Se trata de Facundo Viale, quien llegó a juicio por haber falsificado la firma del juez Ricardo Bustos Fierro para retirar dinero del corralito financiero.
El Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº 2 de Córdoba condenó ayer al abogado Facundo Viale a la pena de cinco años de prisión acusado de falsificar la firma del juez federal Ricardo Bustos Fierro para sacar fondos del corralito financiero.
Concretamente, se lo encontró responsable de haber cobrado cuatro depósitos en dólares en instituciones bancarias privadas de la city cordobesa por un monto que rondó 150 mil dólares. Asimismo, fue declarado culpable por intentar cobrar esa moneda extranjera en otras tres oportunidades, todo en concurso real.
Pese a la condena, el Tribunal Oral Federal presidido por José Fabián Asis e integrado por José María Pérez Villalobo y Carlos Julio Lascano dispuso que el abogado siga en libertad hasta que la sentencia quede firme.
Tras conocerse el veredicto, el fiscal federal Carlos Gonella se mostró conforme con la pena impuesta. “El Tribunal ha dictado una sentencia de cinco años de prisión que no es una pena baja, así que desde el punto de vista de nuestra función puedo decir que me encuentro satisfecho”, señaló.
Como se sabe, Gonella había pedido para Viale una condena de cinco años y seis meses de prisión por los presuntos delitos de falsificación de instrumento público reiterado (siete hechos) en calidad de partícipe necesario y en concurso real, cuatro hechos de estafa reiterada en concurso real y estafa en grado de tentativa (tres hechos) en concurso real.
Tras dictar sentencia, los jueces resolvieron girar las actuaciones a una fiscalía federal para que se investigue la posible existencia de dolo o imprudencia en los distintos niveles de responsabilidad funcional del juez Bustos Fierro, funcionarios o agentes de su juzgado. Ello también había sido reclamado por el Ministerio Público Fiscal.
La acusación
Según la instrucción, Viale “fabricaba” oficios con la firma de Bustos Fierro para lograr destrabar los depósitos en moneda extranjera en bancos privados. Con esos instrumentos apócrifos, concurría a las entidades crediticias de la ciudad de Córdoba y conseguía que les entregaran el dinero a sus clientes.
Las perspicacias de la empleada de una entidad bancaria y de un miembro de la Justicia federal de Córdoba (que supo que la firma no era ni parecida) pusieron en alerta sobre la maniobra delictiva que estaría pergeñando Viale, quien se jactaba en los pasillos tribunalicios como “un hombre de contactos”.
A lo largo del debate, ventilado desde inicios del pasado mes de agosto, pasaron por el estrado una veintena de testigos, entre letrados, funcionarios provinciales y autoridades bancarias, al igual que empleados judiciales.
