El comisario mayor Gustavo Carreiras se fue por la puerta de atrás. Esa es la sensación que flota en los pasillos de la Jefatura Departamental Azul, convulsionada desde la denuncia del subcomisario Sebastián Ezequiel Guillén, ex jefe del destacamento de Sierra Chica, que le envió una carta al intendente de Olavarría, José Eseverri, donde acusó a Carreiras por el cobro de coimas. Ayer el Ministerio de Justicia y Seguridad bonaerense ordenó el retiro de 200 jefes policiales, entre los que se encuentra el cuestionado funcionario policial. Los voceros de la cartera a cargo de Ricardo Casal señalaron que la jubilación de Carreira ocurrió en el marco de los retiros anuales ordinarios y no por los delitos que presuntamente habría cometido.
Por su parte, Héctor Vitale, jefe de Gabinete del Municipio de Olavarría, confirmó que la denuncia de Guillén fue presentada el lunes 4 de junio en la UFI Nº 10, a cargo de Viviana Beytia. “Los hechos –dijo Vitale– podrían significar la comisión de infracciones o delitos por parte de personal policial. Al recibir la carta, el intendente decidió darle intervención a la justicia, que es el lugar para que se investigue: ahí tendrá que determinarse si hay responsabilidades o no.” Sin embargo, Vitale aclaró que nadie del Ministerio de Seguridad y Justicia se comunicó con la intendencia para interiorizarse sobre la acusación contra Carreiras.
En la nota enviada a Eseverri, el subcomisario Guillén destacó que estaba cansado de tener que “desembolsar de mi bolsillo la suma de 1200 pesos para el jefe departamental de Azul, comisario mayor Gustavo Carreiras”. En este sentido, el oficial detalló que ese monto no era fijo, ya que “de acuerdo a los continuos cambios de los jefes distritales, uno debe adecuarse”.
“Muchas personas –intentó defenderse Guillén de posibles represalias por parte de la corporación policial– que comparten buenas costumbres dirán que soy un excelente entendedor de lo que está bien y lo que está mal. Otra clase de personas, más precisamente aquellas que están jerárquicamente por encima de mi función y desempeño laboral, (…) dirán que soy estúpido y hasta en algunos casos dirán ‘este no tiene códigos’.”
En el escrito, el subcomisario añadió que “no soy el mejor ni el súper policía, sólo soy otro funcionario que tenía ganas y esperanzas, pero quiero expresar mi profundo arrepentimiento de haber caído en esta ciudad tan llena de corrupción que a la actualidad y al ritmo que se lleva, está a punto de desmoronarse por completo”.
“Somos –explicó Guillen– los menos escuchados, los más perjudicados, los que estamos abajo sosteniendo el barco, los que llenan las arcas pero no para nosotros que seguimos siendo obreros. Yo nunca robé y si me lo hubiesen pedido nunca lo hubiera hecho.”
Además de la denuncia sobre el dinero que los policías debían aportar mensualmente para sostener la caja negra de la Departamental a cargo de Carreiras, Guillén adjuntó “una copia donde constan los nombres de todos los cazadores furtivos que por pagar para ejercer dicha acción debemos dejar que circulen por dos de los caminos rurales de Olavarría”.
En este sentido, una fuente policial local reveló que la caza deportiva ilegal tendría un costo de 70 pesos por persona. “En cada camioneta van siete tipos, que pueden cazar hasta siete liebres. En total son 20 camionetas: diez en Loma Negra y diez en Sierra Chica. En un buen día se puede recaudar hasta 9800 pesos”, contó.
La semana pasada, Carreiras se despidió de sus subordinados en una cena íntima. Al final del ágape, el ahora ex policía evitó hablar con los periodistas que lo esperaban en la puerta de la Departamental Azul. Tenía sus razones: no quería levantar polvareda detrás de una salida encubierta en una jubilación forzada por la coyuntura. <

 

fuente: http://tiempo.infonews.com/2012/06/13/policiales-78280-la-bonaerense-jubilo-a-un-comisario-mayor-denunciado-por-corrupcion.php