“Te queda poco tiempo” escuchó Franco que le decían, pero siguió corriendo a toda velocidad, con la frasesita girandole en la cabeza. Por entonces, el 18 de Enero de 2011, era asesinado en un robo el empleado de la Agencia de Seguridad Vial bonaerense Fabián Esquivel, en el barrio platense de Tolosa. El hecho lamentable conmovió el país en pleno verano, especialmente por la circunstancia de que el hijo de Esquivel había visto cómo mataban a su padre, mientras estaba escondido dentro de un placard. La policía bonarense, salió a buscar a posibles sospechosos, y encontró al vecino Franco Quintana, de 15 años. Como bien explicó por entonces el periodista Horacio Verbitsky (Para ser Franco, Pag/12, 30/1/2011) “… en el expediente judicial no hay una sola prueba que lo incrimine”. Y así fué, no la había. La justicia no tenía pruebas para incriminar al menor. Pero ello no impidió que sobre “la nada” se montara un espectáculo de demagogia antijuvenil, con pedido de baja de edad de imputabilidad mediante, aprovechada por el persistente Superministro Ricardo Casal, quien pretendió a toda costa dar credibilidad a la hipótesis policial; sin llegar a lograrlo. Franco no solo nunca fue declarado responsable por ser inimputable, sino por no existir pruebas concretas (la causa IPP 2039-11, el crimen de Esquivel todavía sigue impune). Para evitar que sea linchado o asesinado por la propia policía, la Provincia de Buenos Aires intentó trasladar a Franco a Bariloche, pero ante la oposición familiar y del defensor, finalmente lo envió a distintas Comunidades Terapéuticas perdidas en el conurbano; lugarespor los que fue pasando, gulags donde la Secretaría de Niñez terceriza el encierro de la minoridad inimputable, bajo la fachada de la salud mental y la seguridad manicomial. Un año estuvo Franco encerrado en las mazmorras privadas (casi todo el 2011) aprehendiendo el código tumbero del que nada sabía al ingresar; hasta que un día decidió escaparse. Su abuela Elba Alderete lo vio llegar a principios del 2012, toda la familia estuvo con él y lo acompañó. Pero entonces Franco empezó a salir y a encontrarse con sus amigos en la esquina. La Secretaría de Niñez no buscó formas de contención o protección alternativas; la justicia ordenó la re-captura para reeviarlo a la misma u otra Comunidad perdida en el conurbano. De todos modos no sabemos porqué la policía no mandó nunca a cumplir esa orden de la justicia. Tampoco lo sabe su abuela Elba Alderete, y se lamenta. Pasaron los días. Franco recordaba el murmullo: “Te queda poco tiempo”. El 27 de diciembre, decidió entrar a la heladería ubicada en 13 y 32. Como siempre, el resto, es fuente policial: Un adolescente murió anoche al recibir un tiro en la espalda frente a una heladería… luego de que junto a dos cómplices intentara asaltar el comercio.. los ladrones se enfrentaron a tiros con policías que les dieron la voz de alto. Un joven cayó herido y cerca de él quedó tirada un arma de fuego… Al donde inmediatamente fue atendido por los médicos de guardia, pero poco después perdió la vida…” La misma fuente policial que reproduce el diario Hoy de La Plata, dice que el hecho ocurrió 23:30. Faltaba media hora para que comience el día de Los Santos e Inocentes.
Julián Axat. Defensor Penal Juvenil
Foto- Prontuario Policial de Franco Quintana, elaborado por la policía y denunciado por ilegal. Publicado por el diario Perfil.
fuente http://elniniorizoma.wordpress.com/2012/12/28/para-seguir-siendo-franco/