Mientras el fiscal pidió al Tribunal Oral en lo Criminal 2 de Mercedes que condene a Ailén y Marina Jara por homicidio simple en grado de tentativa, lesiones graves y uso de arma, la defensa solicitó la absolución alegando que las jóvenes veinteañeras actuaron en legítima defensa.
El TOC 2, integrado por  Marco Barski, Graciela Larroque y José Ibrahim, como suplente de Fernando Bustos Berrondo, confirmó al cierre de la jornada que su veredicto se conocerá el martes 9 de abril a las 12, y al mismo tiempo, volvió a denegar la prisión domiciliaria de las mujeres.

La sesión había comenzado a las 9.30 tras la llegada de Ailén y Marina, de 21 y 20 años respectivamente, vestidas de blanco y de buen ánimo, que buscaron la mirada de su mamá, Elena, rodeada como en cada jornada por organizaciones solidarias con las hermanas, a quienes consideran víctimas de violencia de género.

En la sala estuvieron Mirta Baravalle y Elia Espen, de Madres de Plaza de Mayo, línea Fundadora; Being Szmukler, presidente del Observatorio de la Justicia; Claudia Rocca, de la Asociación Americana de Juristas y representantes del Ministerio de Justicia y de la Secretaría de Derechos Humanos bonaerense.

En medio de un desproporcionado operativo de seguridad, que no se había desplegado en las otras instancias del juicio, diez efectivos del servicio penitenciario y de la policía provincial, organizaron la distribución de las más de 40 personas que colmaron la sala, todas presentes para apoyar a las supuestas agresoras.

Antes de escuchar al fiscal Guillermo Altube, se tomó declaración al último testigo, Jorge Leinati, quien según la supuesta víctima de las hermanas Juan Leguizamón, podría demostrar que él tenía una relación afectiva con ellas.

Tras un breve interrogatorio, el hombre no pudo brindar ningún tipo de dato al respecto.

Luego Altube, en una alocución de 50 minutos, alegó que las hermanas “lo andaban buscando a Leguizamón, lo esperaron para agredirlo porque él andaba con las dos; ellas tenían un arma, además del cuchillo”, y descalificó por «absurdo» la versión de las jóvenes.

Las hermanas siempre sostuvieron que el 19 de febrero de 2011 regresaban a la madrugada su casa, en un barrio de Paso del Rey, en el partido bonaerense de Moreno, y que fueron interceptadas por Leguizamón quien las amenazó con un arma de fuego, hizo un disparo de amedrentamiento e intentó abusar de Ailén.

En el juicio la chica relató que Leguizamón le dijo: “Ahora vas a ser mía”.

Ella logró arrebatarle el arma, mientras Marina sacó un cuchillo doméstico «Tramontina» con el que hirió al agresor, quien a su vez las golpeó a ambas.

“El cuchillo lo tenían para defenderse, no para matar” aseveró en su alegato la abogada Gabriela Conte, para quien los testimonios escuchados en el juicio durante la semana pasada “dejaron en claro que Leguizamón protagonizó distintos y constantes episodios de violencia, que usa armas, que consume drogas».

«Él tiene todo permitido, pero ellas no, por eso están presas por defenderse”, cuestionó la abogada.

Isidro Encina, otro de los defensores, resaltó que la supuesta víctima que dijo tener relaciones con las hermanas “nunca pudo dar un solo dato que confirmara su versión como tampoco lo hicieron sus familiares que fueron testigos en la causa”.

También criticó en detalle la etapa de instrucción que realizó la fiscal de Moreno, Luisa Pontecorvo, y que avaló el juzgado, que en 2011 era el de garantías 4 de Moreno y que ahora es el 1 de Morón, instancia a la que calificó “de desidia, a la que colaboró la defensora oficial y la misma policía”.

Sobre este punto, el abogado solicitó al tribunal que esta situación “no quede impune, porque la fiscal nunca tuvo interés en saber lo que realmente ocurrió”.

Encina resaltó que “quedó demostrado en la audiencia que Leguizamón siempre tuvo relaciones sentimentales usando armas de fuego” y destacó que las jóvenes “se presentaron a la comisaría a contar su versión e incluso llevaron el cuchillo, porque no tenían nada que esconder”.

A su turno, Eduardo Suárez también miembro de la defensa, señaló que el hombre que denunció a las chicas “es el matón del barrio, es machista, sexista, tiene un desprecio por cualquier ser humano”.

Para el abogado, el fiscal “no tiene pruebas, por eso sólo utiliza elementos de la cuestionada instrucción y no toma elementos que surgieron durante el debate, como el hecho de que el arma no está y las únicas pruebas de pólvora están en el pantalón que tenía puesto Leguizamón esa noche, sumado a que desapareció la remera con manchas de sangre que él usaba”.

La defensa solicitó la absolución de Marina y Ailén por considerar que fueron víctimas de violencia y actuaron en legítima defensa, y volvió a pedir que se morigere la prisión hasta la lectura de sentencia.

Al cierre de la jornada, el juez Barski dio las palabras a las detenidas, pero sólo Ailén habló: «Le dimos el cuchillo a la policía para demostrar que nos defendimos. Esperamos que esto se resuelva y nos defiendan. Gracias por el apoyo”.

Las hermanas volvieron a llorar cuando fueron esposadas para salir de la sala, como ocurrió en audiencias anteriores.

En la puerta del Tribunal, organizaciones  sociales, políticas y de mujeres, reclamaban a viva voz por la libertad de Marina y Ailén, apoyo que provocó una tímida sonrisa de las jóvenes cuando subieron al móvil que las devolvió al penal de Los Hornos donde están presas hace más de dos años.

 

 

fuente http://www.telam.com.ar/notas/201303/11593-el-fiscal-solicito-una-condena-por-tentativa-de-homicidio-para-ailen-y-mariana-jara.html