Alejandro Osio fue el primer defensor que motorizó un hábeas corpus por la situación de alojamiento en la Segunda. En una celda había 10 detenidos, que tenían 4 camastros y 6 colchones -no ignífugos- tirados en el suelo. Detectaron ventanas rotas y el baño con mucha humedad y hongos. La luz natural es pobrísima y no salen nunca al patio.
La celda de alojamiento de detenidos en la Seccional Segunda fue motivo de la presentación de un hábeas corpus porqueevidenciaba suciedad, hacinamiento y oscuridad, entre otras deficiencias. A los alojados en el lugar les daban la comida fría. Tampoco los proveen de cubiertos ni salen el patio en todo el día, según el planteo que hizo el defensorAlejandro Osio y que el juez Martín Saravia resolvió favorablemente.
A raíz de la decisión del magistrado, el detenido por el que puntualmente reclamó Osio fue trasladado. Otros defensores se movilizaron por la situación del resto de los detenidos, ante lo cual intervino la jueza Florencia Maza, quien el martes -como informó El Diario- concretó una inspección ocular en la Seccional Segunda.
El planteo de Osio tuvo lugar a partir de un relato sobre las condiciones de detención. Fue hasta el lugar para comprobarlo de manera personal y confirmó que eran malas. Esa situación tuvo lugar la semana anterior. Tras la intervención, se modificaron algunas cosas, aunque no todas.
En la Segunda hay dos celdas, pero una de ellas está destinada exclsuivamente a los demorados.
En la que están los detenidos, el día en que Osio llegó al lugar había 10 personas. Dormían sólo en 4 camastros: 6 de los detenidos tenían colchones tirados en el suelo. Esos colchones, además, son de goma espuma común, no ignífugos, pese a que se fuma en el lugar. Los detenidos permanecen las 24 horas del día en esa celda, ya que no se les permite salir al patio.
La enumeración en la presentación de Osio agregó que la comida la sirven fría, no en viandas individuales sino en un tapper rojo grande, para todos. No hay un horario preciso para ese trámite y no todos los detenidos tienen cubiertos: sólo poseen aquellos a quienes se los acerca la familia.
Según el defensor, “la celda estaba toda mugrienta”. Los detenidos dijeron que ni les dan elementos de limpieza, o que muy cada tanto los proveen de un carrito con agua y lavandina.
El baño presenta humedad y suciedad, costra y hongos. “La luz artificial es pobrísima y la ventana estaba tapada con frazadas porque faltaba la mitad de los vidrios”, añadió Osio.
Esos alojados en la Segunda son todos presos preventivos. Tras la presentación del hábeas corpus se informó de la situación al jefe de la Segunda, Diego Martínez y a Fabio Girabel, responsable de los traslados. Tras ese trámite algunas condiciones cambiaron, esencialmente la cantidad de detenidos en el mismo espacio: cuando el martes se hizo la inspección ocular en esa celda había 4 personas.
El planteo de los otros defensores, más tardío, advirtió ante la jueza Maza que las condiciones de detención eran complicadas: tras esta visita, se esperan otras definiciones de la funcionaria, incluyendo la posibilidad de concretar alguna audiencia con otras autoridades del área.
Hace algunas semanas, y aunque se trata de otra jurisdicción y otras circunstancias, La situación de los detenidos alojados en la Unidad 4 derivaron en una presentación similar por parte del Ministerio de la Defensa Nacional: en ese caso el hábeas corpus encontró eco en la jueza federal Iara Silvestre, que ordenó modificar esas condiciones y –entre otras cosas- clausuró la utilización de las celdas de castigo.
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