Según un informe reciente de la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (Correpi), Mendoza ocupa el quinto lugar en Argentina, en situaciones vinculadas al gatillo fácil.
El informe está actualizado hasta los primeros días de noviembre y tiene en cuenta «todo caso que implique la aplicación de política represiva estatal y la utilización de los recursos del aparato estatal, cuyo resultado sea la muerte de la víctima». Es decir, personas que fallecieron a manos de efectivos de las distintas fuerzas.
A nivel nacional se han contado en lo que va de 2012, 182 muertes en las que el victimario ha sido un miembro de alguna fuerza; aunque el informe aclara que aún faltan relevar las estadísticas de los dos últimos meses del año y de aquellas situaciones que aún no salen a la luz. Así, por ejemplo en 2011 ocurrieron 239 casos, de los cuales 151 se conocieron con el correr de 2012. Es decir, que la cifra de lo que va de este año bien podría ampliarse.
Mendoza ocupa un quinto puesto, con el 5 por ciento de las muertes. Adelante están Buenos Aires (45%), Santa Fe (13%), Córdoba (8%) y la Ciudad de Buenos Aires (7%).
Aunque en este caso, la posición de Mendoza empeora si se tiene en cuenta que los tres primeros puestos están ocupados por provincias que superan la densidad poblacional local. Es decir, que al tener menos habitantes, aumenta la estadística en relación a la cantidad de víctimas cada un determinado número de personas.
En total, hasta el momento la Correpi ha contado para Mendoza 182 casos de personas muertas en situaciones de violencia de las fuerzas armadas ocurridas a partir del año 1992.
Las estadísticas agregan que el 58 por ciento de los crímenes fueron perpetrados por policías provinciales seguido -muy de lejos- por hechos que involucran a los servicios penitenciarios (26%).
Los casos locales de este año
En el informe también se advierte que el 50 por ciento de las víctimas tiene menos de 25 años.
Este dato no es ajeno en Mendoza. Este año se han producido tres hechos que colocaron bajo la lupa el accionar de policías en los que, justamente, las víctimas tenían 16, 19 y 22 años.
En orden cronológico, esos trágicos sucesos comenzaron con la muerte de Franco Díaz (19), ocurrida el 6 de mayo de 2012 en una casa de Groussac y Olaya Pescara de Tomba del barrio Palumbo de Godoy Cruz.
A las 2.30, policías llegaron a ese lugar en reclamo de vecinos que se quejaron al 911 por los ruidos molestos que provenían de una fiesta protagonizada por adolescentes.
Los efectivos obligaron a los chicos a salir a la calle y algunos de ellos comenzaron a tirarles piedras. Luego llegaron más policías y en ese momento, según el relato de los testigos, comenzaron los disparos.
Una bala impactó en la cara de Franco -entró por el mentón y salió por la nuca- y éste murió a los pocos minutos.
Por el hecho, el auxiliar Walter García está detenido e imputado de homicidio agravado. El gobernador Francisco Pérez dijo que se trató de un caso «aislado» y pidió «no generalizar».
El segundo hecho se produjo el 10 de agosto en una casa de México y Galigniana, del barrio Estación Espejo (más conocido como Cinco Mil Lotes), y dejó como víctima a Maximiliano Ríos (16).
Ese día, efectivos del GES y de la Unidad de Las Heras, iniciaron un operativo que debía incluir el allanamiento de cinco casas de ese barrio en busca de armas y sospechosos.
Cuando los efectivos entraron a la casa, recorrieron algunas habitaciones y en una dormía Maximiliano. La versión oficial indica que el joven sacó un arma y quiso disparar contra los efectivos y estos se defendieron. La de los testigos, que el joven nunca disparó. El caso está en pleno proceso de investigación.
El último caso se registró hace dos semanas en un negocio de Padre Vázquez al 900.
Allí, después de un intento de asalto, Ezequiel Torres fue confundido con un delincuente por el policía Darío Agosti (24), hijo de la dueña de la despensa, y recibió dos disparos letales.
El caso es reciente y las investigaciones recién están empezando, pero el efectivo ya fue separado de la fuerza e imputado por homicidio agravado por el uso de arma de fuego y por ser un funcionario policial.
Mientras, se investiga la muerte de José Flores (26), quien fue asesinado por un efectivo de Investigaciones el 19 de mayo en el Corredor del Oeste, Godoy Cruz, tras un supuesto intento de asalto.
Cabe aclarar que todos estos casos están siendo investigados por la Justicia.
Sin incremento
Por su parte, el jefe de policías de la provincia, Juan Carlos Caleri opinó que no ha habido casos de gatillo fácil y que aquellas situaciones en donde se han visto involucrados policías «están todas judicializadas y a la espera de que sea la Justicia la que resuelva si hubo algún tipo de exceso o no».
«Durante mis cuatro años de gestión no ha habido casos de estos tipos. No hay incremento», aclaró.
fuente http://www.losandes.com.ar/notas/2012/11/26/gatillo-facil-policia-mendocina-una-pareja-indisoluble-682148.asp