En horas del mediodía de ayer, un interno del Ipesa comenzó a causar destrozos en el sector de admisión. Los operarios intentaron calmarlo, pero su enojo motivó a otros cinco menores a amotinarse, y las autoridades tuvieron que solicitar la presencia de la policía e incluso del juez de menores, Marcos Aguerrido, para apaciguar la situación. Dos mujeres que estaban en la enfermería fueron tomadas de rehenes.
El motín duró una hora, pero fueron sesenta minutos cargados de tensión y adrenalina para los operarios y directivos del Instituto Provincial de Educación y Socialización de Adolescentes, ubicado al fondo de la avenida Palacios. Todo se desató cuando un chico de 17 años que ingresó la semana pasada se alteró, y no conforme con las normas (aparentemente no lo dejaban salir al patio) comenzó a destruir las instalaciones y a agredir a sus custodios. Armado de un hierro amenazó a una enfermera y a una psicopedagoga y las obligó a quedarse dentro de la enfermería. Los operarios encargados de la seguridad en el sector se vieron desbordados por su actitud, y abandonaron la sala de admisión cuando otros cinco internos también se alzaron en su contra.

Negociación.
Para los trabajadores y efectivos policiales consultados por este medio, el recientemente asumido como director de la institución, Marcelo Turnes, afrontó su primer situación complicada de forma correcta. «Solicitó la presencia policial para evitar fugas, ordenó a los operarios a no intervenir (menos a reprimir) y se comunicó con el juez Marcos Aguerrido. Esperó a que los chicos atrincherados se calmaran y luego envió a un grupo de especialistas a negociar con ellos», relató una autoridad policial.
Cuando un grupo de LA ARENA arribó al lugar, había cinco patrulleros de la Seccional Primera estacionados en la entrada de la institución, y sus ocupantes rodeaban uno de los edificios. Si bien las autoridades no permitieron el ingreso de los periodistas, las fuentes consultadas explicaron que los chicos sublevados no estaban alojados en las habitaciones comunes, sino que momentáneamente en el sector de admisión. Inconformes con el trato y con las normas, los seis menores de edad en conflicto con la ley tomaron hierros y palos y rompieron puertas, vidrios y gran parte de un baño.
Según la policía, dos mujeres que estaban en la enfermería al momento del alzamiento intentaron salir, pero el principal alborotador les impidió la salida. Sin embargo a los pocos minutos les permitió el egreso, y según los directivos, ninguna de ellas fue lastimada por los menores.

Tranquilo.
«Yo quise que viniera el juez para que hablara con los menores», dijo el director Turnes a este medio. «Igualmente cuando llegó la situación ya estaba tranquilizada, pero él igual habló con ellos. La presencia de la policía fue de forma preventiva, en caso de fugas, pero decidimos que no ingresaran al edificio donde estaban los menores. En estos casos lo mejor es esperar que se tranquilicen, y así fue hoy (por ayer). Enviamos a los profesionales a dialogar con ellos y todo se normalizó. Por suerte se pudo preservar la integridad de todos los presentes, tanto de los empleados como de los internos. Y lo otro (por los elementos destruidos), ya se repondrá», expresó el abogado y también biólogo.

Menores en conflicto.
Actualmente hay 16 menores alojados en el Ipesa, todos ellos internados por orden del Juzgado de Menores a causa de reiteradas conductas ilegales. El menor de 17 años que comenzó el motín fue apresado la semana pasada por la policía, ya que causó una serie de delitos en el barrio Río Atuel. Si bien el menor residía allí, los vecinos lo denunciaron varias veces por robos, hurtos, y amenazas con armas blancas.

 

fuente http://www.laarena.com.ar/la_ciudad-motin_en_el_ipesa-84006-115.html