Una denuncia que llegó a la redacción de este diario puso en descubierto otra de las tantas irregularidades que existen en el Instituto de Educación y Socialización de Adolescentes (Ipesa): un motín ocurrido el 2 de este mes no quedó registrado en los libros de actas. Esta grave falta podría dificultar cualquier tipo de actuación judicial que se lleve a cabo en pos de investigar este episodio y otros similares que vienen repitiéndose con una frecuencia alarmante, pero para los operarios del Ipesa encargados de actualizar los partes diarios, el hecho «nunca ocurrió».
La noche del pasado 2 de abril, en el sector de admisión del instituto, un grupo de internos enfurecidos rompieron puertas, vidrios y hierros, accionaron matafuegos y agredieron a los guardias. Los menores desbordaron el control ejercido por los operarios que trabajan en el lugar -quienes están encargados de conteneros tanto física como psicológicamente- y se requirió la intervención policial de agentes de la Seccional Primera para calmar la situación. Algunos de los chicos sufrieron heridas, pero afortunadamente ninguno tuvo que ser internado.
Una fuente confiable contó a este medio que todo se habría desatado por una conducta claramente provocadora por parte de tres trabajadores. Supuestamente, éstos se habrían comido los alimentos que serían repartidos a un grupo de internos alojados en el sector de admisión, un lugar donde los chicos no reciben un verdadero tratamiento terapéutico que debería involucrar la interacción en las relaciones grupales con los otros menores alojados en el sector comunitario. Los jóvenes, que vieron cómo se comían sus alimentos, naturalmente se enojaron.
Curioso.
Una vez que el motín fue aplacado y todo volvió a la «normalidad», los operarios encargados de redactar las novedades en el libro de actas de la Residencia Sur del Sector Admisión se «olvidaron» quizá de mencionar el episodio de violencia…. sobre el incidente no hay absolutamente ningún registro, ni tampoco del ingreso de personal policial al establecimiento. Curiosamente sí consta el ingreso a ese ala del «señor director», en horas de la madrugada, quien quizá no habría echado un vistazo al parte diario… o a lo mejor sí.
Fuente: Una denuncia que llegó a la redacción de este diario puso en descubierto otra de las tantas irregularidades que existen en el Instituto de Educación y Socialización de Adolescentes (Ipesa): un motín ocurrido el 2 de este mes no quedó registrado en los libros de actas. Esta grave falta podría dificultar cualquier tipo de actuación judicial que se lleve a cabo en pos de investigar este episodio y otros similares que vienen repitiéndose con una frecuencia alarmante, pero para los operarios del Ipesa encargados de actualizar los partes diarios, el hecho «nunca ocurrió».
La noche del pasado 2 de abril, en el sector de admisión del instituto, un grupo de internos enfurecidos rompieron puertas, vidrios y hierros, accionaron matafuegos y agredieron a los guardias. Los menores desbordaron el control ejercido por los operarios que trabajan en el lugar -quienes están encargados de conteneros tanto física como psicológicamente- y se requirió la intervención policial de agentes de la Seccional Primera para calmar la situación. Algunos de los chicos sufrieron heridas, pero afortunadamente ninguno tuvo que ser internado.
Una fuente confiable contó a este medio que todo se habría desatado por una conducta claramente provocadora por parte de tres trabajadores. Supuestamente, éstos se habrían comido los alimentos que serían repartidos a un grupo de internos alojados en el sector de admisión, un lugar donde los chicos no reciben un verdadero tratamiento terapéutico que debería involucrar la interacción en las relaciones grupales con los otros menores alojados en el sector comunitario. Los jóvenes, que vieron cómo se comían sus alimentos, naturalmente se enojaron.
Curioso.
Una vez que el motín fue aplacado y todo volvió a la «normalidad», los operarios encargados de redactar las novedades en el libro de actas de la Residencia Sur del Sector Admisión se «olvidaron» quizá de mencionar el episodio de violencia…. sobre el incidente no hay absolutamente ningún registro, ni tampoco del ingreso de personal policial al establecimiento. Curiosamente sí consta el ingreso a ese ala del «señor director», en horas de la madrugada, quien quizá no habría echado un vistazo al parte diario… o a lo mejor sí.