Dos guardiacárceles del Servicio Penitenciario de Córdoba fueron detenidos acusados de haber golpeado, aplicado corriente eléctrica y encerrado en un horno a un interno en el penal de Bower.
Según la acusación del fiscal Carlos Matheu, los agentes –cuyas identidades no trascendieron– cometieron «severidades agravadas y vejámenes ilegales agravados por la supuesta tortura aplicada» contra un preso de 43 años que trabaja en la panadería del penal.
«Al interno se le infringió un trato humillante a través de distintos golpes, pero también se le aplicaron otros tormentos como, por ejemplo, atarlo de pies y manos con cintas, encerrarlo dentro de un horno o aplicarle 220 voltios a través de generadores de corriente», explicó a Tiempo Argentino el fiscal Matheu.
La víctima es un hombre de 43 años que ingresó al penal de Bower en marzo, luego de ser condenado por un delito contra la propiedad. Por su buena conducta comenzó a trabajar como «fajinero» en la panadería que funciona dentro de la cárcel. Sin embargo, a los pocos días, sufrió los primeros hostigamientos de parte de los maestros panaderos pertenecientes al Servicio Penitenciario.
«Estos agentes debían enseñarle el oficio al interno, sin embargo, desde su llegada empezaron a tratarlo como si fuera un animal. Lo cual es un hecho muy grave porque el interno estaba bajo la custodia de ellos», remarcó Matheu.
Los testimonios recogidos en la causa describieron a la víctima «como una persona de carácter débil», una característica que los guardias aprovecharon para «tomarlo de punto».
«Todo indica que los malos tratos nacieron como una broma, para mofarse del preso, pero después las torturas fueron más graves hasta llegar a un nivel de sadismo que sorprende», agregó el fiscal.
Según la denuncia del interno, el hostigamiento comenzó en marzo, a los pocos días de llegar al sector de panadería, y se extendieron hasta septiembre, cuando le quemaron los dedos con descargas eléctricas.
Para las detenciones de los guardiacárceles –que se conocieron ayer pero que se concretaron el viernes– fueron claves el informe médico que constató todos los daños referidos por la víctima y las declaraciones de otros tres internos que trabajan en la panadería y corroboraron los dichos de su compañero. «
