En una entrevista exclusiva con el ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Dr. Eugenio Raúl Zaffaroni, se habló sobre diversas problemáticas de actualidad relacionadas con la situación delictiva y la justicia en nuestro país.
En medio del debate actual sobre la despenalización del consumo y tenencia de ciertas sustancias tóxicas, indicó que la política criminal llevada adelante en estos últimos cuarenta años contra el narcotráfico, “ha sido totalmente inútil” y sus resultados prácticos fue una “difusión total de los tóxicos”.
También desvinculó la comisión de delitos contra la propiedad con el consumo de estupefacientes. “La incidencia que tienen los tóxicos prohibidos en el delito es muy baja, si es que tiene alguna. Si alguien piensa que después de fumarse un porro va ir a asaltar a alguien, evidentemente no”, señaló el Dr. Zaffaroni.
Además habló sobre los “riesgos reales” que existen en nuestra ciudad y el rol de los medios de comunicación en relación con las cuestiones vinculadas al delito. Señaló como un problema fundamental el grado de “violencia social” que tenemos.
La entrevista fue realizada en la presentación de su último libro, “La palabra de los muertos”, publicado recientemente.
Despenalización
¿Cuál es su opinión sobre el actual debate de la despenalización de la tenencia y consumo de ciertas sustancias ilegales?
Hace muchos años que vengo sosteniendo, primero la inconstitucionalidad de la punición de la tenencia, cuando por la forma de la tenencia y la cantidad, no se genere un riesgo para la salud de otro. Creo que eso es inmiscuirse en la moral individual.
En segundo término, esto ha llevado a una política criminal absolutamente ridícula, es decir le ha facilitado a la policía un medio extorsivo y la generación de cajas, meterse a controlar boliches, etc.
También facilitó que el esfuerzo que hay que dedicar a la persecución del narcotráfico se dedique a la persecución de consumidores, en consecuencia se descuida el otro aspecto que es donde tenemos que concentrar los cañones.
A lo largo de muchos años lo que hemos hecho es absolutamente inútil. Hay quien dice que con esto -la despenalización de la tenencia y el consumo- se va a fomentar el aumento del consumo y etc. Yo le preguntaría si con esto la hemos disminuido, después de cuarenta años que seguimos haciendo las mismas tonterías.
Esto responde a una ideología. Es la ideología de la guerra contra la droga que comenzó con el bien recordado presidente Nixon, y que tuvo su repercusión en nuestro país cuando en los años setenta, en postrimerías del gobierno inconstitucional, se sanciona la ley antiterrorista y simultáneamente una ley antidroga con López Rega.
A partir de ahí, comienza esta locura y esta tontería que realmente después de cuarenta años de guerra contra la droga, vemos los resultados prácticos que ha tenido: una difusión total de los tóxicos.
Y no solo eso, sino que irrumpe de pronto el paco ahora con consecuencias letales, y no basta con la criminación, sino que requiere medidas urgentes de carácter sanitario y social.
Uno de los tantos argumentos que se utiliza en esta “guerra” contra las drogas es su vinculación con la comisión de actos delictivos. ¿Cuál es su opinión sobre esta idea?
El único toxico criminógeno por excelencia en nuestro país es el alcohol. Los demás son criminógenos en la medida que estemos hablando de los delitos vinculados al tráfico de tóxicos.
La incidencia que tienen los tóxicos prohibidos en el delito es muy baja, si es que tiene alguna. Si alguien piensa que después de fumarse un porro va ir a asaltar a alguien, evidentemente no.
También se considera que se pueden cometer delitos contra la propiedad para comprar estas sustancias…
Bueno, se pueden cometer delitos contra la propiedad para comprar alcohol también, o para comprar cualquier otra cosa. Normalmente quien comete delitos contra la propiedad no es un ahorrista, de modo que lo gasta a veces en algo que no es muy racional.
Quiero aclarar también que eso de que roba porque tiene la dependencia, es un estereotipo que viene del consumidor de heroína, y en nuestro mercado no tenemos esa sustancia.
¿Sociedades violentas?
En estos tiempos se ha hablado mucho sobre sociedades inseguras, ¿no cree que sería mejor que comencemos a hablar un poco de sociedades violentas?
Sí, sí exactamente. La cuestión es el grado de violencia social que tenemos.
También le quería preguntar sobre el rol que tienen los medios de comunicación en esto…
Está muy claro que los medios de comunicación a lo largo de toda América Latina, con incidencia de violencia totalmente distinta, con el genocidio que está ocurriendo en México o los altos niveles de homicidios que todavía tiene Brasil, el discurso es totalmente el mismo.
No les importa el número de muertos que haya o la cantidad de violencia que exista. Lo que pretenden mostrar es que el único peligro de hecho es la delincuencia común.
Los demás peligros no importan, si uno cruza la calle y lo revolea un auto, mala suerte; si uno se suicida por que se deprime, no importa. Hay muchos más muertos por suicidios y accidentes de tránsito, que los muertos de violencia criminal.
Si estamos hablando de riesgos para la vida o la integridad física, creo que primero debemos cuidarnos de cruzar la calle, segundo tener mucho cuidado de no deprimirnos y matarnos. Tercero tenemos que cuidarnos de la gente conocida, los parientes, y cuarto de la muerte en un asalto. Ese es el orden de riesgos que tenemos.
Juicio por jurados
En la provincia de Buenos Aires se está debatiendo sobre la implementación del juicio por jurados. ¿Cuál es su opinión sobre la implementación de este tipo de juicios?
Yo no tengo ninguna confianza en el juicio por jurados. Me parece que sería necesario hacer una interpretación progresiva de la Constitución y que haya participación popular en el juzgamiento a través del juicio de un Tribunal mixto, con jurados y jueces técnicos.
Eso sí, pero el juicio por jurado puro, primero es caro. En segundo termino no sé que se va a hacer en procesos complejos, ¿van a tener encerrados un año a los jurados adentro de una pieza? Eso no se va a poder hacer.
Creo que va traer más inconvenientes que otra cosa, y por otra parte no estamos acostumbraos y no hay gente dispuesta a ser jurado con facilidad. Además nuestra justicia no tiene problemas con el Tribunal sentenciador en general. Los problemas más graves los tenemos en un embudo que se hace en la instrucción, con especialistas en prescripción que la alargan, y hacer apelable cualquier medida de instrucción.
El problema del juicio por jurados también se planteó entre una contraposición entre el saber popular y el saber del experto…
En ese sentido que haya control popular y participación de escabinos en el Tribunal me parece correcto. En cuanto a valoración de la prueba, yo coincido en que por más que tengamos bibliotecas, en definitiva lo que hacemos es una reconstrucción histórica de hechos pasados. A eso lo puede hacer mi abuelita o el más experto jurista del mundo.
Otra de las dificultades fundamental que encuentro en esto, es que no se puede escindir radicalmente la cuestión de hecho y la cuestión de derecho. Si le estoy preguntando a alguien si hubo legítima defensa, tengo que saber qué es la legítima defensa. Y a esas cosas no se las va a enseñar el Juez con explicarle en cinco minutos cuáles son los conceptos.-