¿Escaparon por la puerta? La titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, quien sembró una nueva teoría sobre la fuga de presidiarios del penal de máxima seguridad, se sumó a las críticas por la designación del nuevo jefe del Servicio Penitenciario, Alejandro Marambio. El Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, advirtió por «otro caso (César) Milani», y el diputado que denunció al ex jefe del SPF por las salidas de los presos para actos de la agrupación Vatayón Militante, dijo que «es probable que hayan armado el problema» para que vuelva el hombre a quien «algunos le decían ‘la mano negra'». Piden ahora la renuncia del ministro de Justicia, Julio Alak.
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24) La titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, habló sobre el escape de los 13 presos en la cárcel de Ezeiza y manifestó sus dudas sobre la designación del nuevo director del Sistema Penitenciario Federal, Alejandro Marambio.
Ayer trece presos escaparon del penal de máxima de seguridad de Ezeiza. En primera instancia se creyó que escaparon por un boquete y el hasta ayer titular del Servicio Penitenciario mostró fotos de un agujero en el piso, sin embargo hoy surgieron múltiples teorías sobre lo sucedido.
«Pueden haber salido por la puerta, más que por un túnel», señaló Carlotto y reparó en «la cantidad de reos que se escaparon». «Es una fuga extrañísima», reflexionó, y agregó que debe haber complicidad interna».
«Hortel era un funcionario con el que teníamos una excelente relación y en el que confiábamos por su metodología. Ha sido reemplazado por este hombre (Marambio) que ya estuvo en otra oportunidad y que tengo entendido que fue cuestionado por su actuación dentro de su función», agregó la presidenta de Abuelas, quien adelantó que todavía no está del todo adentrada en el tema.
«Por eso me voy a reunir ahora cuando en las oficinas de Abuelas con nuestra gente para ver qué evaluación hacemos y en todo caso expresarnos en conjunto con los demás organismos si hay que hacer algún cuestionamiento», sostuvo en diálogo con radio ‘La Red’.
Consultada por si el escape podría estar relacionado con una operación interna en contra de Hortel, Carlotto no descartó esa posibilidad.
«Es muy extraño y quizás sea una respuesta interna a cierta situación de los que trabajan en esa cárcel. Eso sería muy grave y se estarán tomando medidas al respecto. Hay que dar un poquito de tiempo para ver qué responde el Estado, en este caso el ministro de Justicia», respondió.
Quien sí salió con una fuerte crítica fue el Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, quien reclamó al Gobierno de Cristina Fernández «revisar los antecedentes y la foja de servicio» del designado director del Servicio Penitenciario Federal (SPF), Alejandro Marambio, al recordar las acusaciones de torturas en cárceles bajo su anterior mandato al frente de la institución, entre 2007 y 2010.
En esa línea, advirtió que el Ejecutivo «tiene que tener mucho cuidado» porque todavía hay «espacios» fundamentales «por cubrir en democracia» y comparó la situación de Marambio con la del jefe del Ejército, César Milani, acusado de haber participado en el operativo Independencia y otros procedimientos durante la última dictadura militar.
«El Gobierno tendrá que revisar los antecedentes y la foja de servicio (del nombrado jefe del SPF)», dijo Pérez Esquivel, para luego alertar que la administración central debe «tener mucho cuidado» y agregar: «Preocupa porque ya tuvimos el caso de Milani».
El también presidente del Servicio de Paz y Justicia (SERPAJ) rememoró que, «durante la dictadura, tanto la Policía, el instituto penitenciario, la Prefectura (Naval) y la Gendarmería (Nacional) estaban bajo la órbita militar; todo se concentraba en las autoridades militares de la época».
«En esta época, no tienen que seguir y más personas con estos antecedentes: deben ser separados en forma inmediata», concluyó en diálogo con radio ‘Continental’.
Marambio fue nombrado ayer en reemplazo de Víctor Hortel, quien presentó su renuncia tras la fuga de 13 presos del penal de máxima seguridad de Ezeiza.
