A mediados de mayo, el papá de una chica de 16 años se presentó en la comisaría de Santa Rosa y denunció a dos hermanos de 19 y 17 años, que viven en una finca vecina a la suya, porque habían abusado sexualmente de su hija, según ella misma le contó entre llantos.
La chica fue internada inmediatamente en el hospital Perrupato, de San Martín, donde le aplicaron el kit preventivo de enfermedades venéreas y el fiscal Gustavo Rosas, luego de pedir algunos exámenes forenses para la víctima, mandó a buscar a los acusados y los imputó por el delito de abuso sexual. El mayor quedó detenido y el menor, entregado a la Justicia de Menores.
Lo cierto es que con el paso de los días y el avance de la investigación, la Justicia llegó a la conclusión de que aquella noche del 15 de mayo no hubo ninguna violación en Santa Rosa y que en realidad, la chica estuvo con uno de los hermanos por voluntad propia. «Los denunció porque tuvo miedo de haber quedado embarazada y ella estaba formalmente de novia con otro muchacho. Se asustó y cometió el peor error, que fue mentir sobre algo tan serio», explicó una fuente ligada a la investigación.
Ahora, el fiscal Rosas está a punto de pedir el sobreseimiento a los hermanos, trámite que irá acompañado, seguramente, de una compulsa por falso testimonio contra la menor de 16 años, por haber mentido en un caso tan grave, un delito que contempla una pena de hasta 10 años de prisión.
La violación que nunca ocurrió tuvo lugar en una zona rural de la villa cabecera de Santa Rosa. Según consta en la denuncia que radicó el papá de la chica y que ella misma confirmó más tarde ante el fiscal Rosas, aquella noche del 15 de mayo ella salió a la vereda para tener mejor señal de una llamada que había entrado a su celular. Dijo que en ese momento fue abordada por sus vecinos, dos hermanos de 19 y 17 años y que mientras el menor la sujetaba por las manos, el mayor la violó en los fondos de una propiedad cercana.
Lo cierto es que, según ha podido comprobar la Justicia, nada de eso ocurrió y la primera luz de alarma de que algo no andaba bien en la denuncia se encendió cuando el acusado entregó su celular a los investigadores.
La Fiscalía comprobó entonces que había una serie de mensajes de celular entre la chica y el muchacho de 19 años, en los que acordaron un encuentro para esa noche. «Aunque en principio, la piba ratificó ante el fiscal la denuncia, más tarde, cuando fue a realizarse las pericias psicológicas, se quebró y contó que no la habían violado, que ella había estado con su vecino por voluntad propia», comentó una fuente.
Los acusados ya han recuperado la libertad y mientras que el fiscal Rosas sigue los pasos necesarios para dictarles el sobreseimiento, el siguiente paso será pedirle a la Justicia de Menores una compulsa por falso testimonio contra la chica. «Tiene 16 años y aunque es menor, en casos como estos en que la pena por mentir supera los dos años, es perfectamente punible», dijo la fuente, y cerró: «Por mentir en una situación tan delicada, esta chica se expone ahora a una condena que podría ir hasta los 10 años de cárcel».