por Mariano Suárez
Que a los menores no les pasa nada. Que los barrios más pobres están repletos de chicos quedelinquen. Que son irrecuperables. Frases hechas como ésta se escuchan y se leen a diario. Pero pocas veces esos mismos que estallan cuando un chico comete un delito se preguntan qué lo llevó a cometerlo, cuál es su historia y qué opciones le ofrece el Estado.
Juan Ignacio Fuscaldo, defensor del Fuero Penal de Responsabilidad Penal Juvenil, dialogó con0223 y desechó varios de esos mitos instalados en la sociedad. Durante la entrevista, aseguró que enMar del Plata el porcentaje de jóvenes que cometen delitos es «ínfimo» y confirmó que ningún joven que comete un delito grave queda en libertad inmediatamente. «Eso no existe más», remarcó.
El representante del Ministerio Público también reparó en la reacción que muchas veces se ve en la sociedad cuando un menor comete un delito. «Uno ve que cuando son delitos cometidos por menores la sociedad tiene más bronca que cuando los comenten adultos. Tendría que ser al revés, tendrían que tener una mirada más piadosa. Y uno no llega a entender por qué», señaló.
– ¿Cuál es el panorama en Mar del Plata con respecto a los menores y la delincuencia?
– Desde el punto de vista estadístico vemos una baja en los índices de conflictos en los cuales se ven involucrados menores. Yo estuve con el sistema anterior, desde el año 2003, y en los últimos años se ha observado una disminución de hechos. Eso no significa que no existan, pero ha habido una disminución pero el Poder Judicial actúa a partir de lo que la policía trae. Desde ese lugar podemos decir que mirando las estadísticas ha habido una disminución.
– ¿Y a qué responde?
– Es un análisis que habría que madurarlo bien. Una de las razones puede ser la existencia del Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil. Con el sistema anterior nada quedaba claro, en cuanto a la respuesta del Estado frente a los delitos cometidos por menores de edad. Hoy, el sistema es de responsabilidad y cada uno se tiene que hacer cargo de lo que hizo, -respetando los derechos y garantías-, pero los conflictos se resuelven.
-Está instalado que en los barrios periféricos la cantidad de menores que delinquen es muy importante. ¿Hay datos sobre la cantidad de chicos que comenten delitos en la ciudad?
-El porcentaje es ínfimo. Puede haber detenidos 35 chicos, circulando por el sistema pueden ser 50. Es una concepción totalmente errónea.
– También se dice que a los menores que cometen delitos no les pasa nada. ¿Es así?
– Eso no existe más. Hoy un joven por determinados delitos que no resultan excarcelables no va a salir en libertad en un primer momento. Se espera a la audiencia de prisión preventiva, que es dentro de los primeros 5 días, y ahí se resuelve. Es más, muchas veces se les tendría que dar la libertad porque se trata de un delito excarcelable que a los mayores se les da en el momento y a los jóvenes no se les concede.
El Código prevé la posibilidad de que se conceda una excarcelación y en la mayoría de los casos se les hace esperar ese plazo de 5 días para recién después darle la excarcelación a los 5 días. En realidad se les podría dar en forma previa, ya que es el camino inevitable.
– ¿Por qué sucede eso?
– Primero es criterio de los jueces, quizás para dar algún tipo de respuesta al mismo joven o a la sociedad, pero la realidad es que si es un delito excarcelable se tendría que ir en libertad ese mismo día. Y esa imagen que la gente tiene de que los menores entran por una puerta y salen por la otra no existe más. Hoy, ante determinados delitos, tienen que esperar cinco días y si no es excarcelable en el 95% de los casos no se van en libertad. Si estamos ante un robo cometido con un arma que funcione, que es un delito grave, no se va a ir en libertad.
– En general, la sociedad reacciona muy fuertemente ante delitos cometidos por menores. ¿Con qué historias se encuentran ustedes a la hora de defenderlos?
– Uno ve que cuando son delitos cometidos por menores la sociedad tiene más bronca que cuando los comenten adultos. Tendría que ser al revés, tendrían que tener una mirada más piadosa. Y uno no llega a entender por qué. Quizás es el mensaje de los medios que cargan siempre con los menores. Uno cuando los empieza a tratar se encuentra historias difíciles.
Hace poco estaba con un joven que ya es mayor, condenado como mayor, pero que todavía tiene una causa de menor sin resolver. Y antes de resolverla la Justicia lo tiene que escuchar . El chico empezó a contar su historia de vida y desde los 9 años había estado en distintos institutos. Tiene 20 años y la mayor parte de su vida la pasó preso. Eso significa que por todos los lugares que pasó fracasaron.
– ¿Qué pasa con los jóvenes después de ser condenados?
– Acá entra la pata fundamental, que es el Ejecutivo a través de los organismos correspondientes, que debería darle un futuro a estos jóvenes que pasan por las instituciones. Hoy por hoy estamos peor que en el sistema anterior, denominado tutelar. Si bien no cerraba desde el punto de vista procesal penal de los jóvenes, sí había algún tratamiento en determinados lugares y se observaba una respuesta favorable en muchísimos casos. Hoy no existe. La política que se ha asumido de la Secretaría de la Niñez y Adolescencia de la Provincia es no hacerse cargo de los jóvenes. Consideran que a partir de los 18 años, aunque el delito haya sido cometido con anterioridad, ya no tienen más nada que ver. En las cárceles de adultos no existen pabellones para jóvenes. En los institutos, en Mar del Plata, la situación es caótica en cuanto a los lugares de encierro. El Instituto que se denominaba cerrado hoy se encuentra clausurado y el de recepción, que había sido inaugurado como una institución abierta, hoy es cerrado y se producen fugas todas las semanas.
-¿Son recuperables los jóvenes?
-Con los medios adecuados son fácilmente recuperables. Cualquier joven, hasta el que ha cometido el delito más grave. Con el sistema anterior lo pude ver. Antes de 2008, con el sistema anterior, la mayoría de los jóvenes que habían cometido homicidios a los 6 meses estaban libres. Pero uno podía observar que en muchos casos esos jóvenes cambiaban para bien porque después no cometían más delitos. Hoy eso no se ve, es más difícil.
-Entonces, se mejoró en cuanto al proceso penal, pero se empeoró en la tarea de recuperación de los jóvenes. ¿Es así?
-Si, y es una contradicción. Teóricamente hoy el país está en mejores condiciones, pero la respuesta que se está dando está lejos de ser la ideal. Ante el pedido de internar a un joven que tiene un compromiso muy importante con las drogas, la Secretaría responde que no tiene centros cerrados para tratamientos por drogas.
En estos casi cuatro años del nuevo sistema se les otorgó mayores derechos y garantías, pero para poder condenarlos. No se observa lo mismo desde el punto de vista del tratamiento de los jóvenes en todos los ámbitos.
-¿Los chicos les plantean algo en cuanto a su futuro?
-La mayoría de los chicos, salvo excepciones, quiere ir a la escuela, hacen todos los cursos que tienen a mano en la institución donde se encuentren, quieren capacitarse. Después, hay una cuestión relacionada con la familia, con el entorno. A veces es muy difícil hacer todo esto en entornos desfavorables. Después de estar en institutos, de haber estudiado y aprendido, vuelven a lo mismo. No hay ningún seguimiento o son buenas intenciones de los operadores porque carecen de recursos. Cuando uno hace estas críticas no habla de personas, sino de políticas.
fuente http://0223.com.ar/k/2012-12-7–cuando-el-delito-lo-comete-un-menor-a-la-sociedad-le-da-mas-bronca