cá se mantiene todo en orden porque hay gente. De otro modo los cag… a palos. Los presos comunes cag… a palos a los abusadores; los detestan. Pero como están los periodistas en esta sala, y estamos nosotros, eso no va a pasar. Fijate cómo no se dan bola», cuenta un penitenciario que el viernes pasado estaba encargado de la seguridad en las Aulas Universitarias que la UN Cuyo tiene en la cárcel Boulogne Sur Mer, donde se desarrolló el «Encuentro de la palabra en contexto de encierro».

Se trata de un evento que se llevó adelante por iniciativa de, entre otros, el licenciado en Comunicación Social y estudiante de Derecho Mauricio Martínez, a cargo de varios cursos para detenidos.

El encuentro ocurrió durante la mañana e incluyó diversas actividades, básicamente vinculadas con las letras y la radio, aunque también se pudo ver los trabajos realizados en los talleres de pintura y de telar (con obras de muy buena calidad).

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«Yo estoy muy embalado con el periodismo. Participé en una nota a Pablo Chacón para la revista Oveja Negra y me gustó. No es fácil estar preso y estos talleres nos vienen joya. La preocupación nuestra es la misma de siempre: ¿qué va a pasar con nosotros cuando dejemos de estar presos?» Javier Rivero (23, de Las Heras), condenado a 6 años y 8 meses por robos agravados.

«¿Cómo entré en el delito? Como casi todos acá: por las juntas. En la primaria conocí gente que no me convenía y así terminé fumando y después robando. Por suerte acá pude terminar la primaria. Tanto la escuela como los cursos que hago de periodismo y de literatura, los hice por decisión propia; el Servicio Penitenciario no te obliga a hacerlos». Raúl Leiva (33, de Las Heras), condenado a 8 años por robos agravados.

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El encuentro, además, contó con la transmisión del programa Radio Abierta, conducido por alumnos de Comunicación Social de la UNCuyo que entrevistaron a periodistas locales como Ulises Naranjo, Alejandro Rota y Jorge Sosa, quienes contaron al aire algunos de sus secretos a la hora de trabajar.

«La llamada puerta giratoria es para el ladrón rico, no para el pobre. No nos olvidemos de lo que hizo Carlos Menem, que traicionó al pueblo y estuvo imputado en varias causas. Sobre él cayó una condena por robo y hoy ocupa un lugar en el Senado Nacional». César Ortiz Carmona (33, de Las Heras), condenado por robos agravados. Este texto fue publicado en la revista Oveja Negra.

«Es curioso; no hace muchos años yo salí en la prensa, en las secciones policiales, por ser imputado por abuso sexual seguido de homicidio. Y ahora estoy en esta radio donde aprendo mucho. Igual no me quejo, la prensa me trató bastante bien por más que mi delito sea muy condenable para la opinión pública. Trato de mejorar día a día». (Roberto, nombre ficticio, 33, de San Martín), condenado a perpetua por la violación y asesinato de una menor de edad.

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Para el licenciado Martínez, las llamadas «clases sociales» tumberas no se trasladan a las aulas a la hora de impartir clases. «Se cree que los abusadores son maltratados, pero eso no ocurre en las clases. Por lo general, los abusadores son los mejores alumnos, los más aplicados y los que mejor llevan las materias. Entonces ocurre algo extraño: los llamados presos más comunes, como homicidas y ladrones, se acercan a ellos para mejorar sus tareas y hasta su rendimiento; es decir que en ese ámbito desaparecen las castas carcelarias. Además, nosotros tratamos de aglutinar a todos los privados de libertad sin diferenciar por qué están presos», asegura el licenciado en Comunicación.

Los organizadores del Encuentro de la Palabra en situación de encierro agradecieron la buena predisposición del Servicio Penitenciario. Está claro que a los guardiacárceles no les gusta demasiado cambiar sus hábitos, pero durante lo que duró el acto estuvieron presentes y sin quejas. El encargado de Boulogne Sur Mer, prefecto Néstor Luvello, tuvo mucho que ver en esto. Además se hizo presente una diputada por la UCR, Claudia Najul (la única ya que todos los legisladores fueron invitados), quien escuchó las no pocas inquietudes (quejas en los más de los casos) de los presos.

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«Muchos delincuentes han cambiado de rubro: los que antes salían de caño (ladrones) ahora se dedican al narcotráfico. Además, las leyes los benefician: si caés por robar tendrás una condena más fuerte que si te encuentran con droga. Así es que cada vez tenemos más narcos y menos chorros acá. Es todo un síntoma de hacia dónde vamos, ya que la cárcel es un espejo de la sociedad», Carlos Valdés (41, condenado por robo. Y poeta).

Un total de 75 presidiarios, entre Boulogne Sur Mer y el penal de mujeres de El Borbollón, participaron del encuentro. Pocos si se tiene en cuenta que la población penal de la cárcel de varones oscila entre 980 y 1.100 internos. Pero, como dicen los encargados, «algo es algo».

Otra licenciada en Comunicación, Rosana Furfari, a cargo del taller de radio «Día Cero» y además agente penitenciaria, cuenta que lo suyo no es sencillo: «Básicamente trabajo con detenidos que cumplen condenas por abuso sexual; pero acá no estamos para juzgar a personas que ya han sido juzgadas, estamos para ayudar».

http://www.losandes.com.ar/article/presidiarios-que-escriben-pintan-y-hacen-radio