Los integrantes del Tribunal Oral Nº 14, quienes en junio de 2007 condenaron a 30 años de cárcel al vendedor Fernando Carrera por considerarlo responsable de la llamada “Masacre de Pompeya”, en la que murieron tres personas y otras cuatro resultaron heridas, serán ahora investigados como presuntos autores de los delitos de “prevaricato agravado” y “encubrimiento agravado”. La denuncia fue presentada por Enrique Piñeyro, director de la película Rati Horror Show, en la que se aportaron pruebas para demostrar la inocencia de Carrera, víctima de una conspiración por la que ahora están siendo investigados, en el fuero administrativo, ocho policías de la Federal. La presentación hecha por Piñeyro contra los jueces del Tribunal Oral Nº 14 fue acogida en forma favorable por la Fiscalía Federal Nº 2, a cargo de Carlos Rívolo, quien asumió la acción penal destinada a determinar si los magistrados deben ser sancionados por los delitos que se les imputan.
Carrera, un padre de familia sin antecedentes penales, estuvo siete años preso, acusado de haber cometido un robo, de haber escapado primero de la policía y luego de tirotearse con los uniformados, hasta finalmente emprender una loca carrera con su auto, con el que atropelló a varias personas, tres de las cuales fallecieron. En el requerimiento de instrucción, al que tuvo acceso Página/12, el fiscal señala que los miembros del tribunal “habrían utilizado hechos inexistentes para fundar su decisión”, dando por cierto que Carrera había disparado en contra de los policías que lo venían persiguiendo. Desde el principio del caso, la defensa del vendedor sostuvo que a Carrera lo habían confundido con los verdaderos autores del robo que se le imputaba.
En el requerimiento, la fiscalía recordó que, en su fallo, los jueces Hugo Norberto Cataldi, Rosa del Socorro Lescano y Beatriz Bistué de Soler consideraron que el alegato de la defensa en el sentido de que Carrera nunca empuñó un arma y, en consecuencia, nunca disparó contra los policías, era “una hipótesis defensista”. Los jueces sostuvieron que la misma “queda huérfana de apoyo si se tiene presente lo declarado” en el juicio oral por los testigos “Rodolfo Darío Villafañe, Gustavo Carlos Jarc y Rubén Oscar Maugeri, quienes corroboraron el extremo relativo a que el conductor del Peugeot de color blanco –Carrera– fue quien inició los disparos desde el interior del rodado y reforzaron así las referencias de los funcionarios de la Brigada de la Comisaría de la Seccional 34”.
Sin embargo, de acuerdo con la denuncia de Piñeyro, que se basa en las copias textuales de la sentencia judicial, de las declaraciones reales de esos testigos clave “no surge que Fernando Carrera fuese el autor de los disparos”.
El testigo Jarc dijo que “escuchó disparos de armas de fuego”, pero aclaró que “no sabe de dónde provinieron”. Precisó, incluso, que “no vio si disparaban de adentro del auto”, dado que “no vio el intercambio, lo escuchó”. En cuanto a Villafañe, de sus dichos surge que “cuando empiezan los disparos no lo vio porque estaba detrás” de un coche. Por su parte, Maugeri dijo que “creía que los disparos provenían del auto blanco” de Carrera, aunque él “no vio los disparos sino que sólo los escuchó”. Tampoco pudo apreciar si eran “disparos de ida y vuelta”, aunque todos vieron que un grupo numeroso de policías rodeó el automóvil de Carrera y disparó contra el supuesto ladrón.
En la causa nunca se probó que hubiera daños, en el interior del Peugeot, que indicaran que se hicieron disparos desde adentro hacia afuera. Los impactos provenían del lugar donde estaban los policías. Incluso Carrera sufrió heridas que le hicieron perder el conocimiento y el control del vehículo que manejaba, motivo por el cual embistió a las víctimas del hecho. En la presentación del fiscal se señalan diálogos textuales entre los jueces y los testigos clave, donde éstos siempre aclaran que “no vieron” sino que “escucharon los disparos”.
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