La Corte Suprema de Justicia de la Nación priorizó la libertad individual consagrada en la Constitución, al resolver que se respete la decisión del testigo de Jehová Pablo Albarracini de no recibir una transfusión de sangre debido a sus creencias religiosas.

El máximo tribunal falló que «no resultaría constitucionalmente justificada una resolución judicial que autorizara a someter a una persona adulta a un tratamiento sanitario en contra de su voluntad, cuando la decisión del individuo hubiera sido dada con pleno discernimiento y no afectara directamente derechos de terceros».

La ley 26.529 sobre derechos del paciente a aceptar o rechazar determinadas terapias y procedimientos médicos «con expresión de causa o sin ella» también fue prioritaria para el tribunal. «Mientras una persona no ofenda el orden, a la moral pública, o a los derechos ajenos, sus comportamientos incluso públicos pertenecen a su privacidad y hay que respetarlos, aunque a lo mejor resulten molestos para terceros o desentonen con pautas del obrar colectivo», señaló la Corte.

El máximo tribunal se basó en el artículo 19 de la Constitución Nacional que consagra la libertad individual para determinar que no se realice la transfusión.

«No existió en el caso algún interés público relevante que justificara la restricción en la libertad personal del nombrado», afirmó en su fallo al referirse a Pablo Albarracini.

En las últimas horas, el muchacho experimentó una mejoría en su estado de salud, aunque no puede ser consultado sobre su decisión de recibir sangre porque sería «atentar contra su salud mental», dijo a la agencia Télam su padre, Jorge Albarracini.

«Sufrí un aflojamiento total, una decepción y me sentí muy mal -agregó el padre- porque los tiempos de Pablo son cortos.»

El máximo órgano judicial de la Nación se expidió con premura sobre la medida judicial presentada por el padre del joven, quien solicitó que se transfundiera a su hijo, a pesar de existir una declaración firmada por el muchacho el 18 de marzo de 2008 en la que manifiesta que no acepta transfusiones de sangre por ser testigo de Jehová.

Pablo Albarracini, de 38 años, está internado en la Clínica Bazterrica desde el 5 de mayo debido a las heridas de bala que recibió durante un robo, por lo que ya debió ser intervenido quirúrgicamente dos veces.

 

Fuente: http://www.lanacion.com.ar/1478708-la-corte-avalo-al-testigo-de-jehova