Jorge Luis Lubrano, de profesión declarada pai umbanda y juzgado por el asesinato y descuartizamiento de dos mujeres entre 2006 y 2008 en el Delta del Tigre, solicitó a la justicia ser sometido a interrogatorio bajo los efectos del denominado “suero de la verdad”.
El Tribunal Oral en lo Criminal Nº1 de San Isidro, que está enjuiciando a Lubrano, de 50 años, por los homicidios de su esposa, María Teresa Colombo van Rensburg y de una ex pareja, Diana Vanesa Puebla, definirá hoy si acepta o rechaza el planteo formulado por el imputado a través de la defensora oficial Inés Mendoza.
La semana pasada, durante el debate, Lubrano había pedido la palabra para explicarle a los jueces que su única condición para declarar era recibir una inyección de Pentotal sódico (ver recuadro), ya que bajo los efectos de esa droga pretende demostrar su inocencia.
En tanto, se espera que el fiscal Jorge Strauss solicite a los jueces la pena de prisión perpetua para el acusado por los dos homicidios.
La investigación que derivó en el arresto de Lubrano se inició el 23 de junio de 2008, cuando vecinos de la zona del arroyo Abra Vieja, en el Delta de Tigre, descubrieron lo que parecía una pantorrilla humana flotando en las aguas, a la altura del muelle 365.
De inmediato, los investigadores relacionaron el macabro hallazgo con la denuncia radicada por el propio Lubrano en la comisaría de la zona, quien manifestó desconocer el paradero de su esposa, “Tesina”, una veterinaria de 72 años que estaba desaparecida desde comienzos de marzo.
Lo primero que hizo la policía fue contactar a los hijos de la mujer, y así supieron, a través del varón que vivía en los Estados Unidos y que trabajaba en el Departamento de Estado, que su madre le temía a Lubrano, con quien se había casado hacía poco tiempo.
Los hijos de Colombo Van Rensburg también le contaron a los investigadores sus sospechas de que Lubrano era un “vividor”, y confirmaron que la madre había puesto a nombre de su esposo la mayoría de los bienes, entre ellos, una casa en San Fernando, un auto y un terreno en Villa La Angostura.
Los análisis de ADN probaron finalmente que la pantorrilla pertenecía a la veterinaria desaparecida, por lo que la policía y el fiscal comenzaron a investigar al pai, como principal sospechoso.
Así supieron que dos años antes, Lubrano había estado en pareja con otra mujer, Diana Puebla, quien también había desaparecido en abril de 2006.
La situación de Lubrano se complicó aun más cuando se confirmó que la cabeza envuelta en una funda de almohadón y que fuera pescada en aguas del río Luján, en San Fernando, pertenecía a Puebla. Lo mismo que los antebrazos y los pies hallados dentro de una bolsa abandonada en un terreno de Benavídez.
Puebla tenía una hija de nueve años, a la que Lubrano le había dado su apellido y que, al desaparecer su madre, se la dio en cuidado a otra ex mujer suya, madre de dos de sus hijos. Según la investigación, a esa mujer y a su hija adoptiva, el pai las ubicó en la casa de San Fernando que pertenecía a su esposa veterinaria.
Luego de una serie de allanamientos, entre ellos uno realizado en la casa del Delta donde Lubrano realizaba rituales y ceremonias umbandas y donde se secuestraron cuchillos y sierras, la policía detuvo al pai en mayo de 2010.
De Lubrano también se sospecha por la desaparición de más personas, la apropiación fraudulenta de otras propiedades y el presunto abuso sexual de una menor.

En medicina se usa como anestésico

El pentotal sódico o tiopentato de sodio es una droga derivada del ácido barbitúrico que es utilizado en medicina como anestésico, y que se la conoce como el “suero de la verdad” por la supuesta dificultad que tienen para mentir las personas que están bajo sus efectos. El psiquiatra forense Mariano Castex explicó que “en el pasado fue utilizado en psiquiatría como un hipnótico y se creía que con su aplicación y en un estado semi hipnótico, la persona decía la verdad, pero eso no está probado científicamente.”

 

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