El protagonista de esta historia se llama Marcelo Segovia, quien el 13 de julio fue condenado por el Tribunal Oral en lo Criminal 1 de La Matanza a la pena de 29 años de prisión. Sin embargo, una semana después logró escaparse de la Unidad 32 del Servicio Penitenciario Bonaerense.
Ahora las autoridades de la provincia de Buenos Aires «están investigando» cómo pudo hacer Segovia para fugarse, ya que el penal tiene varios muros de seguridad; por eso pusieron en la mira de la pesquisa al personal de la dirección de la cárcel.
El hecho que lo condenó
El prófugo debía cumplir 29 años de reclusión por el secuestro y homicidio del comerciante Emiliano Martino, hecho ocurrido en la madrugada del 14 de enero de 2010.
La víctima fue tomada como rehén cuando llegaba a su casa en Ramos Mejía; un vecino dio aviso a la Policía, que llegó rápidamente al lugar, pero los ladrones decidieron llevarse a Martino en su camioneta, para escapar.
Hubo un tiroteo y Martino cayó al pavimento herido con una bala en la espalda, mientras que uno de los delincuentes fue abatido y los otros tres fueron apresados.
En un primer momento se pensó que la bala podía haber sido de la policía, pero el propio gobernador Daniel Scioli anunció entonces que había sido disparada por los delincuentes.
Junto a Segovia, el Tribunal también condenó a 27 años de encierro a Gonzalo Prelis y a 26 años a Claudia Pérez, una mujer que ya tenía antecedentes por robo calificado.
