Hay fiscales y policías que hacen estadísticas con el consumidor de marihuana en vez de perseguir a los narcos”. El que dice eso es el juez Roberto Atilio Falcone, miembro del Tribunal Oral Federal de Mar del Plata desde hace 13 años. Además fue uno de los integrantes del comité de notables que asesoró ad honorem al Gobierno para impulsar la redacción de una nueva ley de drogas que no penalizara la tenencia para consumo personal.
Aunque el tema se debatió en su momento, y el fallo de la Corte Suprema en 2009 sentó precedente, la nueva ley no fue aprobada. Este mes, miles de personas participaron en Plaza de Mayo de la marcha a favor de la despenalización de la marihuana. Según datos de 2010, en un año se abren 12.000 causas judiciales por infracción a la ley de drogas, de las cuales 8.000 son a usuarios.
Falcone da clases en la Universidad Nacional de Mar del Plata y es autor de varios libros jurídicos, entre ellos “El proceso penal en la provincia de Buenos Aires”; “Las garantías del imputado frente a la persecución penal estatal”; “Prisión preventiva. El derecho a un juez imparcial”; “El principio acusatorio”; “El procedimiento oral en la provincia de Buenos Aires y en la Nación”; “Tráfico de estupefacientes y derecho penal”; “Derecho penal y tráfico de drogas, y “Cuestiones capitales de derecho penal”. Considera que en lugar de perseguir al consumidor, hay que perseguir al narco.
-Pese al fallo de la Corte, ¿si una persona es sorprendida fumando en la calle puede ser detenida?
-Ese ejemplo no lo veo con una resolución clara. Debería estar dentro de una solución legislativa. La ley sigue siendo la misma pero la Corte tampoco se pronunció respecto al consumo de estupefacientes en lugares públicos. Cuando una conducta privada puede trascender hacia terceros es dudoso que pueda estar amparada en el ámbito de privacidad del artículo 19 de la Constitución Nacional. Si un joven está fumando un cigarrillo de marihuana en una plaza a las doce de la noche, por más que lo vea un vecino de un departamento esa conducta es privada aunque se lleve adelante en un ámbito público porque está comprendida dentro del artículo 19. Para mí, ese acto sería impune.
-¿Tener una planta de marihuana en el balcón, a la vista de todos, es punible?
-Lo que está claro para mí del fallo de la Corte es que la hacienda o el cultivo de estupefacientes destinado al consumo propio no puede ser penalizado. Todo lo que cae en la escena del consumo no puede ser castigado. Ahora no sé si es tan claro que un vecino pueda percibir si lo que está en el balcón, a la vista de todos, es una planta de marihuana o no. Yo, por ejemplo, no lo puedo distinguir. Si un sujeto se fuma un porro en un ámbito privado la conducta es impune. Si siembra una semilla lo que va a fumar en ámbito privado, tampoco hay que castigar. No hay diferencia entre estos dos actos, si las hubiera, se afectaría el principio de igualdad ante la ley. Todas las conductas destinadas al consumo personal son todas impunes. Dos o tres plantitas o un porrito no pueden afectar a terceros o perjudicar los intereses de la sociedad porque no existe un peligro para la salud pública. Si se enuncia de otro modo, sería una especie de peligro rimbombante.
-Los que se oponen al proyecto argumentan que legalizar la marihuana sería un daño para los jóvenes.
-Es un error pensar eso. El objetivo es perseguir a los narcos y no a los que consumen. La Corte dijo que los consumidores de estupefacientes se transforman en adictos porque son las víctimas del tráfico ilícito y es un error grave perseguir penalmente a las víctimas del tráfico de drogas. El objetivo es no caer dentro de las garras de los narcos, a los que la Corte adjetiva como lacras.
-¿Cree que la sociedad está preparada para este cambio?
-Dentro de un marco teórico del derecho penal, no veo ninguna objeción mayoritaria a este tema. En Españla, en Italia, en Alemania, en Suecia, en toda Europa continental, se han despenalizado todas las conductas que tienden al autoconsumo. Además se gasta mucho dinero y tiempo en causas en las que hay involucrados consumidores y no delincuentes. La Justicia y la policía hacen estadística con el consumidor en lugar de perseguir al narcotraficante. En rigor, no puedo generalizar. Pero si hay algunos fiscales y policías que hacen estadística en vez de perseguir a los narcos.
-¿Eso sigue pasando pese al fallo de la Corte?
-Ahora pasa menos. Pero así como la decisión de desfederalizar fue útil en el sentido en el sentido de que los juzgados ordinarios y policías provinciales pasaron a abocarse al tratamiento del tráfico menor. Es que un juzgado federal podía quedar a 300 kilómetros de la casa de un dealer. En alguna medida hay algunas interpretaciones de la jurisdicción provincial que terminan persiguiendo al tenedor para el consumo. Es de esperar que haya instrucciones de los procuradores o fiscales de cámara tendientes a efectivizar el fallo Arriola. En realidad, la Corte es el último intérprete de las garantías constitucionales. En algunos casos hay algunas deficiencias. No sé si se cumple en su totalidad lo que dice la Corte. En la provincia de Buenos Aires hay muy pocos fiscales que siguen iniciando causas y eso me preocupa. Hay algunos casos los he visto. Se debe tomar una conciencia social acerca de que el tema es más un asunto de salud que un asunto delictivo.