Dos internos murieron durante un incendio intencional que se produjo en un celda de la Seccional 6ª. Se trata de Matías Mulheman, oriundo de Trelew, detenido por descuartizar a un hombre el año pasado en el barrio Moure, y de Ángel Mirol, de 20 años, acusado de robo agravado con uso de armas.
Al hecho lo investigan la Policía y la intervención de un perito de Gendarmería Nacional. El fuego se habría desencadenado en horas de la madrugada y en un presunto intento de fuga. Otros dos internos compartían el reducido espacio de detención, caracterizado por una puerta de hierro macizo y estrechas ventanas.
Aunque la investigación recién podrá aportar datos más precisos, fuentes policiales corroboraron la existencia de “monos” (pertenencias) en el lugar del siniestro, lo que hacía presumir que la acción tenía el propósito de generar confusión para intentar una huída. Tampoco hay precisiones sobre los elementos usados para provocar el fuego ya que en el calabozo no se admiten elementos tales como encendedores o fósforos.
Lo cierto es que los detenidos decidieron encender un colchón en la puerta que rápidamente generó un humo denso en el interior, afectando a otros dos detenidos que debieron ser trasladados al Hospital Regional, previo traslado a otra dependencia. A raíz del fuego se afectó el metal de la puerta lo que habría impedido el ingreso rápido de los policías de guardia y luego de los Bomberos Voluntarios, convocados ante la situación.
Aunque el procedimiento se realizó con celeridad y de acuerdo a los protocolos de seguridad en estos casos, se pudo comprobar la muerte de dos detenidos debido a la inhalación de gases y no como directa consecuencia del incendio. Leonardo Bustos, segundo jefe de la Unidad Regional, confirmó que los cuerpos no tenían señales de quemaduras graves y que el hecho dio paso a un sumario interno para determinar lo ocurrido. “Se actuó rápido pero cuando se los sacó del lugar, dos de los cuatro afectados ya estaban sin vida”.
Bustos insistió en la necesidad de evitar que los calabozos comunes de las comisarías alojen a personas sometidas a proceso o bien, procesados a la espera de juicio. Y también trazó un rápido perfil de las víctimas quienes fueron protagonistas de hechos recientes que tuvieron un gran efecto mediático y social.
El segundo jefe de Unidad explicó que “el personal de la Comisaría fue alertado de la situación por los gritos de los detenidos y al concurrir al sector de calabozos, ya había humo, por lo que apresuradamente se pusieron a trabajar y lograron evacuar a dos detenidos, pero los que estaban en la celda donde se inició el fuego, fallecieron”.
Hubo una inspección ocular del lugar con presencia de personal de Criminalística, testigos y la fiscal de turno, Cecilia Codina. “Lo que pudimos observar, es que habían apoyado uno de los colchones en la parte interna contra la puerta y lo prendieron fuego. Esto provocó que la puerta metálica se trabe por el calor”. Bustos aclaró que el colchón era de material altamente combustible y reconoció que los calabozos son muy cerrados, con ventanas pequeñas por razones de seguridad. “Esto hace que el humo se encierre rápidamente provocando que en pocos minutos hayan inhalado mucho humo provocándole el deceso. Los cuerpos no presentan grandes quemaduras en el cuerpo, están prácticamente intactos. No obstante esto se sabrá a ciencia cierta cuando se efectúe la autopsia al igual que la pericia del calabozo que fue cerrado a éste efecto”, manifestó.
Negó algún tipo de negligencia de parte del personal policial y atribuyó el accidente a un intento de fuga. Finalmente, recordó que las comisarías de Comodoro no son un espacio propicio para mantener detenidos y señaló que esta misma semana se estuvieron reacondicionado pabellones en la Alcaidía, e inclusive se trasladaron detenidos a éste espacio más acorde para el alojamiento de detenidos.