Pablo Barbirotto tuvo un viernes cargado de audiencias. La entrevista que estaba pautada para la mañana tuvo dos postergaciones debido a la apretada agenda de audiencias del defensor de Pobres y Menores Nº 8. Finalmente recibió a EL DIARIO a las 13.30, cuando los últimos trabajadores judiciales abandonaban raudamente el edificio de Tribunales de Paraná rumbo a un fin de semana reparador.
Barbirotto es un joven funcionario judicial que detenta distintos atributos. Entre ellos se destacan su solidez profesional y su predisposición a explicar con fundamentos sus posiciones. Fiel a esas condiciones sostuvo que “el Código Penal (CP) que está en vigencia es como Frankenstein. Es algo que nació y se le fueron agregando miles de pedazos. Tiene más de 600 leyes especiales, más de 900 reformas desde que fue creado en 1921 hasta este momento. Es un parche tras otro. Es una especie de monstruo que no tiene coherencia. Y un código es un instrumento que tiene que tener un conjunto sistematizado de normas que tengan coherencia y racionalidad, y actualmente no la tiene”. Así, respecto del anteproyecto de reforma del CP sostuvo: “Considero que es un Código nuevo, que es lo que se tiene que hacer”.
Respecto a la coherencia que debe tener el CP, Barbirotto preguntó: “¿Por qué debe tenerla?”, y respondió: “Principalmente debe tener racionalidad en cuanto a cómo deben estar establecidas las penas, la modalidad y la forma de cumplirlas, como así también para receptar los avances de la doctrina penal y de lo que se aplica en la jurisprudencia en los juzgados. El Código que tenemos es viejo y ningún jurista o especialista en Derecho Penal puede hablar de coherencia en este Código, que se maneja más por la interpretación jurisprudencial que por las normas que tiene”.
PENAS Y SEGURIDAD. “Dentro de la criminología, aumentar penas no tiene un efecto en seguridad. En 2004 cuando se aumentaron no solucionó nada la inseguridad” dijo en referencia al paquete de leyes que se aprobaron bajo la presión de las multitudinarias movilizaciones que convocó Carlos Blumberg. En este sentido precisó que “en el anteproyecto se propone aumentan las penas en 178 delitos, se disminuyen en 129, se crean 85 figuras penales nuevas y desaparecen 14”.
Barbirotto consideró que es necesaria una reforma, porque entre otras cuestiones de importancia a revisar, en el actual Código “todavía continúa la figura de batirse a duelo; hay una terminología que refiere a la mujer honesta, idiota o demente. Hay cuestiones a las que hay que darles racionalidad; se necesita darle una lógica y una coherencia porque el contexto en 1921 era totalmente diferente a como es casi 100 años después”.
Conforme a su vocación por explicar sus posiciones, tenía anotadas entre los numerosos expedientes que se apilaban en su escritorio, algunas paradojas que fueron surgiendo tras tantos años de incorporar leyes al Código sin el debido debate. En este sentido mencionó que “el robo de ganado tiene más pena que un homicidio, que es un delito contra la vida; un robo tiene mayor pena que una lesión gravísima, como la amputación de un miembro” y añadió que “con Blumberg, cuando se aumentaron drásticamente todas las penas y se agregaron otras, secuestrar a una persona era más grave que matarla; hoy en día pasa eso, porque en aquel momento el secuestro era la noticia, era el enemigo público número uno, entonces los medios fijaban la agenda”. El joven defensor volvió a reiterar que “es un Código que no tiene coherencia, en el que secuestrar a una embarazada tiene más pena que matarla; no tiene sentido, entonces para racionalizarlo hubo que bajar penas que se subieron abruptamente”.
ACCESIBLE. Barbirotto destacó que “lo bueno de este anteproyecto de Código es que está en un lenguaje claro, sencillo, que lo puede entender el ciudadano de a pie, que no necesita tener formación jurídica, donde se explica el por qué se toma ese tipo de medidas. También tiene cuestiones muy interesantes como el maltrato animal; el tema de las personas jurídicas, porque la responsabilidad penal era sólo para las personas de carne y hueso, y así se busca responsabilizar a una gran empresa multinacional que genera un daño ambiental o contra la vida, a la que se le ponían distintos tipos de multa y todo quedaba en la faz administrativa. Hoy se la puede sancionar”.
DEBATE. El funcionario comparó el rechazo que tuvo el anteproyecto, aún antes de nacer, con el que tuvo la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual cuando se presentó ante la sociedad, y señaló la legitimidad que adquirió cuando se debatió en cientos de foros por todo el país, donde participaron distintos actores de la sociedad civil que vieron cómo sus aportes fueron a enriquecerla.” Surge esta cuestión como sucedió con la Ley de Medios, de empezar a socializar el proyecto porque se filtró mucha información antes que fuese entregado a diputados y senadores”, lo que a su entender generó “incertidumbre, que con este nuevo Código se iba a generar una situación de inseguridad total, donde los delincuentes iban a entrar por una puerta e iban a salir por otra, donde se bajaban escandalosamente las penas para los delitos más graves, lo que no es así”.
Para Barbirotto el fin es “debatir cuáles son los aspectos centrales del proyecto, principalmente que la propuesta se discuta como se hizo con la Ley de Medios, en cada escuela, universidad, en cada ámbito donde pueda socializarse el debate, como clubes y comisiones vecinales; debatir sobre qué consiste el proyecto, porque este proyecto de Código es como un apéndice de la Constitución, tenemos que tener en cuenta que este proyecto también tiene que venir de la ciudadanía, como un proyecto cultural, y que la ciudadanía lo acepte y entienda de qué se está hablando”.
Convencido de lo enriquecedor que será plantear en tema para debatirlo, expresó: “Me parece sumamente sano que se discuta y que se haga en el marco de la sociedad civil”, para luego destacar “la oportunidad que tienen diputados y senadores nacionales que, a 30 años de democracia a esta parte, puedan trabajar en un Código nuevo a través del mandato que les da el pueblo para representarnos; y de discutirlo en ese escenario, principalmente, y no en los medios como se dio últimamente, lo que generó mucha incertidumbre, donde sin que se conociera de qué trataba el anteproyecto, ya salieron a enfrentarlo”.
Políticas
El funcionario exhibió que “las estadísticas en América Latina exhiben que de cada veinte hechos que comente una persona la agarran en uno o en dos; por eso, lo que más hay que destacar es la prevención por sobre el juzgamiento o la pena que se va a aplicar. La historia demuestra que aumentar las penas y poner más policías en la calle no aumenta la seguridad. Creo que va por otro tipo de política que tiene que ver con la inclusión y la prevención”.
Inseguridad jurídica
Barirotto precisó que “el anteproyecto tiene 289 artículos, cuando el Código tiene 624 páginas con un montón de leyes especiales. Esto genera desconocimiento hasta en los propios abogados que no saben a dónde recurrir para determinadas cuestiones. Con este proyecto pueden directamente en 289 artículos, en forma sencilla y clara, determinar y tener toda la materia penal en un órgano normativo sistematizado”.
El defensor opinó que “también genera hasta una inseguridad jurídica, de no saber dónde están reguladas las distintas materias y si siguen o no vigentes, porque el actual CP es una especie de parche, uno tras otro, que no tienen coherencia”.Néstor Belini
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