómo se hace inteligencia criminal, sino también la inteligencia técnica”.
El jefe de la bancada de senadores kirchneristas, Miguel Pichetto, tomó la posta para replicar las críticas del Frente Renovador, el PRO y la UCR sobre la radarización. Destacó el trabajo del Invap en la producción de radares nacionales en la provincia de Río Negro para “no tener que depender de la tecnología alemana, u otra, (teniendo en cuenta) que nos salió más caro el mantenimiento que los radares” importados.
“Si vamos a aportar, que sea con conocimiento”, le recriminó Berni a la diputada massista Graciela Camaño, quien relacionó los radares con la población. “La eficacia de los radares no se mide por densidad poblacional sino por superficie de cobertura, por metros cuadrados”, precisó el secretario. “No fuimos a buscar nada, fuimos a colaborar con un problema grave que tenía la provincia de Santa Fe”, respondió ante la consulta del alcance del operativo federal en la ciudad de Rosario.
Berni aprovechó las respuestas para reclamar otras herramientas. Cuando hablamos de narcotráfico “pensamos consciente o inconscientemente en Colombia”, arrancó para luego concluir que “lo primero” que hizo este país para encarar el problema de las drogas fue una “reforma judicial que le permitiera dar herramientas procesales ágiles a la Justicia”.
Morales retomó el tema de la radarización y reclamó a los funcionarios por las “pistas clandestinas” de aterrizaje. Ante la respuesta de Berni, Morales recordó que el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, las había negado, mientras –según su interpretación– “Berni reconoció que hay 500 pistas ilegales” e increpó a la ministra: “Hay que ponerse de acuerdo”, dijo, y sostuvo que “no puede haber dos discursos en el mismo gobierno”.
Berni aclaró su postura ante los periodistas que lo abordaron al finalizar el encuentro. “Eso quedó claro en la aclaración que le hicimos al senador Morales. Es que si las pistas son clandestinas, no se conocen. Por eso le hice la observación al senador y que en el momento que son detectadas las pistas dejan de ser clandestinas y pasan a la base de datos del Ministerio de Seguridad”, señaló el secretario. La reunión había concluido.
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