La militante de género habló sobre las últimas conquistas en el reconocimiento de derechos de las mujeres y las minorías. Educar sobre la diversidad, un refugio para mujeres golpeadas, un debate amplio sobre el aborto, los desafíos que se vienen.

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CAROLINA GONZALEZ
Roberto y Dennis se convirtieron en agosto del 2010 en la primera pareja de hombres en casarse en Corrientes. Días atrás, María Eugenia inició el trámite para cambiar su identidad de género en el DNI. En la provincia se están llevando adelante dos juicios por violencia de género y se esperan sentencias ejemplificadoras. Hablamos de los primeros locales en hacer valer las conquistas logradas en el Congreso de la Nación.
En virtud del reconocimiento de estos derechos reclamados por las minorías, este medio dialogó con Carolina González. Una militante social y de género que hace años trabaja con estos grupos vulnerables y compartió su visión de lo que significa contar con estas garantías legales y todo lo que resta por hacerse para que las mismas sean respetadas como corresponde.¿Por qué decidís dedicarte a la defensa de los derechos de género?
Primero fue una cuestión orgánica del partido donde yo militaba. Había que trabajar en diferentes áreas y a mí me tocó estar en género. Venía de militar en “Venceremos” en la Universidad, en el mis-mo sector que estuve hasta hace pocos años, en Patria Libre que después fue Barrios de Pie y Libres del Sur.
En el 2001 empezamos a trabajar socialmente y yo me sumo ahí. Más tarde formé parte de Las Juanas Azurduy, entonces iniciamos una experiencia en la Municipalidad. Nos toca el área de políticas sociales, donde tenía un área de políticas para la mujer.
Primero, te digo, lo miraba con recelo porque tenemos esa mirada de creer que las cuestiones de género son poco importantes, que hay otras cosas más trascendentes, pero una vez que comencé a ver la realidad, vi que necesitábamos muchísimas cosas más. Todas esas cosas que yo veía, y que a mí me conmovían como para militar, lo vi doblemente cuando se trataba de mujeres. En esa época a todos nos tocaba la realidad del desempleo y la falta de oportunidades, pero a las mujeres les tocaba y sufrían el doble.

¿Cómo ves las últimas conquistas de género y diversidad?
Las veo muy positivas, veo que se vienen dando pasos muy grandes en los derechos de las mal llamadas minorías. Es como un reconocimiento al trabajo que viene haciendo mucha gente desde el anonimato, vienen organizándose, reclamando, haciendose escuchar. Se ha puesto el oído en esa gente, se han tratado estos temas en el Congreso con un gran apoyo del Gobierno nacional, porque sin eso no estaríamos hablando de estas conquistas, Matri-monio Igualitario, Ley de Identidad de Género, la Ley contra la Violencia de Género que fue muy im-portante para nosotras. Es poner el oído en la situación real de las personas.

¿Estas leyes se cumplen en Corrientes?
Primero tenés la garantía de la ley que es un gran paso. Tenemos la constitución nacional que también nos garantiza un montón de derecho. De ahí a cumplirla depende mucho de que nosotros la conozcamos y que nos organicemos para reclamarla. No podemos tener todos una copia de la ley, pero sí se pueden crear herramientas para que la mayoría de la población conozca sus derechos y los haga valer. De ahí no tenés que pedir permiso para que se cumpla algo, pero vos al no conocerla y vas a una institución y te la niegan, ¿qué haces?. Para mí la herramienta fundamental es que esto se conozca, se difunda. Una vez hecha la ley, debe publicarse y  di-fundirse. Eso muy pocas veces se cumple. Entonces tenés que ver los actores de este territorio responsables de dar a conocer la ley.

¿A nivel local se dan a conocer estas nuevas leyes?
Acá no quieren, hay una cosa de querer esconder siempre la realidad y estas cuestiones. Fijate que queda mucho en lo individual, muchas veces estas conquistas, por ejemplo María Eugenia tuvo que hacer varios intentos  para poder lograr empezar el trámite del documento. Pero hay mucha gente que viene una vez y desiste de hacerlo una segunda vez.

¿Ayudan los casos de Roberto y Dennis, y ahora el de María Eugenia?
Está bueno que ellos se animen a hacerlo público. Roberto y Dennis se expusieron. Dijeron nosotros vamos y ponemos el pecho, que no es fácil en Co-rrientes.
Abrieron la puerta a muchísima gente que está del otro lado esperando y viendo qué pasa. Espe-ramos que este caso de María Eugenia también sea la puerta que se abre. Sabemos que hay muchísima gente trans en Corrientes. Por ahí no la vemos de día, pero la vemos de noche. Esa gente si quiere realmente tener su identidad en su documento, que lo pueda hacer.
Esa es una herramienta, hacerlo público, pero también tenemos que ver quiénes son los encargados de transmitir eso, nosotros tenemos por acá funcionarios que hicieron juramento, que son nuestros representantes, tendrían que ser ellos los que busquen las formas para difundir esto y hacerlo accesible.

¿Existe discriminación en Corrientes?
La verdad es que estas conquistas las tenés que llevar a la práctica. Es un gran paso la Ley de Identidad de Género, pero después de ahí, ver que esa discriminación deje de existir a la hora de conseguir trabajo, a la hora de ir a una escuela o a la Universidad, yo creo que falta todavía. Vos a esa ley la tenés que acompañar de un montón de cuestiones para que realmente no se discrimine a esa gente. Está en el documento, y eso es un gran avance, pero cómo hacemos para incorporar gente travesti a un trabajo digno, a una educación que le permita capacitarse. Todo eso falta. Lo esencial en todo esto es el diseño de las políticas públicas, a quién va dirigido, quién las piensa, dónde están los proyectos de ley que hablen de esta gente, quién se encarga de ha-blar de esa gente.

