Sin demoras, ayer por la mañana el gobernador Martín Buzzi aceptó la renuncia de Lucas Sivila y de Horacio González –que duraron apenas 3 semanas en sus cargos- y los reemplazó por los comisarios Julio Blanco y Jorge Santibáñez, que ya conforman la nueva cúpula de la Policía de la Provincia. Ambos juraron ayer en el Salón de los Constituyentes de Casa de Gobierno en Rawson en un escenario difícil, con una fuerza de seguridad muy cuestionada.
Al hablar de la renuncia de Sivila, Buzzi advirtió que es imprescindible “la subordinación plena de la Policía en todas las instancias al poder político de la provincia”. Y apenas reveló que la cúpula saliente se fue debido a su “disidencia con las medidas que decidí adoptar luego de los hechos que son de público conocimiento y que significan llevar adelante una profunda reforma en la institución policial”. Aún así, les agradeció el gesto de sinceridad de “expresar su disidencia con la reforma a través de sus renuncias”.
“Quiero dejar muy en claro que este gobernador no admite bajo ningún concepto otra relación que no sea la de la plena subordinación de la institución policial al poder político –remarcó-. Vamos a tener el control pleno de la Policía interviniendo en las distintas instancias de toma de decisiones tanto en las unidades regionales como a nivel de comisarías. Esto es así y será así”. El mandatario insistió con que “cada una de las conducciones de la fuerza se tiene que subordinar a esta forma de conducir la policía. Quien no lo hace, presentará la renuncia”.
“Le pedimos a la conducción de la Policía que se maneje de determinada forma y llegue al fondo de la cuestión controlando con mucha presencia de las autoridades máximas de conducción. Es lo que pretendo de quienes tienen la responsabilidad de conducir la fuerza. Y quien no esté de acuerdo, tendrá que dar un paso al costado”.
Según Buzzi, “el que conduce la Policía es el gobernador. Y no vamos a admitir que alguien cuestione ese principio porque lo establece la Constitución. La ley es para todos, y quien busca ponerse por encima de ella está violando los más profundos principios de la vida republicana”.
En cuanto a la anunciada reforma, puntualizó que “está en marcha y la vamos a profundizar con la nueva Jefatura, tanto al máximo nivel de la institución como en las cuatro regionales”. Y explicó que los cambios “no buscan debilitar sino al revés: fortalecer la institución apostando a la profesionalización de la fuerza y al reconocimiento de quienes actúan con vocación y honestidad. Estamos del lado de los buenos policías, de los que quieren más y mejores herramientas para desempeñar su labor, de los que buscan superarse profesionalmente”.
“Pretendemos que la formación de los oficiales y suboficiales tengan un tiempo más significativo, una fuerza que tiene ser democrática, ajustada a Derecho, al entorno y al sistema en el cual vivimos. Hay que darles muy bien las herramientas a la Policía, acompañar y sostener al buen policía, porque también hay que bancarlo”, graficó.
“Las reformas que hemos emprendido no tienen vuelta atrás. En el caso de los hechos que son de dominio público, mi compromiso ante la familia de la víctima y la comunidad es trabajar para que se haga justicia. Y esto tampoco tiene vuelta atrás”, remarcó el gobernador.
Finalmente, Buzzi subrayó que “no vamos a consentir de ninguna manera que en nuestras fuerzas de seguridad persistan prácticas propias del pasado más oscuro de la Argentina. Tampoco vamos a avalar la existencia de una institución que encubra a unos pocos delincuentes que se amparan en su seno”.
Por su parte el nuevo jefe, el comisario Blanco, reafirmó que la Policía “está plenamente comprometida con el respeto por las leyes, las normas de convivencia democrática y subordinada a los poderes constituidos del Estado”. En este sentido consideró que “el desafío de los tiempos que vienen es estar a la altura de las circunstancias. El delito es cada vez más complejo y necesitamos tener una fuerza más profesional, que incorpore las más avanzadas metodologías en prevención e investigación criminal”.
Asimismo consideró que “nuestro mayor compromiso es con la ciudadanía honesta y esto no sólo implica combatir el delito en las calles, sino también perseguir a los delincuentes que andan por la vida disfrazados de policías. Y digo ‘disfrazados’ porque un malhechor de uniforme no es un policía, y esto es algo que hasta el último agente tiene que tener bien en claro”.
Anticipando su gestión, Blanco indicó que “la Policía tiene que ser parte de la solución, nunca parte del problema. Por eso es necesario comprender que este combate contra el delito debe hacerse con mano firme pero siempre dentro del marco de la ley. Esto no es, como equivocadamente dicen algunos, proteger al delincuente, sino darle al buen policía una poderosa herramienta, que es el respaldo de todos los poderes del Estado a la hora de cumplir con su misión”.
Con relación a los episodios de abuso policial en varias ciudades de Chubut, el comisario consideró que “hechos lamentables como los de las últimas semanas nos afectan profundamente como institución, puesto que nos alejan de la sociedad que deposita su confianza en nosotros. Aspiramos a que la Policía sea una institución ejemplar, reconocida por su vocación de servicio, su heroísmo, su talento, su eficacia y, ante todo, su honestidad. Queremos que desde el agente más nuevo hasta el oficial de mayor jerarquía puedan lucir con orgullo su uniforme”.
Por último, el flamante subjefe, el comisario Santibáñez, subrayó que “trataremos de satisfacer las necesidades que tiene en su aspecto y trabajar para la comunidad. La impronta será trabajar tanto para la fuerza y para la comunidad que es a quien nos debemos”. En este sentido señaló que “para restablecer la confianza con la comunidad es trabajar con ella. Dentro de la fuerza tenemos muchas personas de bien y no por un hecho aislado se tienen que igualar a todos. Eso es un trabajo que comienza ahora y vamos a tratar de lograr el mayor éxito posible”