Vitette también se queja de la presión que ejerce el fisco de su país sobre sus bienes. «Vendí tres importantes propiedades mías en el centro de Buenos Aires. Un piso en Rodríguez Peña, otro en Agüero 50 y un inmueble en Callao 257. Una de esas propiedades está justo arriba de una sucursal del Banco Francés. Son propiedades mías que vendí en dólares y no puedo hacerme de ese dinero porque el fisco de Uruguay me quiere meter preso por presunto blanqueo de capitales. Son unos ridículos, creo que lo hacen porque son muy cholulos.»
–¿No teme que el Estado de su país lo lleve a la justicia?
–No porque no hice nada. Las cuentas que tuve que pagar ya las pagué en la Argentina. Lo que pasa es que salí airoso con todas las de la ley y estos me quieren joder con una chicana. Quieren ser más papistas que el Papa. Deben pensar: «Si los argentinos lo liberaron, nosotros lo vamos a poner en la cárcel.» Y están equivocados.
–¿En qué gasta la plata?
–En putas. El otro día me fui a cabaret y me gasté 2000 dólares en putas. ¿Me va a decir que está mal? Si quiere lo invito y bebemos unos tragos. Acá son tan reglamentaristas que tuve que declarar hasta el último peso que ingresé. Hice unas poquitas compras en el free shop. Unas tonterías.
–¿Por qué se enoja tanto con las preguntas que le hacen en televisión?
–Soy un hombre que acaba de salir de la cárcel y encima me llamaron «señora», cosa que no me cae bien. Ahora mi abogado está negociando con los medios para cobrar los reportajes. Mi precio es 25 mil dólares la entrevista. No debería hablar más con usted. Un abrazo.