María de los Angeles Verón, Brisa, María Ovando, Ailén Jara, Marina Jara. Existe un punto de contacto entre todas estas personas: se trata de mujeres que sufrieron violaciones a sus derechos humanos. Mujeres que pasaron a ser casos. Ayer, en el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, una comisión de la Asociación de Abogados de Buenos Aires realizó una exposición y un debate de los cuatro casos “emblemáticos”, con la intención de detectar las falencias técnicas en el sistema de protección de los derechos de las mujeres y avanzar en una solución a la cuestión de género.
Alrededor de las 9.30 de la mañana comenzó, en el Salón Boris Pasik de la entidad de abogados ubicada en el barrio porteño de San Nicolás, la actividad denominada “Casos emblemáticos: violaciones reiteradas de los derechos humanos de las mujeres (radiografía de la indefensión)”. Los asistentes, en su gran mayoría mujeres vinculadas desde distintos sectores con la lucha por la igualdad de género, escucharon el punteo inicial que se fue haciendo sobre cada uno de los casos.
El primero fue el de las hermanas Jara. Ailén y Marina son dos jóvenes de 21 y 19 años que están presas –con prisión preventiva– en el penal platense de Los Hornos desde hace dos años por defenderse y atacar a un hombre que intentaba someterlas sexualmente. El hombre estaría vinculado con la venta de drogas y hacía tiempo que venía acosando a la mayor de las Jara. La investigación fue caratulada como “homicidio en grado de tentativa”, en vez de considerarse como un ataque “en legítima defensa”. Florencia Piermarini, una de las panelistas, presentada como la primera mujer a cargo del Servicio Penitenciario bonaerense, remarcó la necesidad de que la perspectiva de género sea incluida en cualquier defensa que se haga, para poder modificar así “la visión sexista que tiene el Derecho en estos casos”.
Después se pasó al caso de María Ovando, una mujer de 37 años, analfabeta, madre de doce hijos, acusada y luego absuelta por el delito de “abandono de persona seguido de muerte agravado por el vínculo”. En marzo de 2011, María, quien vivía en condiciones de extrema pobreza en la zona rural de Colonia Mado, Misiones, decidió llevar en brazos y a pie a su hija enferma hasta encontrar la primera asistencia médica. En el camino, el bebé de dos meses murió y María lo enterró en un pozo que cavó con sus manos. “Una de las cosas más sorprendentes de este caso es que el concubino nunca estuvo imputado. El fiscal le imputaba a María no cumplir correctamente con su rol de madre en la crianza de los hijos. ¿Y el padre qué? ¿Acaso no podía hacerse cargo él? La mujer sigue siendo estereotipada en su rol con los hijos”, sostuvo Indiana Guereño, abogada miembro de la Asociación Pensamiento Penal.
María Elena Barbagelata, ex diputada socialista y actual miembro de la Comisión de la Mujer que organizó la actividad, afirmó que “los fiscales, los defensores, los jueces y todos los operadores de la Justicia proceden discriminatoriamente hacia la mujer. Y eso nosotros como gremio del sector debemos denunciarlo”.
Los otros dos casos que también se repasaron fueron el de Marita Verón y el de la nena Brisa, de 11 años, a la que en enero de 2012 le negaron un aborto no punible por abuso sexual en el Hospital San Miguel de General Campos, provincia de Entre Ríos. En ambos casos se hicieron fuertes críticas no sólo al prejuicio sexista a la hora de juzgar a las mujeres, sino que también se puso en debate la idoneidad y el nombramiento de los jueces.
Estuvieron también presentes Liliana Parada, diputada nacional (FAP), y Ana María Suppa, directora de Políticas de Género del Ministerio de Justicia y Seguridad de la provincia de Buenos Aires.
Para cerrar la actividad, al mediodía, Nina Brugo Marcó, presidenta de la Comisión de la Mujer y reconocida defensora de los derechos humanos, indicó: “Tenemos mucho camino por recorrer. Y a veces si hace falta tenemos que hacer escándalo. Todo para exigir lo que es justo”.
fuente http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-215445-2013-03-09.html