Legítima defensa. Así consideró el juez el disparo realizado por Irma K, la mujer de 77 años que la semana pasada mató a un hombre cuando intentaba robarle en su casa de barrio Tablada. De este modo, el magistrado Javier Beltramone demoró menos de diez días en resolver la situación procesal de la mujer que disparó el arma de su esposo para repeler el ingreso de dos personas en su casa. Según relató en aquel momento a los medios de comunicación, la vecina de Centeno y Necochea sintió en la madrugada del 17 de febrero que entraban a la casa, y al advertir que estaban forzando la puerta del patio, el ladrón le dijo: «¿Querés chumbo?». La anciana recordó conservar el revolver calibre 32 de su esposo fallecido, y decidió disparar a través de la ventana. Oscar Muñoz, de 26 años, recibió el balazo en la espalda, y murió poco después en el hospital Roque Sáenz Peña. El otro asaltante logró escapar.
Ayer a la mañana, en la audiencia imputativa realizada en el marco del nuevo sistema procesal penal en el que todas las instancias son orales, Beltramone escuchó a las partes. A continuación, exoneró a la mujer de todas las imputaciones. Después del episodio, la mujer pidió custodia policial por temor a represalias, ya que los asaltantes vivían a pocos metros de su casa, en un asentamiento precario ubicado a 60 metros.
La fiscalía había acusado a Irma de homicidio. Más tarde, tras la audiencia en que se resolvió la absolución de la mujer, el fiscal Pablo Pinto dijo que «el arma era legal y tenía todos los papeles en regla».
Tras la situación que le valió el mote de «abuela justiciera», Irma K. contó que es de La Plata, igual que su esposo. Llegaron a Rosario en 2004 y su esposo trabajó como encargado de edificios. Por eso tenía un arma, según explicó la mujer. Esa madrugada, alrededor de las 6, la despertaron los ruidos en el patio. Eran dos hombres jóvenes -de entre 25 y 30 años- que habían logrado entrar en el terreno forzando la puerta con una barreta y querían hacer lo mismo para llegar adentro de la casa. Cuando la escucharon a Irma, la amenazaron. «¿Querés chumbo?», le dijo uno de ellos. Entonces, Irma recordó que su marido llamaba así al arma. Fue hasta su habitación, en la oscuridad, la sacó de la mesa de luz, y disparó. El balazo impactó en la espalda de Muñoz, que murió poco después.
Tras el relato de las dos partes, Beltramone decidió el sobreseimiento de la anciana al considerar que actuó en legítima defensa. «Era el o yo», dijo la mujer a los medios de comunicación, el mismo día de los hechos, cuando se convirtió en una estrella mediática. Ayer, Beltramone consideró que su actuación no era reprochable, en el primer caso resuelto por el Nuevo Sistema Penal tras su debut el pasado 10 de febrero.
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