“Por supuesto que a la droga se la está robando hace cuatro años la Policía”, fue la respuesta del fiscal federal Gustavo Vidal Lascano a la nota remitida por el Tribunal Oral Federal N°2 de Córdoba a la procuradora General de la Nación, Alejandra Gils Carbó, reclamando su intervención por la reiterada desaparición de drogas en los juzgados federales.
La polémica entre jueces y fiscales federales cordobeses estalló cuando los camaristas José Fabián Asís, Carlos Lascano y José María Pérez Villalobo hicieron hincapié en la desaparición de 4,5 kilos de cocaína secuestrados en una causa juzgada en el 2009 y que terminó con la condena de tres personas, fallo que acaba de ser anulado por la Cámara Nacional de Casación Penal de la Nación. La semana pasada, a ese escándalo se sumó otro: el de los 30 kilos de marihuana reemplazados por alfalfa y piedras.
En ambos casos, el fiscal de Instrucción fue Vidal Lascano. José Asís llegó a decir ayer en declaraciones radiales que había un “Triángulo de las Bermudas” en la Justicia federal, en alusión a los faltantes de estupefacientes.
Pero más allá de la controversia dialéctica entre funcionarios judiciales, lo cierto es que la investigación que llevan adelante el juzgado federal N° 1 de Ricardo Bustos Fierro y la fiscalía de Enrique Senestrari podría demostrar que un grupo de policías provinciales de Lucha contra el Narcotráfico venía cometiendo irregularidades y delitos desde hace varios años, en apariencia, logrando engañar a unos y otros.
Los dichos de Vidal Lascano, en cuanto a que la Policía venía robando droga desde hace cuatro años, estarían corroborados por el secuestro de documentación en el allanamiento a dependencia de Drogas Peligrosas, en especial en el edificio de la Central de Policía. Aunque se trata de una tarea muy lenta, se supo que ya se han analizado sumarios escondidos y/o archivados en dependencias policiales que jamás fueron elevados a la Justicia federal. Incluso hay expedientes donde había instrucciones para actuar y pedidos de intervenciones telefónicas que jamás llegaron a destino.
Solamente del año 2009 se habría encontrado casi un centenar de sumarios en los que figurarían narcotraficantes investigados que jamás fueron puestos a disposición de los juzgados federales y –lo que es más grave–, que en varios casos se investigaba a personas con pedidos de captura por distintos delitos, que sin embargo no fueron detenidos. “Esto nos hace pensar que los narcos y prófugos de la Justicia eran extorsionados por policías”, confió uno de los colaboradores de Senestrari.
En esos expedientes “archivados” figuran también intervenciones telefónicas autorizadas por la Justicia, las que se manejaban discrecionalmente desde Drogas Peligrosas. Lo que ya había surgido en el marco de la investigación de Senestrari es que en algunas causas figuran cintas que los comisionados dicen que “no son de interés” y jamás se conocen sus contenidos, esto por la confianza de fiscales y jueces con los comisionados en casa caso.
En una de esas causas en la que “el Francés” Viarnes declara como testigo y se identifica como agente de Inteligencia del Ejército, le “hacen una cama” a un joven que vendía una casa para supuestamente plantarle droga y surge el agente encubierto como potencial comprador. Después de la detención, habrían aparecido dos de los policías hoy presos, Franco Argüello y Fabián Peralta Dattoli ofreciendo una copia del sumario a la familia del muchacho preso, el que todavía no había sido elevado a la Justicia. Además de esa copia, los policías prometieron que la cinta donde aparecían llamadas telefónicas comprometedoras para su familiar no sería incorporada. Esta es la primera causa del escándalo que fue elevada a juicio y tiene fecha de inicio para el próximo 7 de octubre en el Tribunal Oral Federal N° 2.
A medida que transcurren los días, surgen nuevas pruebas que apuntan a los dirigidos por el detenido comisario mayor Rafael Sosa. Las próximas horas pueden ser claves si el juez Bustos Fierro ordenara nuevas detenciones.
Alfalfa por marihuana
Pedido de excarcelación. El abogado del oficial inspector Gastón Bustos, Julio Deheza, pidió ayer la excarcelación de su defendido al sostener que es totalmente inocente. Al policía se lo acusa de haber cambiado 30 kilos de marihuana por alfalfa y granza. Bustos era el jefe de Drogas Peligrosas de Mina Clavero y está detenido desde el martes pasado, luego de haber estado prófugo cuatro días.
“Mala lectura de la prueba”. El abogado de Bustos sostiene que la detención se debe a una mala lectura de la prueba, ya que “no se sabe si había marihuana al momento del decomiso”. E incluso, fue más allá al sostener que su defendido no participó de ese operativo y nunca vio la droga sino “una valija precintada”.
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