Julio Frutos, ex comisario general y experto en estadísticas de seguridad, problematizó la forma en que se mide y aborda el fenómeno. «Un Estado decide cuantas denuncias y qué tasa criminal va a tener», advirtió

"El 50% de los delitos no son registrados"

El debate sobre si los delitos han aumentado a niveles preocupantes, o si sólo se trata de una mera percepción popular – presuntamente magnificada por la difusión de los medios de comunicación- se ha instalado durante los últimos años. La frase “sensación de inseguridad”, lanzada ocasionalmente por distintos funcionarios nacionales, ha funcionado como latiguillo discursivo para minimizar los crímenes perpetrados en la comunidad y legitimar la gestión en el área. El diagnóstico, además, se ha visto oscurecido por la falta de estadísticas públicas fehacientes que registren cabalmente el fenómeno.

En la XI Feria y Congreso Internacional para Gobiernos Locales, de la cual fue partícipeInfobae.com, el ex comisario general y coordinador del Observatorio de Seguridad Ciudadana para los Municipios de la Provincia de Buenos AiresJulio Frutos, planteóque está sucediendo en materia criminal e intentó desentrañar el rol que juega elfactor miedo.

Una de las dificultades que se ponen de manifiesto es el carácter público de las cifras de la inseguridad. El Sistema Nacional de Información Criminal (SNIC), organismo que recolecta toda la información estadístico criminal a partir de los reportes policiales que hacen los estados provinciales, es la principal institución capaz de dar un diagnóstico lo más certero posible. “El SNIC no publica sus datos desde 2009 y tampoco realiza encuestas de victimización desde el 2006”, sostuvo Frutos en la conferencia realizada en el Complejo Costa Salguero.

La metodología, el “cómo se mide” la criminalidad, también es objeto de controversias. “Cuando hablamos de delitos, solemos hablar de ‘cifra blanca’ o ‘datos duros’, las denuncias que un Estado ha recibido. En realidad, yo diría que un Estado ha querido recibir. Un Estado decide cuantas denuncias y qué tasa criminal va a tener”, expuso Frutos.

La idea es aparentemente contraintuitiva. En la opinión del ex comisario, los poderes públicos toman especial atención a los delitos violentos que suceden en el espacio público, en detrimento de otros que quedan invisibilizados. En la amplia gama de crímenes contra la propiedad, la libertad y la vida, situaciones como la violencia intrafamiliar, actos de corrupción (mayores o menores), hurtos, golpizas, o robos sin coacción física no suelen quedar registrados en las mediciones nacionales.

“Cifras negras”, o lo que el Estado no ve

Por ello, Frutos asegura que existe otro tipo de datos que son importantes para dar cuenta de la dimensión de la inseguridad. “En contraposición con los datos objetivos, están los ‘datos blandos’ o la ‘cifra negra’Son los números no conocidos por el aparato estatal y que se lo conoce a través de encuestas de victimización, de percepción –cuanto miedo hay en el territorio-, o los mapas comunitarios – basados en areas de preocupación recolectados junto a lo que dice la gente-”, explicó el asesor técnico de la FAM.

“En los casos de mayor perfeccionamiento de los sistemas de información criminal, aun así la ‘cifra negra’ duplica a la masa de delitos registrados. Es decir, el 50% de los casos nos quedaría sin registro”, sentenció.

Por lo tanto, cifras como las de la provincia de Buenos Aires, donde se midió una baja de la tasa de homicidios del 7,04 a 6,63 cada 100.000 habitantes (2010-11), solo habla de “la mitad de la realidad”. “Es un poco impropio decir que el delito bajó. Hablar solo de cifra blanca es como tomarse la fiebre durante el día, y no por la noche. Lo único que se hace con eso es enojar a la gente”, sostuvo el experto en seguridad.

La magnitud de las posibles distorsiones se percibe en las diferencias entre las tasas de victimización – situaciones donde las personas o un familiar han sido víctimas de un delito – y de homicidios. En Argentina, la primera trepó hasta un 39%, mientras que la segunda es del 5,5%, según una medición internacional comparada realizada por la consultora Latinobarómetro.

“Sensación” vs realidad

“Se ha subestimado y hablado socarronamente sobre la percepción de la inseguridad”, alertó Frutos. “El temor tiene muchos vericuetos-continuó-. No es homogéneo, no afecta a todas las personas por igual. Las personas más expuestas a homicidios son los jóvenes, y no son los más temerosos. El miedo funciona totalmente desvinculado de la realidad objetiva y es independiente de la victimización, no crece junto a las estadísticas criminales. Lo dicen los estudios econométricos, hay evidencia científica”.

Sin embargo, el asesor técnico de la FAM sostuvo que la sensación de inseguridad es clave en el diseño de las políticas públicas y es responsabilidad del Estado suprimirla. “La persona con temor va a actuar como si las cosas estuvieran ocurriendo.  Conducir el clima de opinión es importantísimo, caso contrario, la gobernabilidad se ve comprometida. La inseguridad es una bomba en los cimientos del sistema democrático”, alertó.

¿Cuáles son las causas de la sensación de inseguridad? Frutos enumera varios problemas: la desconfianza en las policías, la percepción de abandono estatal – cuando no hay calles, alumbrados y hay construcciones deterioradas-, el aumento objetivo de los delitos, y la limitada cohesión social.

En lo que respecta a este último factor, Frutos apuntó a que no importa que el barrio sea una villa de emergencia.  “El temor tiene su propia lógica. Aún cuando el barrio sea el más critico, ellos se sienten seguros ahí. Es la cohesión social. Hay una situación domestica, un reconocimiento del territorio, y una tendencia natural de las personas a sentirnos seguros en los lugares que conocemos”, explicó.

Una mirada interdisciplinaria

El coordinador de ObserBa evaluó que debe haber innovación en la gestión de la seguridad, y la calificó como un “modelo ineficiente”. Con  la misma cantidad de personal policial que la de los regímenes europeos, aún no hay resultados satisfactorios en el área.

Con mayor control, mas policías y mas cárceles. ¿Mejoraron los niveles de percepción de inseguridad subjetiva? No han mejorado. Necesitamos ser más creativos, sino seguiremos generando más costos económicos. Si se bajaran 1% o 2% los puntos de victimización, se ahorrarían importantes recursos millonarios”, sostuvo.

“La clave es la interagencialidad y la multidisciplinariedad.prosiguió-. Tiene que hablar toda la gente, no solo los especialistas en seguridad. Si no somos serios en nuestra intervención, cada vez nuestros indicadores van a hacer peores”.

 

fuente http://www.infobae.com/notas/675575-El-50-de-los-delitos-no-son-registrados.html