Por Julio Maier * ¡Escalofriante! Las penas son susceptibles de ser compradas y vendidas: tienen precio, que cualquiera puede abonar por el autor condenado. Sería correcto, por ejemplo, que un papá pague las penas de su hijo, de modo que este último pueda transgredir a voluntad las reglas de conducta amenazadas con una pena, sin...