«Me pegaron (los penitenciarios) cuando les dije que no me pusieran las esposas adelante y no atrás, porque soy ciego. Entonces me empezaron a golpear…», de ese modo comienza su testimonio el preso Walter Ovando (36), quien es no vidente y denunció a un grupo de guardiacárceles por haberlo golpeado la tarde del pasado 8 de marzo.

La denuncia la hizo su esposa, Alejandra Domínguez (36), en la Oficina Fiscal 2 de Ciudad luego de que su marido le contara lo sucedido.

Los rastros de los presuntos golpes se pueden apreciar en un video en que los mismos presos y compañeros de Ovando del pabellón «9» de la cárcel de Boulogne Sur Mer grabaran, con un teléfono celular, las lesiones y las declaraciones del detenido.

En el video, que ya se encuentra en la red social Facebook, aparece Ovando con su cara bastante golpeada y su antebrazo y pierna derecho con heridas. En el audio de la grabación, el mismo Ovando indica que todo ocurrió cuando sus compañeros de encierro se fueron a cursar «a la facultad, y aparecieron seis o siete (en referencia a penitenciarios) que comenzaron a pegarme y a insultarme: me decían cosas como ‘ciego cul…'».

En contrapartida, desde el Servicio Penitenciario manejan una versión antagónica a la de Ovando al asegurar que «el interno fue sorprendido con un celular durante una requisa y eso no está permitido. Como se puso mal ya que el hecho de tener un celular queda como una indisciplina, se ofuscó y hubo que tranquilizarlo. Además, por protocolo, todas las requisas son filmadas por lo que ese material fílmico fue a parar a la Justicia», según indicó a este diario Sebastián Sarmiento, a cargo del Servicio Penitenciario de Mendoza.

Discriminación

En esta ocasión, la presentación hecha por la esposa de Ovando en la Oficina Fiscal 2 no sólo se limitó a las lesiones sino que la mujer dejó sentado que en muchas ocasiones, su marido es discriminado por su condición de no vidente.

«Lo verduguean a cada rato por ser ciego. Cada vez que hay requisas se burlan de él, lo hacen dar vueltas para que se maree y se desoriente, y claro, como él es ciego camina torpemente y se le ríen», explicó la mujer desde su casa del barrio Santa Teresita, donde vive con los cinco hijos que tiene con el preso ciego; la menor, una beba de ocho meses.

La esposa del detenido no vidente dijo que el viernes pasado recién fue revisado por un médico forense «es decir 14 días después de los golpes, con lo que las marcas ya deben haber desaparecido».

En la denuncia, la mujer de Ovando dictó algunos nombres de penitenciarios que, de acuerdo con lo que le dijo su marido, fueron algunos de los que lo atacaron. De ese modo aparecen apellidos como Silva, Valdez y uno apodado «El Cancán».

Según su mujer, Ovando ni siquiera puede contar con su bastón ya que «cuando lo trasladaron desde el penal Almafuerte, el bastón se quedó allá y así se maneja por la cárcel. Por otra parte, los guardiacárceles dicen que mi esposo no está del todo ciego y que tiene engañados a todos».

¿Quién es?

Walter Ovando Avallay -tal es su segundo apellido- fue conocido en marzo de 2009 cuando tuvo lugar un homicidio a la salida del local bailable Treinta y Pico de calle Rioja y Lavalle de Ciudad. En aquella noche, un enfermero llamado Pablo Velázquez resultó muerto de un balazo después de una trifulca.

Luego de una pesquisa no muy larga, salió a la luz que «un ciego había sido el autor del disparo que mató a Velázquez». Durante el juicio que se llevó adelante en la Sexta Cámara del Crimen, quedó acreditado que si bien Ovando ya era ciego para entonces, «alguien le acercó un arma y luego le llevó la mano cerca de la víctima y el no vidente finalmente disparó».

El 23 de abril de 2010, Ovando fue condenado a 17 años de prisión acusado de homicidio agravado por el uso de armas. Durante el debate, el ciego también estaba imputado por portación ilegal de armas pero ese ítem no fue tenido en cuenta por el jurado ya que los jueces consideraron que el arma fue puesta en las manos del ciego por su primo, quien lo acompañaba la noche del crimen.

Ciego desde los 18 años, cuando recibió un balazo en la cara después de un asalto, el caso Ovando no deja de ser una rareza ya que en sucesos similares a los de él en otros lugares del país, los presos de esas características acceden a la prisión domiciliaria.

 

 

fuente http://www.losandes.com.ar/notas/2013/3/24/ciego-denuncia-maltrato-carcel-704127.asp