l Tribunal hizo lugar a un hábeas corpus de un detenido que fue mudado seis veces en un año y hasta sufrió torturas en la cárcel.
La Sala IV de la Cámara Nacional de Casación Penal les puso un límite a los traslados infundados y sin control judicial de detenidos bajo la órbita del Servicio Penitenciario Federal (SPF), al hacer lugar a un hábeas corpus de un interno oriundo de Rawson, quien fue mudado seis veces en el último año y medio y había llegado hasta la Unidad 7 de Resistencia (Chaco), donde -además-fue torturado.
Durante la audiencia llevada a cabo en la Cámara de Casación, representantes del SPF debieron informar las razones de los traslados de W. L. El Tribunal consideró que el organismo “no logró dar motivos suficientes para justificar los distintos traslados”, dado que ” el representante del Servicio se limitó a hacer referencia al ‘perfil criminológico’ del interno, omitiendo exponer acabadamente las razones que motivaron los sucesivos traslados de W. L., ni tampoco aportó constancias al respecto”.
En la resolución, el Máximo Tribunal Penal criticó al juez federal de Resistencia, Carlos Skidelsky, quien había rechazado el hábeas corpus “in límine” y había incurrido en graves irregularidades durante el trámite del recurso -no escuchó debidamente al interno con su asistente letrado, tal como señala la ley, ni notificó su resolución al defensor ni a la Procuración Penitenciaria-.
El caso
W.L. fue condenado en Córdoba y trasladado a la cárcel federal de Rawson, cerca de su familia. Pero, tiempo después, por una denuncia de torturas contra agentes de ese establecimiento, fue derivado al Chaco. Cuando presentó el hábeas corpus estaba detenido en la Unidad 7 de Resistencia. Pero al momento de realizarse la audiencia en Casación, W.L. había sufrido un nuevo traslado, esta vez al penal de Bouwer. En Resistencia también había sido objeto de agresiones, cuando realizaba una huelga de hambre para reclamar que lo acercaran a su familia: en el marco de una revisación médica, un grupo de guardias apagó la luz y le propinó una golpiza. “De la U7 vas a salir en un cajón”, lo amenazaron.