El “Sí, quiero” en las cárceles se escucha cada vez menos. Las autoridades y empleados del servicio penitenciario recuerdan que antes eran más frecuentes los casamientos, en cambio hoy la realidad es diferente: hay muy pocas consultas sobre los trámites para contraer matrimonio.
Es que antes existía el mito de que al formalizar las relaciones de pareja ante la ley se podrían acelerar los beneficios que obtienen los condenados, como salidas transitorias, traslados o la misma libertad condicional. Sin embargo, quienes trabajan en las unidades penales de varones y de mujeres de Paraná, afirman que el enlace no tiene nada que ver con el cumplimiento de reglas de conducta mientras se cumple una pena. Tampoco los beneficia en la cantidad ni el tiempo de las visitas tanto familiares (dos veces por semana) como íntimas (una vez por semana).
En lo que se coincide es que son las mujeres de los presos quienes más insisten, y quienes realizan todos los trámites y piden los turnos para concretar el casamiento.
“Antes eran más frecuentes los pedidos”, recuerda una trabajadora social que se desempeña en la Unidad Penal Nº 1. Durante 2012 solo se casaron dos internos de esta cárcel, que tiene hoy a alrededor de 320 presos. En la Unidad Penal Nº 6, donde hay alojadas 26 internas, solo una de ellas se casó este año.
Los presos están privados de la libertad, no de otros derechos, al menos en la teoría. Por eso no hay nada diferente con respecto a las nupcias de aquellos que están libres. Quienes desean casarse, averiguan por los trámites a realizar y las parejas los realizan en el Registro Civil, donde además solicitan un turno. Llegado el día, el interno es trasladado esposado en un móvil del servicio penitenciario a la sede en la cual firmará con su pareja ante el juez, previa autorización del juez de Ejecución de Penas. De mismo modo debe ser autorizada la salida para hacerse el análisis prenupcial en el hospital.
Otra particularidad es que al momento de elegir los testigos del casamiento civil, no se pueden seleccionar aquellos parientes o amigos que sean internos de la cárcel, sino solo personas que estén en libertad.
Además, según las creencias religiosas de cada uno, en la cárcel se lleva a cabo la misa o celebración correspondiente para comprometerse ante un sacerdote o pastor.
fuente http://www.unoentrerios.com.ar/policiales/En-las-carceles-hay-cada-vez-menos-casamientos-de-presos-20121215-0005.html