Una joven estudiante de un establecimiento terciario fue brutalmente agredida en la vía pública por personal de la Brigada de Investigaciones, quienes pretendieron introducirla por la fuerza en una camioneta blanca, bajo falsos cargos de prostitución y narcotráfico.

La colosal muestra de violencia e inoperancia policial ocurrió la madrugada del lunes en Buenos Aires esquina Mendoza, lugar donde se encontraba sentada sobre la vereda Selva Pastrana (19), estudiante de la carrera de Higiene y Seguridad.

La resistencia de la joven al atropello policial, que incluyó golpes sobre la calzada misma de calle Buenos Aires, hicieron que el tráfico se detuviera por unos minutos y una decena de personas rodearan a los policías de civil para poner fin a una incalificable barbarie pública.

Un comerciante gastronómico, a quien la joven le había preguntado segundos antes a qué hora pasaba el colectivo, fue el héroe de la jornada, ya que la joven cuando fue levantada por los agentes de civil y transportada hacia la vereda para ser esposada, salió en su defensa.

Selva Pastrana recordó con lagrimas haberse aferrado a los pantalones del comerciante, quien se trabó en una férrea lucha dialéctica con una oficial al mando de la patrulla camuflada acerca de los verdaderos derechos de los ciudadanos y de la barbarie negligente que estaban cometiendo ante los ojos de decenas de curiosos.

Finalmente, una mujer salió del restaurante, tomó el teléfono de la víctima y marcó el número de la madre como la chica lo solicitaba y se comunicó con Sonia Pastrana (la mamá), quien le pidió que no deje que la lleven al menos hasta que ella llegara al lugar. Sin embargo, la oficial al mando ordenó cargar a la muchacha, pero esta vez la resistencia pública pudo más. Ante la imposibilidad de persistir en su actitud, ordenó abandonar el lugar dejando a la joven herida, en las puertas del negocio gastronómico.

Ayer, tanto su madre Sonia como la propia víctima relataron a El Tribuno los pormenores del episodio.

Selva narró: “No soy prostituta ni narcotraficante como me dijeron esos policías. Yo estaba sentada esperando el colectivo cuando paró la camioneta. Bajaron dos (una mujer y un hombre de civil), quisieron tomarme del cuello y meterme en la parte trasera del vehículo. Así, sin presentación y sin palabras. Yo corrí y quise cruzar, pero el policía me pateó de atrás, me hizo caer y la mujer comenzó a patearme en el suelo. “Puta, narco, reputa”, me gritaba la mujer policía y se me subió encima. Cortó el tránsito mientras yo gritaba por favor ­ayuda!”. Luego de respirar unos segundos prosiguió. “No entendía por qué me decía: «Estás trabajando, estás puteando’. Yo le dije: «No, yo estudio, no trabajo’. Pero ella me gritó: «­Trabajas p…!’.

“Todo fue tan escandaloso que la gente salía de los autos a mirar y yo en el suelo hasta que, por los bocinazos, me «ramiaron’ a la vereda y salió este buen hombre a quien me le aferré de las piernas, suplicante. Me defendió e hizo que se fueran. Hoy no tuve valor para salir y me desmayé en la mañana. No sé si mañana podré hacerlo”, relató entristecida la joven.

 

 

fuente http://www.eltribuno.info/salta/267669-Policias-de-la-Brigada-golpean-brutalmente-a-una-estudiante.note.aspx