¿A los correntinos nos cuesta aceptar lo diferente?
Nos cuesta muchísimo más que en otras provincias; eso no quiere decir que no se puede hacer, a lo mejor lleva otro proceso, otros tiempos, están las semillas sembradas para ir avanzando y de nosotros depende ayudar que eso sea más rápido. Mu-chas veces pasa por la censura y muchas otras veces pasa por la autocensura, no me animo porque creo que me van a decir tal cosa, pero a lo mejor no te la dicen, pero vos solo te cerrás a que eso pase. Como en la educación sexual que está hace años y muchos directivos se preocupan por lo que vayan a decir los padres, y ni siquiera lo intentan.

¿También creemos que la sociedad es conservadora?
Se da como sobreentendido que es así, acá tenemos ejemplos de que creeíamos una cosa, pero nuestro pueblo salió por otro lado. Lo de los autoconvocados del ‘99, nadie habría pensado que la gente iba a salir, se iba a juntar y organizar en toda la provincia para derrocar un gobierno autoritario. Pasó, sucedió. Las causas de lesa humanidad, Corrientes fue la primera provincia en el interior. Las denuncias de Malvinas por torturas salieron de acá. Son antecedentes que después se replicaron en el país.

¿Qué permite la ley contra la violencia de género?
Es muy importante, se lograron definir otros tipos de violencias, antes decíamos violencia familiar y era la única, ahora tenemos una ley que define la violencia simbólica, psicológica, la institucional, la obstétrica. Tenés definida en una ley para que puedas avanzar. Pero a nivel provincial y local ocurrieron cosas tan graves como el asesinato de los chiquitos de Lomas del Mirador; ese caso tendría que haber sido una bisagra. Hasta acá llegamos, de acá en más tenemos que trabajar de otra manera y no se hizo nada.

¿Qué se tiene que hacer para tratar esta problemática?
Se trabaja cuando la mujer golpeada viene, toma la denuncia, se la asesora. Tenemos que hacer eso, pero se trata cuando la violencia ya está presente. Tenés que trabajar en prevenir, erradicar y sancionar, como dice la ley. Ahora hay dos juicios por violencia de género. Andrea Alcaraz, que sufrió un intento de asesinato, y el de Valeria Azar, que la-mentablemente murió, y los agresores fueron su ex marido, su novio. Esperemos que las sentencias sean ejemplificadoras porque así vamos a dar una clara señal a la sociedad.
Después de ayudarla a que haga la denuncia, tenemos que darle asistencia. No hay un sólo refugio para mujeres, no hay nada. Yo por ahí caigo en saco en roto, le digo ‘hacé la denuncia’, pero la tengo que ayudar y tiene que volver a su casa y ahí está el golpeador y hasta que salga la expulsión del hogar pueden pasar días. Hace falta refugio sí o sí, en la mayoría de las provincias existe, vos tenés refugio para indigentes cuando hace frío y no tenés refugio para mujeres golpeadas. Hay que acordarse que son las mujeres y sus hijos. Esto no se discute, cuando se discute se cajonea, se lo veta. Proyectos hubieron, los aprobaron, los vetaron. Después tenés la otra parte, que es esencial para erradicar, que es la prevención, campañas de prevención, políticas públicas que todo el tiempo nos enseñen a reeducarnos, porque tenemos una enseñanza patriarcal y machista que nos atraviesa todo. El Estado tiene que asumir ese rol de educador, de educar para la igualdad, de estar mirando todo el tiempo si en las instituciones se cumple con esa igualdad de género. No se diseñan políticas públicas con mirada de género y eso es fundamental.

¿El aborto es el tema que se viene?
Tenemos que ir al debate del aborto como un derecho. Se tiene que legalizar. Pero antes hay otra cuestión que no se viene acatando que es el fallo de la Corte Suprema que habla sobre el aborto no punible. Esa es una cuestión específica. El aborto que hace tiempo está en el Código Penal legalizado, que no necesitabas ni siquiera un permiso, pero no se cumplía. La corte falló y explicitó bien que una mujer violada, no importa su condición, tenga el acceso a un aborto. Eso no se está cumpliendo porque las provincias tienen que hacer un protocolo para poder acceder más rápidamente. Qué pasa si va hoy una mujer al hospital de Corrientes, qué pasó con las nenas que se embarazaron producto de un abuso, siendo que ellas estaban contempladas dentro de este tipo de aborto no punible… quién les dijo que ellas podían acceder a esa opción, no estamos diciendo que alguien las obligue, sino que tienen esa opción, y que en el hospital se le va a hacer con todas las garantías del caso, y que su vida esté resguardada. Esta es una deuda pendiente, por lo visto no tienen ganas de cumplirlo. En trece provincias ya hicieron el protocolo, otras provincias las están discutiendo, como en el caso de Chaco, y en nuestra provincia todavía está en veremos.

¿Cómo ves el discurso de la Iglesia?
Yo entiendo que la Iglesia pueda tener su forma de pensamiento. No la comparto, pero acepto. Pero eso no justifica que intervenga en las decisiones del Estado. Yo puedo pensar y decir lo que quiero, pero si yo soy responsable de un Estado y ese Estado que está conformado por gente que piensa y siente diferente, no puedo meter en las leyes lo que opina un sector o un credo religioso, pienso que está totalmente fuera de lugar, no tiene que ser así. Pro vida somos todos, qué entendemos por pro vida, yo quiero ser pro vida, no quiero que nadie se muera por un aborto clandestino y que uno pueda decidir si quiere tener o no un hijo.