El presidente uruguayo descartó que su propuesta de que el Estado asuma el control de la venta de marihuana sea una liberalización de las drogas y afirmó que es una alternativa a la batalla perdida contra muchas drogas en América Latina. Las explicaciones sobre el alcance
«No permitiremos a una persona ir al almacén a comprar marihuana y hacer lo que quiera» afirmó “Pepe” Mujica.
«La idea no es liberar, al contrario, vamos a controlar mediante una red estatal de distribución. No permitiremos a una persona ir al almacén a comprar marihuana y hacer lo que quiera. El Estado controlará la calidad, la cantidad, el precio y las personas que la compren estarán registradas«.
La acción según Mujica es reducir la criminalidad juvenil con la venta de drogas, comentó el mandatario en el marco de su participación en la cumbre de la ONU Rio+20.
«Los cigarrillos de marihuana tendrán control digital, siendo posible rastrear su origen por medio de una muestra química. Si alguien compra 20 cigarros de marihuana, tendrá que consumirlos y no podrá venderlos«, afirmó.
Mujica contó al diario O Globo que existen propuesta semejantes en Europa y que la decisión de su gobierno se tomó en el marco de un plan de seguridad «porque estamos perdiendo la batalla contra las drogas en el continente americano«.
«Hago esto por la juventud, porque las formas tradicionales de enfrentar el problema no dieron resultado en nuestro continente, buscamos otros caminos, otros dicen que es una osadía y Uruguay es un país pequeño, donde se pueden hacer las cosas con más facilidad, no somos grandes como Brasil«, afirmó.
La legalización de la venta de marihuana que el gobierno de Uruguay impulsa en el Parlamento «será parte de la política exterior» del país, según anunció el ministro de Defensa, Eleuterio Fernández Huidobro.
Fernández Huidobro, citado por el diario montevideano El País, opinó que «una errónea decisión del presidente de Estados Unidos Richard Nixon (al prohibir la venta de marihuana) ha sido la que ha provocado todos estos desastres declarando una guerra que ha sido ganada por los narcos«.
El ministro indicó que para evitar problemas con la región, el Estado debe tomar medidas de seguridad como la represión del contrabando.
El gobierno uruguayo tendrá la primera oportunidad de implementar esta nueva línea de su política exterior en el encuentro de la Organización de Estados Americanos (OEA), a nivel de cancilleres, convocada para el 26 de este mes en Lima.
El organismo anunció que el eje del encuentro será la propuesta de legalizar la droga, en continuidad del acuerdo presidencial de la reciente Cumbre de las Américas de discutir el tema.
El proyecto del gobierno uruguayo que será remitido al Parlamento en el próximo trimestre, difiere con las tres iniciativas que están a estudio en la Cámara de Diputados, debido a que habilitan el autocultivo de hasta ocho plantas de cannabis.
«Si habilitamos el autocultivo para uno o para dos, tenemos que habilitarlo para todo el mundo y ¿cómo controlamos eso?», se preguntó Fernández Huidobro al término de la conferencia de prensa.
Según el ministro, «los proyectos que hay en el Parlamento apuestan al autocultivo y despenalizan la producción. Nosotros discrepamos con el autocultivo por lo menos hasta que sea legalizado el consumo de manera generalizada a nivel internacional«, sentenció el ministro.
El gobierno aún no definió si la producción de cannabis estará en manos del Estado o de privados. Sin embargo, al principio la producción será estatal, dijo a El País el secretario general de la Junta Nacional de Drogas, Julio Calzada. En tanto, Fernández Huidobro no descartó que la producción pueda ser tercerizada a futuro.
Dentro del Poder Ejecutivo hay acuerdo para que el control de la producción de marihuana se encuentre bajo la órbita estatal. «Tenemos que tomar medidas para no afectar a los países vecinos. Para que no seamos acusados de ser un centro de fabricación y distribución de drogas. Por eso nos parece mejor el control del Estado sobre la producción de la droga«, insistió Fernández Huidobro.
El ministro indicó que la venta ilegal de marihuana persiste, porque hay una cantidad de personas que depende de los que comercializan.
