UNICEF y la Asociación por los Derechos Civiles capacitaron a magistrados y funcionarios del Poder Judicial de Catamarca y profesionales de áreas específicas de los Ministerios de Salud y de Educación para la no revictimización de niños, niñas y adolescentes. La actividad fue organizada por la Escuela de Capacitación Judicial de Catamarca. En esta oportunidad se llevó a cabo la presentación de la Guía de Buenas Prácticas para el Abordaje de Niños, Niñas y Adolescentes Víctimas o Testigos de Violencia, Abuso Sexual y otros delitos.

 

Tony Butler, doctor en Psicología miembro asociado de la Sociedad Británica de Psicología –entre otros títulos-, uno de los disertantes, explicó que el principal objetivo que tienen estos protocolos es que todas las personas sepan cuándo y en qué tienen que intervenir y cuáles son sus responsabilidades y la de los demás para actuar de una manera integral. El profesional advirtió que abuso sexual siempre es una gran problemática y cuando se trata de niños es doblemente problemático porque se debe cuidar a su vez la integridad de este chico víctima, resguardar sus derechos y acompañarlo. “Todas las personas que intervienen, el fiscal, la policía y los jueces deben saber cómo realizar sus funciones siempre protegiendo al niño”, señaló.

El reconocido especialista consideró que los protocolos son importantes porque ponen a los dos sectores sentados en una misma mesa, hablando de sus propias experiencias. “Cuanto más se entiendan cómo funciona cada uno, más fácil es que se pongan de acuerdo en respetar los derechos del niño y cómo trabajar en estos casos. Generalmente, estas personas trabajan desde sus áreas de trabajo, resolviendo sus propios problemas y como no hablan entre ellos no pueden atender el problema o dar una respuesta holística”, advirtió.

Además, Butler  sostuvo que si se tienen estos protocolos y todos los profesionales que participan saben cuáles son sus responsabilidades en la Justicia, se hace más fácil todo. “La Justicia y los operadores se adaptan a los niños y niñas y no los niños y las niñas a la Justicia y los operadores”, remarcó.

En este sentido, el doctor contó que la idea es trabajar sobre casos reales para ver cuáles son los problemas que van surgiendo. En una oportunidad, recordó, se trabajó sobre el caso de una niña ciega: cómo se adapta a esa dificultad que tiene esa niña y cómo se van a trabajar los contenidos y las pruebas.

“El problema es que la gente que está en estos sistemas, tanto en el judicial como en los otros sistemas que intervienen no considera a los chicos como personas. Los niños y las niñas son personas y ciudadanos y, por lo tanto, tienen los mismos derechos que todas las personas. En Reino Unido en 1991 cambiaron la ley. Hasta ese momento había impedimentos para que los chicos participaran en el proceso penal y que fueran a dar evidencias y pruebas. Se sacaron eso de encima. Hoy en día, sin importar la edad que tengan, a través de la Cámara Gessell dar testimonio y que su testimonio sea tenido en cuenta”, comentó.

Por su parte, Mariano Nino, referente de la Asociación por los Derechos Civiles (ADC) y coordinador del Proyecto Acceso a la Justicia de Niños Víctimas que se realiza entre esta ONG y UNICEF, comentó que la intención es proponer un trabajo en la Provincia para poder elaborar unos protocolos de actuación. Según Nino, en los causas en que niñas y niños resultan víctimas suele pasar que intervienen muchos organismos, con distintos profesionales y operadores, con objetivos y miradas diferentes que se van superponiendo en conflicto.

“La idea es aceitar el sistema para que el procedimiento sea más efectivo para proteger a los niños cuando se obtienen pruebas y evidencias para la investigación judicial. En estos casos, el sistema penal busca obtener pruebas para poder condenar o no a una persona. Muchas veces, eso implica que se le hagan al niño varias entrevistas o exámenes médicos y psicológicos. De esta manera se traumatiza al niño y se lo revictimiza porque el hecho de repetir varias veces lo que le sucedió y el trauma que vivió”, contó.

También precisó que  una de las medidas centrales que se practica es la grabación en video de la entrevista que se le hace al niño, en Cámara Gessell, para que no tenga que estar repitiéndose la entrevista pero no se agota en esa medida. Al mismo tiempo es necesario trabajar en cómo se aborda a un chico en la comisaría, en un hospital o en una escuela cuando se denuncia la situación, recalcó. “Cómo se trabaja con el chico cuando se le realiza el examen médico o qué pasa con la niña que denunció y ya prestó la declaración, cómo se trabaja para facilitar su recuperación, si se va a dar un tratamiento psicológico y se la va a reinsertar en la escuela y en su vida social”, detalló.

Sobre la articulación entre todas las áreas pertinentes, Nino indicó que las  denuncias pueden ingresar por comisarías o dependencias judiciales, Asesorías de Menores o Juzgado, en la escuela o en el hospital. El recurso humano es fundamental, aseveró. Para el referente,  en la mayoría de los casos, la gente que suele trabajar en estos temas suele estar muy involucrada y preocupada por el bienestar de los niños. “El problema que se observaba era que la falta de coordinación hacía que estas buenas voluntades terminaran superponiéndose o haciendo demasías intervenciones con resultados poco positivos. Confiamos en que el recurso humano es bueno y está predispuesto para trabajar mejor”, comentó.

Por último, recordó que en algunas provincias al principio se había trabajado con la idea de que era difícil articular pero, afortunadamente, se consiguieron buenos resultados. Tucumán es una de ella, indicó.  “Se mejoraron los procedimientos y hubo resultados positivos. Por lo menos, partiendo de una situación inicial muy difícil y partiendo de un trabajo bastante inadecuado se fueron haciendo trabajos importantes. Se había partido de una situación muy distinta a la de ahora y están mejorando”, destacó.

 

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