El designado jefe del SPF ocupó los cargos de subsecretario de Gestión Penitenciaria -cuando dejó la institución penitenciaria en 2010 tras la decisión de ascenderlo de la administración kirchnerista- y director nacional de Readaptación Social, además de haber estado al frente del Gabinete de la Subsecretaría de Asuntos Penitenciarios.
En este marco, el diputado nacional Carlos Comi (Coalición Cívica ARI – Santa Fe) , el primero en denunciar al ahora ex jefe del Servicio Penitenciario Federal por las salidas de presos para actos políticos de la agrupación Vatayón Militante cuyo caso más escandaloso fue el de Eduardo Vázquez, ex baterista de Callejeros y condenado por la muerte de Wanda Taddei, no descartó que la fuga de 13 presos haya sido planificada por el gobierno nacional.
«Conociendo a los actores, diría que es probable que hayan armado el problema y después hayan brindado la solución; extraña mucho cómo termina la historia, pero no lo puedo demostrar», dijo el legislador.
En declaraciones a ‘La Red’, Comi planteó que el escape de película en el penal de Ezeiza se armó para que Alejandro Marambio vuelva a ocupar el cargo.
Comi recordó que Marambio fue cuestionado por organizaciones de derechos humanos como el CELS, que han observado que mientras estuvo al frente del cuerpo aumentaron notoriamente las denuncias de torturas, apremios ilegales y malos tratos en las prisiones del país.
«Algunos le decían ‘la mano negra’ que maneja el SPF; vuelven a traer a un tipo que ellos mismos echaron y que se fue en medio de escándalos», añadió el legislador santafesino.
Según Comi, «el Gobierno no sabe qué hacer con el Servicio Penitenciario. El problema es cuando no se tiene el menor conocimiento de lo que pasa; nosotros queríamos un hombre serio, eficiente, que honre el cargo de jefe del servicio federal, pero esto es un enorme retroceso aún con (Víctor) Hortel», el recientemente renunciante.
Por último, afirmó que el «que debe renunciar ya a su cargo es el ministro de Justicia Julio Alak, responsable del descalabro de Víctor Hortel y ahora de la designación de un funcionario que ampara las violaciones a los derechos humanos como Alejandro Marambio».
Para Comi, «cada día queda más en evidencia la verdadera concepción de los derechos humanos del gobierno Nacional: hace unos día designan a un militar acusado de la desaparición de un soldado que cursaba el servicio militar como el General Milani y ahora al responsable político del crecimiento de las torturas en las cárceles».
«Lo de Alak es inadmisible: lo trajo a Hortel para arreglar los desastres de Marambio y ahora lo vuelve a nombrar a Marambio para que repare los destrozos de Hortel, la solución es que ninguno de los tres este en el Poder Ejecutivo y se lleve adelante una reforma estructural en el Servicio Penitenciario que termine con la corrupción y los abusos», dijo Carlos Comi.
# Lo ‘promociona’ Télam bajo el título «Marambio regresa al cargo tras sus experiencias en España y Latinoamérica»:
Marambio fue el primer director civil del SPF: había sido designado en su momento por el ex presidente Néstor Kirchner y luego ratificado por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
En 2010 fue ascendido a subsecretario de Políticas Penitenciarias de la Nación y en 2011 fue enviado a España para desempeñarse en el Consejo Iberoamericano de Ministros de Justicia (COMJIB) como experto responsable de la reforma penitenciaria en Iberoamérica.
Según se informó, durante su gestión como responsable de las cárceles federales, el SPF «se convirtió en el primer sistema penitenciario sin superpoblación y con múltiples programas de reinserción social basados en el trabajo y la educación».
Como representante del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos en la COMJIB, Marambio lideró la cooperación para la reforma de los sistemas penitenciarios de Uruguay y El Salvador y la implementación de un programa de género en prisión en Honduras.
Hasta su nueva designación, encabezaba el Proyecto de la Comisión Europea de Reinserción Socio Laboral para los Privados de la Libertad que se desarrolla en 14 países de Latinoamérica».