SAN MIGUEL DE TUCUMÁN.- «Escucharcómo secuestraron a Marita es como que te metan un palo en el corazón y te lo revuelvan.» Así describió Susana Trimarco su sensación durante la primera jornada de los alegatos en el juicio que se sigue por el secuestro de su hija María de los Ángeles Verón, «Marita», ocurrido el 3 de abril de 2002.
El abogado Carlos Varela Álvarez, su representante en la querella, trazó una línea del tiempo entre los días previos al secuestro de Marita y las pistas y testimonios que se recogieron durante los casi nueve meses que lleva el juicio oral por este emblemático caso sobre la trata de personas.
Varela Álvarez fue contundente en varios tramos de su exposición. Señaló que apenas habían pasado siete días de su desaparición ya se sabía que Marita no se había ido por su cuenta, sino que había sido secuestrada. La primera pista que siguieron los policías era que la joven se había fugado con algún amante.
El abogado apuntó a los policías que la habían visto en La Ramada, una localidad del interior tucumano, y que la mandaron en un colectivo hacia la terminal en vez de devolverla a su familia. Varela Álvarez recordó que se había emitido una circular que alertaba sobre la desaparición de Marita y que los policías omitieron labrar un acta cuando la encontraron.
«Devolvieron a Marita a sus secuestradores», lanzó el letrado. «Héctor Brito, el jefe de la Brigada, le pidió 1500 pesos al padre de Marita [Daniel Verón] para empezar» a investigar el caso, agregó.
El abogado también recordó los testimonios de varias personas que a lo largo del juicio declararon haber visto a Marita en los prostíbulos de La Rioja, que regenteaban tres de los principales acusados: Irma Medina y sus hijos José «Chenga» Gómez y Gonzalo Gómez.
DEFENSA DE LAS TESTIGOS
En un tramo, Varela Álvarez defendió a las testigos que declararon en el juicio. «Todas dicen la verdad. Es imposible que todas recuerden con precisión lo que pasó hace más de diez años. Cada una tiene un recuerdo de lo que pasó», señaló.
Para el abogado, representante de la acción civil, el testimonio de Daniela Milhein fue clave en la causa, ya que describió que ella captaba chicas jóvenes, a las que ofrecía trabajo como niñeras, y que, en realidad, eran enviadas a prostíbulos de Río Gallegos y La Rioja. Calificó a los prostíbulos de «campos de concentración privados».
En la primera jornada de los alegatos -la recta final del juicio- estaba previsto que la acción civil terminara su exposición y luego continuara el Ministerio Público Fiscal con su parte. Sin embargo, una indisposición física del juez Eduardo Romero Lascano impidió que continuara la audiencia, que se retomará hoy.
En esta etapa, está previsto que al término de la exposición de Varela Álvarez, el fiscal Carlos Sale alegue y pida una pena de 15 años para los acusados.
Marita Verón salió de su casa el 3 de abril de 2002 rumbo a la maternidad para hacerse un chequeo, pero nunca regresó. Según testimonios, los ocupantes de un Fiat Duna rojo la habrían secuestrado a «pocas cuadras de su casa». Estuvo unos días cautiva en una casa de Yerba Buena y luego habría sido vendida a una red de trata de personas. Hay testigos que aseguran haberla visto en prostíbulos de La Rioja.
Por esta causa están siendo enjuiciadas 13 personas. Los abogados de los acusados serán los últimos en hacer sus alegatos, tras lo cual el tribunal se tomará un receso hasta mediados de noviembre, cuando se conocerá la sentencia.
«Pasaron diez años y Marita no aparece, pero sigo buscando a mi hija y quiero que se haga justicia», dijo al final Susana Trimarco, que estampó su mano en una bandera que decía #noalatrata.
LA LARGA LUCHA DE UNA MADRE
Su esfuerzo, fundamental para llegar al juicio oral
- Susana Trimarco
Madre de Marita Verón
«Escuchar cómo secuestraron a Marita es como que te metan un palo en el corazón y te lo revuelvan»
«Pasaron diez años y Marita no aparece, pero sigo buscando a mi hija y quiero que se haga justicia»
fuente http://www.lanacion.com.ar/1521893-el-abogado-de-la-familia-de-marita-veron-contra-la-policia