Contra las creencias más instaladas en el terreno mediático, las departamentales con más índices de delito no son las del Gran Buenos Aires ni las más populosas como La Matanza, que figura en el lugar 19. Si se toma el parámetro –como se hace internacionalmente– de cantidad de delitos por cantidad de habitantes, la jefatura Departamental de Pergamino es la que ocupó el primer lugar con 1065 delitos por cada 100.000 habitantes. Pinamar aparece en el segundo puesto con 1060 y tercero Zárate-Campana con 938.
Los datos surgen de la Procuración General de la Corte Suprema de Justicia de la provincia de Buenos Aires, que encabeza María del Carmen Falbo. Todos los especialistas coinciden en que son los datos más confiables y corresponden a la totalidad del año 2012.
Como se sabe, la Policía Bonaerense está dividida en Departamentales por una iniciativa que tomó el entonces ministro León Arslanian. El proceso de descentralización avanzó algo más con la creación de policías comunales en los distritos más chicos, pero la idea de todos los especialistas es que debería continuar con mayores transferencias de responsabilidades a los intendentes, que son los que están más cerca de la población y los que más conocen sus zonas.
Tomando en cuenta la cantidad de delitos en relación con la cantidad de habitantes, después de Pergamino, Pinamar y Zárate-Campana se ubica La Plata, con 912 delitos por cada 100.000 habitantes y luego Morón –que incluye Hurlingham– con 876. El sexto puesto es para Necochea –otra departamental que no es del Gran Buenos Aires– y luego San Martín, que incluye Tres de Febrero. Después de Tres Arroyo y San Nicolás, el décimo puesto es para conurbano norte, que abarca Tigre, San Isidro, Vicente López y San Fernando, que registra 714 delitos cada 100.000 habitantes.
Algunas zonas del conurbano profundo figuran lejos en las estadísticas de departamentales más inseguras: Quilmes-Florencio Varela-Berazategui está en el puesto 14; Lanús-Avellaneda-Lomas en el 16 y La Matanza en el 19.
Algunos sostienen que los índices más pobres de los lugares de menor cantidad de población tienen que ver con que tienen menos dinero para invertir en seguridad. Hoy en día los intendentes del Gran Buenos Aires armaron centros de monitoreo, cámaras, tienen sus propios efectivos para patrullar y más vehículos puestos por el municipio. En contraposición, las zonas de mayor densidad son, en el mundo, las más conflictivas, las que tienen mayor hacinamiento y más dificultades para responder a los requerimientos sociales como la educación, la salud, el pavimento.
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